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Marine Le Pen se une a los ataques de la extrema derecha europea contra el papa Francisco

Steve Bannon, Matteo Salvini y Mischaël Modrikamen, el 7 de septiembre en Roma.

Jesús Bastante

en religiondigital.com —

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Primero fue el ex ministro italiano Matteo Salvini, acusando al papa Francisco de promover la inmigración ilegal tras su visita a los campos de refugiados en Lampedusa. Después el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, molesto por los mensajes papales en favor del diálogo cristiano-musulmán. Más tarde, el líder de la extrema derecha española, Santiago Abascal, que se hacía una foto en Roma con el cardenal ultra conservador Sarah y calificaba al Pontífice como “ciudadano Bergoglio”, en varias ocasiones, durante la fallida moción de censura contra el presidente del Gobierno Pedro Sánchez. La ultraderecha europea ha visto en el actual inquilino del palacio Apostólico vaticano el blanco de todas sus iras, en un intento por aglutinar en torno a sus ideas xenófoba y ultraliberales los únicos valores cristianos posibles.

La última en hacerlo ha sido la líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, quien ha utilizado unas supuestas declaraciones de Francisco a un periodista francés (que la Santa Sede no ha admitido como reales), para pedirle al Papa que “se ocupe de lo que ocurre en las iglesias” . Unas declaraciones que se producen el mismo día en que el Estado italiano revoca el acuerdo alcanzado por el Instituto 'Dignitatis Humanae', promovido por el ex asesor de Trump, Steve Bannon, para ocupar la Cartuja de Trisulti, a las afueras de Roma. El edificio se utilizaba para fundar allí la “Academia Judeo-Cristiana para Occidente”, un grupo de pensamiento que ya se conoce en sectores ultras como el 'Contra Vaticano' . Un grupo apoyado desde el interior de la Curia por el cardenal Burke, el ex nuncio Viganò y el ya ex prefecto del Culto Divino, Robert Sarah. 

Al momento de conocerse la decisión del Estado Italiano, las terminales mediáticas de los grupos tradicionalistas sacaban a la luz unas supuestas declaraciones de Francisco a un periodista galo en las que tildaba de “preocupante” la hipotética llegada de la líder del Frente Nacional a la presidencia de Francia.

El semanario L'Obs atribuye a Bergoglio que le parecería preocupante la llegada de Le Pen al Elíseo. La política gala ha usado este comentario no confirmado para arremeter contra el Pontífice en sus redes sociales. “Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, tuiteó Le Pen, quien añadió que “no tengo ninguna duda de que muchos creyentes estarían encantados si el Papa se ocupara de lo que está sucediendo en las iglesias en lugar de en las urnas. Deje que todos hagan lo que deben hacer”.

No es la primera vez que la ultraderecha europea arremete contra el “ciudadano Bergoglio”, como le ha denominado en varias ocasiones el presidente de Vox, Santiago Abascal. Viktor Orbán en Hungría, Matteo Salvini en Italia o el propio Steve Bannon, con el inestimable concurso de purpurados como Burke, Brandmüller, Sarah o Muller, o el siempre presente ex nuncio Viganò, también llevan tiempo lanzando sus dardos contra Francisco. Dardos convenientemente publicitados por los órganos comunicativos de la ultraderecha española, italiana y norteamericana, fundamentalmente.

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