Cómo se ha fabricado tu tableta
Las tabletas y los smartphones se han convertido en dispositivos cotidianos, que han llegado masivamente a manos de los consumidores. Forman parte de una industria, la electrónica de consumo, que en 2012 movió 204.000 millones de dólares sólo en Estados Unidos, según las estimaciones de la asociación CEA. Los dispositivos móviles son los que más crecen en ventas. Representan una parte fundamental de un negocio que pasa inexorablemente por las grandes plantas asiáticas, para producir y ensamblar los componentes.
bq es el tercer fabricante de tabletas en España, por detrás de Apple y Samsung, según Antonio Quirós, vicepresidente de la compañía. Y opera de la misma forma que otras compañías internacionales. Empezaron como mero distribuidores de un ereader que construía otra empresa, pero dieron el salto a la categoría de fabricante cuando entraron en contacto directo con los proveedores chinos.
China, la polémica fábrica de tecnología del mundo
A principios de 2012 el CEO de Apple Tim Cook visitó las instalaciones de Foxconn en China, donde se fabricaba el iPhone. Fue un gesto de publicidad, impulsado por una campaña de recogida de firmas de Change.org y SumOfUS.org. En el año 2010 habían tenido lugar varios suicidios de empleados y se encargó a la Fair Labor Association, un grupo defensor de los derechos de los trabajadores, investigar los hechos para hacer un lavado de imagen.
La Fair Labor Association dictó propuestas de mejorar para las condiciones de los trabajadores, que Foxconn comenzó a implementar en los meses siguientes. Se rebajó el máximo de horas semanales a 60 (aunque en China el límite legal está en 40) y se ampliaron los descansos, entre otras cosas. Aún así, las condiciones siguen estando muy lejos de los estándares que son habituales en los países occidentales, los principales consumidores de estos productos.
Apple no es el único cliente de Foxconn, que también fabrica para Microsoft, HP, Nokia o Amazon. Una muestra de cómo la industria de la electrónica tiene su fuente de suministro en China. bq ha escogido también este camino. “Era realmente mantenerse en un entorno de competencia de precio con cualquiera que en ese momento estuviera fabricando cualquier dispositivo electrónico”, comenta Quirós.
La competitividad pasa por fabricar en Asia y son dos razones las que se alegan. La primera de ellas tiene que ver con la cercanía de la cadena logística. “Es allí donde se fabrican las memorias, los microprocesadores o las pantallas, y resulta muy difícil mover eso aquí”, señala Quirós. El otro argumento es más polémico. “Lamentablemente, aunque esto no sea para que nos aplaudamos por ello, los niveles salariales son muy diferentes entre China y Occidente. De modo que si tu competencia produce en China y tú quieres competir en ese mercado no te queda más remedio que ajustar tus costes a los mismos niveles que tienen ellos”.
Estas son las razones fundamentales, aunque hay otras. Una de ellas es la dificultad para dar con ingenieros especialistas en temas de hardware en España, mientras que en China ocurre todo lo contrario. “Cualquier componente avanzado de una PCB (el circuito impreso que es la base de un dispositivo electrónico) es en China donde se fabrica”, añade el vicepresidente de bq, que cuenta con un equipo de compra de componentes y otro de aseguramiento de la calidad en Shenzhen, una ciudad donde se concentra gran cantidad de fábricas tecnológicas.
Nace el diseño del dispositivo
Quirós habla de dos modelos de producción que existen hoy en día: el de Apple y el de Samsung. El primero no fabrica nada, sólo diseña los dispositivos y los construye en base a una serie de componentes que fabrican otras compañías. Es lo contrario que hace la firma coreana, que dispone de sus propias plantas, de las cuales salen pantallas, microprocesadores y otros componentes. Con éstos crea sus propios productos y también surte a otras marcas.
La mayoría de marcas, que no poseen fábricas propias, siguen un modelo de producción similar al de Apple. En el caso de bq, los ingenieros conciben el dispositivo en España, prestando atención a la evolución del mercado de componentes y a las necesidades de los consumidores. Igualmente, un equipo especializado realiza la adecuación de los drivers y en las tabletas modifica el sistema Android para adaptarlo. A partir de ahí, “nuestra área de compra de materiales, en China, es la que se ocupa de buscar proveedores”.
Sin embargo, la implicación en el diseño del dispositivo depende de los recursos del fabricante. Cuanto mayores sean éstos se supone que mayor será su huella en el producto. La parte que no pueda o no quiera asumir la marca, la pondrá el ensamblador. Por ejemplo, bq no diseña la PCB, compra los componentes y la envía ya montada para que entre en producción. “Conforme vas teniendo más volumen puedes asumir más parte de todo el proceso. Nosotros estamos empezando a asumirlo a ahora”.
Trabajan con proveedores alternativos porque hay componentes que se agotan con facilidad. Para salvar esta escasez ocasional se sirven de varias compañías, que fabrican los componentes escogidos por el grupo que trabaja en China. “Finalmente todo eso se pone en manos de un ensamblador”. También tienen acuerdos con más de uno y un mismo producto puede ser ensamblado, a lo largo de su producción, por varias empresas. Ellos definen qué tipo de procesador va a utilizar el dispositivo y otras características técnicas, pero de la PCB que monta todo, con un módulo de WiFi y la cámara se encarga el ensamblador.
El papel del ensamblador
Los ensambladores en China son gigantes que no sólo poseen sus fábricas donde juntan las piezas para producir dispositivos en masa. También tienen su propio equipo de diseño. Los hay que trabajan mucho la marca blanca, existen otros que únicamente desarrollan su actividad para las grandes marcas y otros que actúan como distribuidores de sus propios modelos.
Al principio, bq sólo se ocupaba de la personalización externa del dispositivo. “Simplemente ibas a una factoría de marca blanca en China y decías: quiero este molde”, comenta Quirós. “El ensamblador te ponía sobre la mesa el conjunto de opciones que había y tú elegías la que querías hacer, como mucho podías modificar un poco de la carcasa”.
Esto lleva a que sea posible que exista más de un producto idéntico en el mercado, pero con distinta marca. Ocurrió con la tableta bq Kepler, que tenía una réplica exacta en Italia, cuyo fabricante trabajó con el mismo ensamblador y eligió el mismo molde. “Nuestra capacidad ha ido aumentando conforme nuestra potencia en el mercado ha sido mayor”. Ahora eligen elementos como la cámara, la pantalla, el procesador, pero “si estás empezando, salvo que tengas una potencia inversora muy fuerte, es casi imposible de hacer.”
Salida de la fábrica y distribución
Tras producirse el dispositivo, un equipo de calidad, todavía en China, realiza pruebas para asegurarse de que se cumplen los estándares de la marca. Así se garantiza que el producto es lo que se espera de él, tras haber dejado la producción en manos ajenas. Una vez terminada esta fase, los pedidos se trasladan a España por avión. Las compañías encargadas ya resultan familiares, como UPS o DHL.
El canal de distribución de la electrónica no es muy amplio en España. MediaMarkt, Worten, El Corte Inglés o Fnac son algunas de las cadenas que acaparan una parte importante de este tipo de productos. Una vez llegan a España los dispositivos se reparten entre las tiendas que tengan acuerdos con el fabricante.