Misterioso hallazgo en Marte: la NASA analiza unas esferas detectadas por el rover Perseverance

El rover Perseverance de la NASA capturó esta imagen de regolito con esferulas en Rowsell Hill

Ada Sanuy

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El rover Perseverance de la NASA trabajaba en su misión científica sobre el suelo de Marte, y el pasado 4 de julio captó una imagen insólita: varias esferas casi perfectas incrustadas en la superficie arenosa de una región conocida como Rowsell Hill. Aunque esta no es la primera vez que se detectan formaciones esféricas en el planeta rojo, el hallazgo ha despertado gran interés en la comunidad científica por su composición y posible origen, muy distinto al de los famosos “arándanos” de hematita observados hace dos décadas por el rover Opportunity.

Cómo son estas esferas

Las esferas, tal y como explica Andrew Shumway, investigador postdoctoral en la Universidad de Washington en el blog de la NASA, fueron detectadas por la cámara WATSON, un sensor de color de corto alcance ubicado en el brazo robótico del Perseverance. Junto a ella operan dos herramientas clave: el instrumento SHERLOC, que analiza materiales con espectroscopía láser, y el PIXL, especializado en detectar la composición elemental. A través de estos instrumentos, el equipo científico pudo estudiar tanto las esferas como los granos de regolito circundantes con un nivel de detalle sin precedentes.

A primera vista, las nuevas esferas podrían parecer similares a las detectadas por Opportunity en 2004. Sin embargo, su composición química difiere de forma radical. Mientras que aquellas contenían hematita y se formaron en presencia de agua subterránea en tiempos pretéritos, las esferas de Rowsell Hill son de origen basáltico, lo que apunta a procesos térmicos como impactos meteóricos o actividad volcánica. Su presencia, según los investigadores, revela un episodio geológico particularmente violento en el pasado de Marte.

Las hipótesis contempladas

Una de las hipótesis que barajan los científicos es que las esferas se formaron tras un impacto meteórico que fundió parte de la roca marciana, expulsando gotas de magma que se solidificaron rápidamente en el aire antes de caer al suelo. Otra posibilidad es que su origen esté relacionado con una erupción volcánica que generó fragmentos esféricos a partir del enfriamiento del material fundido. En ambos casos, las esferas serían el testimonio de un periodo energético y dinámico en la historia temprana del planeta rojo.

Más allá de su origen concreto, el análisis de estas estructuras podría ofrecer pistas sobre la intensidad y distribución de los impactos cósmicos en la corteza marciana o, en su defecto, sobre los ciclos de vulcanismo en la zona del cráter Jezero, donde opera Perseverance. Cualquiera de los dos escenarios refuerza la idea de que Marte fue, durante millones de años, un planeta mucho más activo y cambiante de lo que su actual superficie estéril sugiere.

Una colección de hallazgos

El descubrimiento se suma a una creciente colección de muestras y datos recolectados por el rover desde su llegada al planeta en febrero de 2021. En este caso, el equipo decidió incluir también una muestra del regolito de Rowsell Hill bajo el nombre de “Bell Island”. La misión Mars 2020 continúa así con su objetivo de preparar el terreno para futuras misiones que, en el futuro, traerán a la Tierra muestras físicas del planeta rojo.

Aunque los instrumentos han permitido realizar una caracterización preliminar, el origen exacto de las esferas aún no se ha determinado con certeza. Como ocurre con muchos hallazgos en Marte, cada descubrimiento abre nuevas preguntas. ¿De qué material exacto están compuestas? ¿Qué condiciones propiciaron su formación? ¿Podrían hallarse estructuras similares en otras regiones del planeta? Por ahora, lo que está claro es que Marte sigue sorprendiéndonos, esfera a esfera.

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