El papa pide perdón por la “monstruosidad” que cometieron los sacerdotes pederastas con sus víctimas
El papa Francisco ha pedido perdón a las víctimas de sacerdotes pederastas y condena la “absoluta monstruosidad” y el “horrible pecado” de la pederastia en el prefacio de un libro en el que su autor, Daniel Pittet, cuenta cómo fue abusado de niño por un religioso a lo largo de cuatro años.
“Se trata de una absoluta monstruosidad, de un horrible pecado que contradice todo lo que predica la Iglesia”, subraya el pontífice en el prólogo del libro que publica hoy en exclusiva el diario Bild.
El papa se pregunta “cómo puede ser que un sacerdote, consagrado a Cristo y a su Iglesia, llegue al punto de causar tanta desgracia”, con la que “no sólo daña al niño, sino también la vida de la Iglesia”.
Francisco recuerda que muchas víctimas abusadas por religiosos durante su infancia incluso se han suicidado. “Estos muertos pesan en mi corazón, así como en mi conciencia y en la de toda la Iglesia. Quiero expresar mi amor y mi dolor a sus familias y pedirles perdón desde la humildad”.
Agradecido a Pittet
El papa, que conoció a Pittet en 2015 en el Vaticano, subraya la importancia de que su testimonio llegue a otras personas, “para que todas entiendan cuán profundamente puede penetrar el mal incluso en el corazón de un servidor de la Iglesia”.
“Quiero darle las gracias a Daniel, porque testimonios como el suyo hacen posible superar el silencio de plomo en torno a los escándalos y sufrimientos, pues aportan luz a una oscuridad terrible que se esconde en la vida de la Iglesia”, agrega.
Según Francisco, supone un “gran desafío” para las víctimas de la pederastia “tomar la palabra y contar lo que tuvieron que soportar, describir cómo las traumáticas vivencias de entonces todavía les torturan años después”.
“Por esta razón, el testimonio de Daniel Pittet es tan necesario, valioso y valiente”, afirma. Una historia que conoce de primera mano eldiario.es, ya que nos contó su historia recientemente en una entrevista en la que reveló cómo había sido violado “más de doscientas veces por un cura”.