La curiosa estrategia de los peces payaso para sobrevivir a las olas de calor
Se encajan como piezas vivas, formaciones calcáreas que respiran a ritmo lento y firme bajo la superficie. Los arrecifes de coral no son una estructura estática, ni un simple hogar marino: son auténticas ciudades subacuáticas, construidas por diminutos organismos que, durante siglos, levantan murallas de carbonato cálcico donde se concentran miles de especies.
Estos ecosistemas, fundamentales para el equilibrio del planeta, amortiguan oleajes, alimentan comunidades pesqueras y actúan como barrera natural frente a tormentas costeras. Su fragilidad ha aumentado en las últimas décadas por la subida de temperaturas y la acidificación del agua. En ese contexto, un estudio reciente ha observado un fenómeno curioso en uno de los peces que habita estos hábitats: el pez payaso encoge para sobrevivir.
Un estudio en Papúa revela que el pez payaso tiene un as bajo la aleta
En plena bahía de Kimbe, en Papúa Nueva Guinea, un grupo de investigadores midió durante cinco meses el tamaño de 134 ejemplares de pez payaso, mientras controlaban cada pocos días la temperatura del agua. Durante ese tiempo, se registraron varias olas de calor marinas, un tipo de fenómeno cada vez más frecuente como consecuencia directa del cambio climático. El análisis, publicado en la revista Science Advances, demuestra que estos peces pueden reducir su tamaño corporal como respuesta al estrés térmico y a la tensión social derivada del mismo.
Uno de los hallazgos más llamativos del estudio es que, al disminuir su longitud corporal, los individuos aumentan sus posibilidades de sobrevivir a estos eventos extremos hasta en un 78 %. Ese ajuste no solo mejora su adaptación biológica, sino que también reduce los conflictos jerárquicos dentro de la anémona que habitan, donde el tamaño define el rango.
La investigadora principal, Melissa Versteeg, del departamento de Ciencias Naturales y Ambientales de la Universidad de Newcastle, explicó que este cambio va más allá de un adelgazamiento puntual: “Estos peces no solo se vuelven más delgados en condiciones de estrés; en realidad se están haciendo más cortos”.
Si la pareja encoge al unísono, la resiliencia aumenta aún más
Según los datos recogidos, cien de los 134 peces observados encogieron a lo largo del estudio. Para confirmar que no se trataba de un error, el equipo repitió las mediciones cada mes de forma individual. Esta consistencia llevó a concluir que el fenómeno no era ocasional. En el informe también se cita el caso de otras especies animales que han desarrollado mecanismos parecidos: por ejemplo, las iguanas marinas pueden llegar a reabsorber parte del material óseo para disminuir su volumen corporal en situaciones adversas.
El patrón se repite con más frecuencia cuando los peces comparten la reducción de tamaño con su pareja reproductora. Esa coordinación entre ambos ejemplares mejora aún más la respuesta al estrés térmico. Esta conducta, que no se había documentado hasta ahora en peces de arrecife, ofrece una pista interesante para comprender por qué los peces de muchas especies están disminuyendo su talla en los océanos del planeta.
La investigadora Theresa Rueger, profesora de Ciencias Marinas Tropicales y firmante principal del estudio, expuso que esta disminución individual podría tener una implicación más amplia sobre las poblaciones globales, ya que “si el encogimiento individual fuese común y se produjera en distintas especies, podría ser una hipótesis plausible para explicar por qué está disminuyendo el tamaño de muchos peces”.
Esta adaptación revela un nuevo nivel de respuesta ante la crisis climática
Aunque aún no se ha aclarado con precisión cómo se produce ese proceso biológico, la investigación apunta a que puede tratarse de un mecanismo de supervivencia más extendido de lo que se creía hasta ahora. La importancia de estos hallazgos se amplía al considerar el papel que juegan los peces de arrecife en el ecosistema: son pieza central en la cadena trófica, regulan poblaciones de invertebrados y participan en la regeneración del coral.
Por lo tanto, el pez payaso representa un ejemplo de cómo algunas especies marinas están desarrollando estrategias inesperadas para aguantar la presión ambiental. Aunque aún quedan muchas preguntas abiertas, esta adaptación añade una nueva capa de complejidad a la comprensión de los efectos del calentamiento global sobre los océanos.
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