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Los periodistas agredidos por la Policía en el 29M: “Fue gratuito y deliberado”

Jesús Travieso

VÍDEOS | Agresiones policiales a periodistas que grababan una detención tras una protesta

Los periodistas agredidos por la Policía este sábado mientras grababan una detención posterior a la protesta del 29M coinciden: la actuación policial contra ellos y otros informadores fue “gratuita”, “injustificada” y no tiene explicación.

Juan Ramón Robles, Mario Munera y Gabriel Pecot han relatado a eldiario.es, medio con el que han colaborado habitualmente como videoperiodistas en los últimos meses, cómo se desarrolló la tarde hasta que fueron agredidos por los agentes. Durante varias horas compartieron calle con policía y manifestantes debido a la cobertura que estaban haciendo de la protesta: Robles para este medio, Munera para la agencia Ruptly, y Pecot para Associated Press (AP). Ninguno de los tres es capaz de encontrar una razón que pueda explicar la agresividad por medio de empujones y golpes con las porras contra ellos. Unas agresiones que ya ha condenado la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), que ha pedido una investigación de lo ocurrido.

“Lo que ocurrió fue descabellado. Veníamos de una manifestación que apenas había durado media hora, a la que había ido poca gente y en la que se quedaron unos pocos después de que se desconvocara. Y aún así, ya había tres filas de antidisturbios delante de la cabecera. Solo hubo identificaciones, ninguna provocación”, cuenta Robles, autor de unos de los vídeos en los que se ven los golpes contra periodistas y manifestantes por los miembros de la UIP. Tras el fin del 'Jaque al rey', “la Policía no dejó que los que quedaban se dispersasen, y se dedicaron a empujarles”, continúa Robles, que cuenta cómo los periodistas corrieron la misma suerte: “A nosotros también nos empujaron, a mí por detrás mientras estaba grabando; otros compañeros querían saltar una valla para continuar el camino y no les dejaban, les golpeaban contra la misma valla”.

Ya en las inmediaciones de Atocha, ocurrieron las agresiones más claras que han circulado en un vídeo del propio Robles, que estaba trabajando para eldiario.es. “No hubo tensión hasta que un chico se encaró con los agentes por los empujones y zarandeos, y posteriormente salió a correr. Un policía salió detrás de él, y nosotros también para grabar lo que iba a ocurrir. Y ahí empezó todo”.

El relato de este reportero lo corrobora Mario Munera, que recibió golpes en los codos y en la nuca. “Yo iba corriendo para ver qué pasaba y grabarlo, y de repente me dieron en el codo derecho. Casi me caí al suelo, y cuando me estaba incorporando recibí otro golpe en el otro codo. El último porrazo llegó al intentar alejarme de la zona, tras darme en la nuca”, relata el periodista.

Robles también recibió varios golpes, atestiguados en material que grabó él mismo. Aunque en ese momento todos estaban más preocupados por Gabriel Pecot. “De repente ví cómo volaba a mi derecha”, asegura Robles sobre el momento el que vio caer a Pecot. Este último lo recuerda así: “Iba corriendo y me golpearon por la espalda, pero por la caída eché todo el peso sobre el hombro izquierdo, que es lo que más me duele”.

Tras verle en el suelo, Robles y Munera intentaron socorrerle. Pero según sostienen ambos los agentes se lo impidieron. De ahí surgió un forcejeo entre los reporteros y los agentes, que acabó en más golpes para los que intentaban ayudar a Pecot y para él mismo: “La emprendieron contra los compañeros que querían ayudarme”, asegura Pecot, mientras que para Robles lo ocurrido en este momento “fue lo que más rabia me dio. Qué es eso de golpearnos, dejar a un compañero en el suelo, y negarle el auxilio”.

Robles continuó grabando, como Pecot, que se levantó por sus propios medios a pesar de los golpes. Pero los agentes les impidieron, por medio de empujones y golpes, grabar cómo se llevaban al detenido, que según La Haine pertenece a su colectivo editorial. “Nos dijeron que había ”zona de seguridad“, que es algo que establecen cuando no quieren que grabemos algo. Eso y los golpes son censura en su máxima expresión. Encima de que nos pegan, no nos dejan grabar”, cuenta Robles. Para Pecot, la actitud de los agentes fue “difícil de creer, totalmente gratuita, porque no hubo momentos de tensión, ni objetos que volaran. Su reacción estuvo muy alejada de lo que ocurrió realmente, tras una protesta muy tranquila, y después de que estuviésemos con ellos toda la tarde”.

Munera no pudo continuar por el dolor: “Me dolían los brazos, y la cámara se me había llenado de agua. Me senté un poco, y ya me fui para editar el vídeo y enviarlo”. Para el periodista, que estaba realizando su trabajo para la agencia Ruptly, ocurrió que “fueron a por uno, y se liaron a golpes con todos los que estábamos allí. Lo que ocurrió durante toda la tarde, desde las identificaciones a los empujones, hasta las agresiones a los periodistas, fue deliberado”.

Robles, Pecot y Munera no han sido los únicos agredidos, según otros testimonios. Otros fotógrafos como William Criollo han denunciado que recibieron golpes, tal y como le ocurrió a J. D., que fue uno de los empujados contra una valla por los agentes.

Sobre si denunciarán los hechos, Pecot asegura estar recopilando “los materiales necesarios, además del parte de lesiones, para evidenciar que se ha agredido de forma injustificada a un periodista mientras hacía su trabajo”. Munera, que lamenta que los agentes no estuviesen identificados con sus números de placa, cree que los vídeos “son la mejor denuncia en este momento”.

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