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ENTREVISTA Investigador del CSIC

Mariano Esteban: “Íbamos muy bien con la vacuna, pero ha sido una carrera de obstáculos”

El virólogo Mariano Esteban. EFE/Gustavo Cuevas/ Archivo

Sofía Pérez Mendoza

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La vacuna más avanzada del CSIC frente al coronavirus ha dado un frenazo en el camino. El final ha resultado desconcertante para muchos: pese a que las fases previas han demostrado la efectividad y la seguridad del prototipo en animales, el organismo público rechaza probar la vacuna con humanos. Mariano Esteban, el virólogo jubilado que ha liderado el proceso desde el Centro Nacional de Biotecnología, revela en esta entrevista que el camino ha sido largo y difícil por la falta de infraestructuras científicas y de empresas que produjeran la vacuna frente a la rapidez de las grandes farmacéuticas.

Esteban defiende, al contrario de lo que ha asegurado la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), que sí presentaron las aclaraciones que les pidieron para llevar adelante el ensayo con humanos, habla de cómo influye en las decisiones el “mercado” de las vacunas ya disponibles y apuesta por seguir con la investigación para aportar algo novedoso, como una inmunidad más duradera.

¿Por qué han desistido de hacer el ensayo? 

Hacía tiempo que habíamos presentado la solicitud a la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS) y ahora la mayor parte de las personas están vacunadas. Lo que procede más es pensar en que la vacuna sea una dosis de recuerdo u optimizar que se dirija a las diferentes variantes. Perseguimos la vacuna universal y la que conceda una inmunidad duradera. 

¿Qué aclaraciones le pidió la AEMPS? ¿Por qué no se podía seguir adelante?

Nos hizo preguntas y respondimos. Lo que pasa es que ha transcurrido el tiempo y hemos pensado que el abordaje debe ir a actualizar la situación de las vacunas y a pensar en qué medida podemos contribuir a potenciar el grado de inmunidad. 

El peligro que corremos todos es que pasada la pandemia nos digan: señores, muy agradecidos, pero hasta luego

¿Pero qué aspectos concretos les pedían que aclarasen?

Son confidenciales. Respondimos en septiembre y el CSIC y Biofabri –una empresa gallega encargada de fabricar los lotes de las vacunas para los ensayos con humanos– han considerado que no procede y lo mejor es posicionarnos en la situación en la que nos encontramos hoy. 

¿Entonces la decisión tiene que ver con que se les ha hecho tarde, de alguna manera?

En abril de 2020 vino el ministro de Ciencia, Pedro Duque, y dijo que teníamos la vacuna. Teníamos un candidato vacunal como los demás, pero no podíamos desarrollar la vacuna rápidamente porque no contábamos con la infraestructura adecuada para proceder a los ensayos. Por ejemplo, no teníamos modelos animales y nos tuvimos que poner a la cola. El ensayo con macacos se hizo en Holanda. Contábamos con dos laboratorios de seguridad biológica de nivel III que hubo que acondicionar para llevar a cabo los experimentos. Otro problema es que no había empresas que pudieran producir una vacuna de uso humano. Hubo que empujar y España ha entrado en ese desarrollo. Eso es importante como país. 

La falta de infraestructura les retrasó, quiere decir.

Sí, efectivamente. Pero ahora tenemos equipos. El peligro que corremos todos es que haya un abandono de todo esto. Que pasada la pandemia nos digan: señores, muy agradecidos, pero hasta luego. Hay que tener mucho cuidado para mantener los centros de investigación. 

¿Van a realizar el ensayo con personas en otros países? 

Está abierto. La parte importante es desarrollar la investigación y trasladarla al sector productivo. Estamos abiertos a hablar con distintos actores tanto dentro como fuera de España. Están los viales producidos y hemos demostrado que el comportamiento de la vacuna es muy bueno. Y así está publicado. También estamos abiertos a usar la vacuna en continentes donde sea más difícil acceder a otras vacunas. Es importante tener varias, no podemos poner la apuesta solo en una. 

Antes comentaba que se habían planteado usar la vacuna como refuerzo. 

Nosotros hemos hecho muchos trabajos sobre la combinación de vacunas y estamos en posición de usarla en dosis de refuerzo, o como vacuna sola para primovacunación.

No entro en cuestiones económicas, solo busco el beneficio para la ciencia. Puedes decidir apostar por esto y lo otro, pero esto va cambiando con el tiempo. Intervienen otros factores que no son solo científicos

¿Las agencias reguladoras actúan ahora igual que al principio de la pandemia? Su colega investigador, Juan García Arriaza, decía en una entrevista que se han vuelto más exigentes.

Totalmente. Al principio la vacuna tenía que tener una eficacia de un 50% para pasar a la fase clínica. Fue el primer requisito, el que nos pusieron a nosotros. Como todas las cosas, fueron cambiando a medida que se iban conociendo datos y se vio que algunas conferían una protección que podía superar el 90%. Así que estos rangos se han incrementado: ahora te piden prácticamente una eficacia del 100% de producción de anticuerpos neutralizantes. Tienes que demostrar que tu medicamento es igual o superior que los que están en el mercado. 

¿Hay algo de la competencia entre vacunas detrás de esta decisión de no seguir con el ensayo clínico?

Sí, lógicamente. Entiendo que se apueste por determinadas vacunas. Esto no quita para que se siga investigando para que puedan complementar o ser utilizadas en otras circunstancias y eso forma parte de la ciencia de cualquier país. Estamos viendo que las vacunas de ARN ofrecen protección pero decae, especialmente frente a nuevas variantes. La ciencia continúa, tratamos de hacer preguntas y responder a la durabilidad de la respuesta inmune, el control de aspectos de la enfermedad producida por el virus, qué genes se activan, qué pasa con los efectos postCOVID… 

¿Es una cuestión económica?

Ahí ya no entro. Yo solo busco el beneficio para la ciencia. Puedes decidir apostar por esto y lo otro, pero esto va cambiando con el tiempo. Intervienen otros factores que no son solo científicos.

Echando la vista atrás, ¿cómo valora todo el proceso?

Soy muy positivo por todo lo que se ha conseguido en este periodo de tiempo. España ha abierto un campo de acción para proteger al país. Cuando empezamos, nos encontramos con una serie de dificultades que se han ido solventando. Eso es lo que nos tenemos que quedar. Tenemos vacunas y son buenas: la nuestra, y también las de mis compañeros Enjuanes y Larraga [los científicos que están trabajando en otros prototipos de vacunas en el CSIC] . Tenemos candidatos vacunales que se complementan y eso nos da más seguridad. 

Las empresas españolas no pueden competir con Pfizer pero sí pueden producir suficientes vacunas para satisfacer la demanda del país

¿Se puede competir con las grandes farmacéuticas?

Pfizer es una multinacional con miles de millones, pero competimos por las publicaciones. Las nuestras son más completas, estamos en la primera línea y nos tenemos que sentir orgullosos. Hemos movilizado al sector internacional. A nivel de desarrollo, no lo tenemos igual: las empresas españolas no pueden competir con Pfizer pero sí pueden producir suficientes vacunas para satisfacer la demanda del país. 

¿Se esperaba que el proceso fuera así?

Íbamos muy bien, pero ha sido una carrera de obstáculos. La vacuna tiene un recorrido que puede ser importante y esa es la contribución española. Somos tan buenos o mejores que otros países, pero tenemos que creérnoslo. La gente joven es extraordinaria pero no les damos facilidades. Es la asignatura pendiente, a ver si con la ley de ciencia se incrementa la moral de la gente joven para que trabajen en España.

Aunque se muestra positivo, cuesta entender que si la vacuna se ha probado con éxito en animales no se ensaye con humanos. Que se corte el proceso. 

Lo entiendo, sí. Pero el prototipo sigue ahí para ver si se procede al ensayo. Así lo espero. 

¿Tiene la esperanza de que se materialice al final en una vacuna que se pueda usar?

Eso espero, tengo plena confianza en que se pueda utilizar donde sea. Lo importante es que esté ahí. No entro en una carrera de 'esta vacuna es mejor o peor'. Es buena y punto. 

La ministra aseguró que esto que ha ocurrido es normal en la ciencia, ¿les queda una sensación de fracaso? 

Por el amor de Dios, de fracaso nada. Lo importante es que la ciencia siga avanzando y lo que hemos aportado hay que publicarlo. Sin publicarlo, no hay cabida. Tiene que estar contrastado por la comunidad científica y hemos cumplido con todos los requisitos: hemos demostrado cuál es el comportamiento de nuestra vacuna con tres modelos animales. Y el estudio dice al final que esto lo predispone para el uso preclínico de la vacuna. Hemos visto titulares de “adiós a la vacuna”, pero de adiós nada. Seguimos intentando contribuir. 

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