La Izquierda Unitaria Europea reclama “una revolución en los modos de producción, consumo y distribución” ante la emergencia climática
El Pacto Verde Europeo que presenta este martes la Comisión Europea es insuficiente. Así lo entiende el GUE (Izquierda Unitaria), el grupo del Parlamento Europeo del que forman parte Podemos, IU, Francia Insumisa, Die Linke, Syriza y Bildu, entre otros.
“El Pacto Verde debe incluir políticas y fondos para afrontar la desigualdad y el calentamiento global”, afirma el documento presentado por los copresidentes del grupo Manon Aubry (Francia Insumisa) y Martin Schirdewan: “Debe ser transformador. Tiene que estar anclado en los principios de justicia climática, estar informado y ser totalmente compatible con la ciencia. Debe desencadenar una acción real, no palabras de moda o lemas. Y debe conducir a una revolución radical, sistemática y global de nuestros modos de producción, consumo y distribución, mejorando las vidas mientras se descarbonizan nuestras sociedades. Debe ser justo y hacer que todos avancen”.
Así, según el GUE, “la UE debe romper con el marco neoliberal y reconocer su deuda climática y su responsabilidad de hacer más”.
El grupo de la Izquierda Unitaria entiende que es necesaria “una ley climática con un objetivo legalmente vinculante de neutralidad de carbono y emisiones de carbono negativas para 2050”, y reclama que “el fracking debe estar prohibido en todos los Estados miembros de la UE”, además de que “la política de la UE sobre el gas natural debe revertirse con emisiones de metano altamente contaminantes directamente tratadas”.
Schirdewan y Aubry han reclamado que la UE debe fortalezca “los fondos sociales existentes, en lugar de traspasarlos como está sucediendo actualmente, y garantizar que el Fondo de Transición Justa ayude a las regiones, comunidades y trabajadores vulnerables, protegiéndonos de los activos varados presentes y futuros”.
El documento sostiene que la evasión fiscal “priva a los Estados de recursos cruciales para financiar la transición ecológica y los servicios públicos”, por lo que reclama “una lista negra creíble de todos los paraísos fiscales, para garantizar que las grandes empresas sean gravadas donde se generan ingresos y se debe establecer un impuesto efectivo mínimo a la renta empresarial. Los impuestos a la energía deben alinearse con nuestros objetivos climáticos e incentivos fiscales creados para desalentar las actividades dañinas”.
Así, Schirdewan y Aubry piden que la UE “se comprometa a aumentar los empleos en el sector de energía renovable de la UE y eliminar rápidamente la producción de electricidad a base de carbón. Todos los sectores energéticos deberían ser de propiedad pública. La UE debe poner fin a la exención del impuesto al combustible de aviación y presentar reducciones vinculantes de emisiones para el sector de la aviación, incluida la defensa de la prohibición de los aviones privados y otros modos de transporte que son extremadamente antiecológicos”.
“Las relaciones económicas internacionales deben ser mutuamente beneficiosas”, afirma la Izquierda Unitaria, “rechazando todas las formas de neocolonialismo y garantizando el derecho a la alimentación, el agua, la salud, la vivienda, la energía, la gestión y preservación de los recursos, el desarrollo soberano y la lucha contra el hambre, las enfermedades y la pobreza”.
Y concluye: “Debe haber una debida gestión corporativa y normas ecológicas, laborales y sociales vinculantes en toda la cadena de valor. La UE debería abogar por el estatuto de refugiado climático, reconocer el crimen internacional de ecocidio y apoyar una eliminación global de los combustibles fósiles”.