UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.
La soga que ahoga a la juventud gazatí
Son las 9 de la mañana, el viento sopla y llega el piar de los pájaros en las copas de los árboles. El parque está rodeado de personas que saltan, corren y hacen ejercicio, lo que les ayuda a generar endorfinas que reducen la ansiedad y estrés. El parque se encuentra muy cerca de la casa de Eman, quien con tan solo 17 años estuvo a punto de suicidarse. Pasear por este parque fue una de las cosas que la ayudó salir adelante.
Eman Oda, de 19 años, es refugiada palestina y vive en Gaza en una pequeña familia. Hace dos años se estaba preparando para los exámenes de secundaria, unas pruebas que representan una puerta de entrada al sueño que perseguía desde muy pequeña: ser enfermera. Los resultados no fueron los esperados e hicieron mella en la joven que sintió haber fracasado.
Fueron momentos complicados en los que a la presión personal se sumó la de sus amigos y familia que tenían todas sus esperanzas puestas en ella, además de la tremenda presión del entorno de bloqueo y falta de oportunidades en el que vive. “No era el fin del mundo”, se intentaba autoconvencer, y decidió volverse a presentar, pero el resultado tampoco fue el esperado y la tristeza se apoderó de ella de una forma que nunca antes lo había hecho.
Eman se sintió frustrada, deprimida y avergonzada. 'Estaba sola, nadie estaba a mi lado, ni siquiera mi familia. Pensaba mucho en el suicidio, tenía mucho miedo, pero me sentía tan mal…'. Eman no sabía qué hacer y empezó a tomar pastillas.
En Gaza, el suicidio es la segunda causa de muerte en personas de entre 15 y 29 años y es un problema muy estigmatizado. Se estima que el 38% de los jóvenes de la Franja ha considerado el suicidio en al menos una ocasión.
Los 14 años de bloqueo, emergencias y crisis humanitarias prolongadas, así como las crisis políticas y económicas, limitan significativamente las oportunidades socioeconómicas disponibles para los jóvenes. La tasa de paro juvenil es actualmente del 70% y el 58% de los parados son graduados, lo que hace especialmente difícil que familias como la de Eman salgan adelante aun invirtiendo todos sus esfuerzos en la formación de sus hijos e hijas.
Además, la inseguridad alimentaria, limitaciones de acceso al agua y cortes regulares de electricidad son una preocupación común que suponen una presión añadida para quienes intentan sacar adelante a sus familias.
La mayoría de las veces, los intentos de suicidio caminan entre el deseo de morir y el grito de auxilio. Eman sintió que nadie estaba dispuesto a ayudarla y pensó que el suicidio sería la única salida a su situación, afortunadamente y en contra de todo pronóstico, consiguió salir adelante. “En Gaza todo está en contra de ti. Estás en el centro del estrés. El estigma sobre la salud mental es uno de los problemas principales. Pero cuando sensibilizas a la gente y sienten que hay un beneficio aceptan el cambio. Los problemas mentales son un asunto muy sensible en términos culturales y religiosos, pero las personas están cambiando y van a los centros de salud, piden consejo, buscan cuidado médico. El estrés es tan fuerte en Gaza que nadie puede negar que necesitas a alguien que te coja la mano y te ayude a salir de este problema”, comenta el Dr. Zoheir Al Khatib, director del Centro de Salud de UNRWA Al Rimal, en Gaza.
Como generación, los jóvenes gazatíes han experimentado y continúan presenciando la muerte y la violencia. Han desarrollado estrés postraumático y trastornos de ansiedad que, por el estigma que supone, no se tratan. “El bloqueo, la pobreza y las condiciones de vida hace que todo el mundo viva bajo estrés psicosocial en Gaza. Toda la población necesitaría una evaluación médica en este sentido. El número de suicidios que hemos identificado es realmente considerable”, afirma el doctor. Cerca de un tercio de los más de 1,2 millones de refugiados y refugiadas de Palestina que acuden a los servicios de atención primaria de UNRWA muestran síntomas de trastornos mentales y sociales.
Además, ahora la pandemia de la COVID-19 ha contribuido al aumento de la tasa de desempleo y de las patologías de salud mental que están experimentando los jóvenes. Pero cuando Eman se agobia “huye” al parque de debajo de su casa: “No tengo otro lugar para descargar energía negativa. Me relaja escuchar el sonido de los pájaros y la naturaleza. Me siento mejor aquí fuera”. El olor de los árboles y sus colores le ayudaron a replantearse su situación y hoy en día le hacen sentir mucho mejor.
Aunque afortunadamente existan casos de éxito como los de Eman, las estadísticas de suicidios en Gaza muestran una tendencia al alza durante los últimos 10 años. Se estima una media de 562 intentos por año. El apoyo a la salud mental de una sociedad como la gazatí es fundamental y debería ser una prioridad, en concreto a la de la juventud que representa el futuro del enclave costero.
Sobre este blog
UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.