Arqueólogos hallan un fósil en un yacimiento romano en Ourense y abren nuevas hipótesis rituales

Simulaciones por computadora del espécimen de trilobite Armea montado para su uso como adorno personal.

Ada Sanuy

29 de julio de 2025 07:50 h

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Un equipo de arqueólogos ha documentado un hallazgo inusual en una necrópolis romana del siglo I en la localidad ourensana de Armea. En una de excavaciones, en concreto en un lugar utilizado como vertedero en las viviendas romanas, apareció un fósil de trilobite, una criatura marina extinta hace más de 250 millones de años. El estudio, publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences, plantea la hipótesis de que este fósil pudo ser utilizado como amuleto o tener un valor simbólico, abriendo una vía de investigación sobre el uso de materiales naturales “inusuales” en la Antigüedad.

Los autores del estudio descartan que se trate de un elemento natural del terreno, ya que el fósil procede de formaciones geológicas lejanas a la zona, como la cordillera Cantábrica o los Montes de León, lo que implica un traslado deliberado.

Mapa de la Península Ibérica y posibles áreas de origen del trilobite fósil transportado al asentamiento romano de Armea en el noroeste de España

Tampoco muestra señales de haber sido trabajado o modificado, lo que refuerza la hipótesis de su uso como objeto simbólico en su estado natural, posiblemente recogido por su forma distintiva y su aspecto exótico.

Fotografías e interpretación de Colpocoryphe sp., el trilobite Ordovícico hallado en el asentamiento romano de Armea

¿Objeto ritual o simple rareza?

El estudio sugiere que el fósil pudo tener una carga simbólica para la comunidad romana local. La forma en espiral y simétrica del trilobite, así como su origen desconocido para los habitantes del siglo I, podría haber despertado una fascinación vinculada a creencias mágicas o religiosas. En el mundo romano, los amuletos y objetos con significados esotéricos eran comunes, y algunos fósiles ya habían sido documentados en contextos similares, aunque de forma muy puntual. Plinio el Viejo, en su Historia Natural, ya describía la atribución de poderes especiales a ciertas piedras que hoy podríamos considerar fósiles. En este sentido, el trilobite podría haber sido percibido como una piedra con “alma”, portadora de cualidades protectoras o curativas.

Algunos materiales que datan del nivel arqueológico SU.204 de la temporada de excavación de 2021 en la ciudad romana de Armea

Aunque se trata de un hallazgo excepcional, el artículo recoge otros ejemplos similares en el ámbito mediterráneo. En contextos romanos e incluso prehistóricos, se han encontrado conchas fósiles o restos minerales empleados como ornamentos, amuletos o elementos rituales. En la península ibérica, sin embargo, los casos son extremadamente escasos, lo que convierte este descubrimiento en una referencia única para entender la relación entre los pueblos antiguos y los objetos naturales que escapaban a su comprensión cotidiana. Los investigadores destacan que estos objetos, por su singularidad, podían funcionar como marcadores de estatus, identidad o conexión espiritual con lo desconocido.

Interpretaciones abiertas sobre su función

Los investigadores no descartan que el fósil llegara al lugar por azar, pero la hipótesis de una deposición intencionada cobra fuerza por el contexto arqueológico y su procedencia externa. En otras ocasiones estos fósiles han aparecido en contextos funerarios. Podrían haber funcionado como protectores del alma en el tránsito al más allá, como marcador de estatus o como símbolo de identidad cultural, aunque estas interpretaciones aún se mantienen en el terreno de la conjetura. La falta de otras evidencias similares en la región obliga a ser prudentes, pero también resalta la importancia del hallazgo.

Excavaciones en la ciudad romana de Armea, A Cibdá (Allariz, provincia de Ourense, NO de España), en el momento del hallazgo del trilobite. a , Vista aérea del yacimiento (de norte a sur), aprovechando un claro del bosque. b , Vista oblicua de la domus Hexasquel . c , Vista desde el sur, con la domus Hexasquel al fondo. d , Detalle del atrio de la Casa Este.

Una nueva pieza en el puzle

El hallazgo se suma a otras evidencias que muestran la riqueza simbólica de las comunidades romanas del noroeste peninsular. El fósil podría representar una práctica cultural sincrética, donde tradiciones indígenas se entrelazan con las costumbres importadas desde Roma, ofreciendo una imagen más matizada del mestizaje religioso y simbólico en las provincias del Imperio.

La arqueología, en este sentido, no sólo reconstruye cronologías, sino también formas de pensamiento, cosmovisiones y modos de relación con el mundo natural. El fósil de trilobite se convierte así en una ventana a las ideas que los antiguos romanos tenían sobre la muerte, el más allá y los poderes ocultos de la naturaleza. La investigación continúa abierta, con la esperanza de que nuevos hallazgos permitan comprender mejor el simbolismo de estos objetos inusuales.

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