Guía de viaje: 15 días en Sudáfrica, naturaleza e historia a raudales

El Parque Nacional Kruger cuenta con una población de unos 1.500 leones.

Roberto Ruiz

Los leones, las cebras y los elefantes poco tienen que ver con episodios como el apartheid o personajes como Nelson Mandela, pero todos tienen algo en común: Sudáfrica. Te proponemos un viaje de 15 días en el que combinar un poco de todo, para disfrutar su riqueza natural en profundidad y para sumergirnos en los acontecimientos que han marcado su historia más reciente hasta hacer de Sudáfrica el país que es hoy en día. 

Pasaremos por Ciudad del Cabo y por Johannesburgo, pero también por reservas naturales como iSimangaliso, Hluhluwe-iMfolozi o el Parque Nacional Kruger para ver lo que todo el mundo viene a ver a Sudáfrica: animales en libertad. Y para ello nos vendrá bien saber tres cosas: una, que todos los parques nacionales están gestionados por Sanparks; dos, que la tarjeta Wild Card nos da acceso a prácticamente todos ellos; y tres, que en Sudáfrica es posible hacer los safaris con nuestro propio coche, por lo que resulta realmente sencillo hacer un viaje a nuestro aire.

Ciudad del Cabo y las ballenas de Hermanus

Ciudad del Cabo siempre se merece una visita. Es cierto que las grandes ciudades, como también pasa con Johanesburgo, dan un poco de respeto al visitante por su siempre comprometida seguridad y, aunque es algo que se debe tener muy presente en todo momento, con sentido común y sabiendo por dónde moverse podremos disfrutar mucho de sus encantos. Un par de días en Cape Town nos permitirán subir en teleférico a su famosa Table Mountain para contemplar la ciudad desde las alturas, visitar Robben Island, donde Nelson Mandela pasó 18 años en prisión, o entrar en el District Six Museum, donde se nos cuenta cómo durante el apartheid este barrio fue forzosamente desalojado para ser ocupado por personas blancas.

Ya que estamos en Ciudad del Cabo merece mucho la pena acercarse a la población de Hermanus, uno de los mejores lugares del mundo para el avistamiento de ballenas. También visitar algunas de las bodegas que dan fama a los famosos vinos sudafricanos, con catas incluidas, y bajar hasta el Cabo de Buena Esperanza por su importancia en la historia de la navegación y porque de camino podremos ver pingüinos en Boulders Beach y leones marinos en Hout Bay. 

Hipopótamos, cocodrilos y rinocerontes en el este

Para continuar nuestro viaje por algunas de las zonas de mayor interés natural de Sudáfrica, la mejor opción es volar desde Ciudad del Cabo hasta Durban y, una vez allí, avanzar por carretera enlazando una reserva natural con otra. El iSimangaliso Wetland Park podría ser nuestra primera parada para ir entrando en contacto con la gran fauna sudafricana pero no sin antes navegar por el estuario de Santa Lucía, donde nos esperan más de 800 hipopótamos, unos 1.200 cocodrilos y una enorme variedad de aves.

Un poco más al norte tenemos el parque de Hluhluwe-iMfolozi, uno de los mejores lugares del mundo para ver rinocerontes blancos en libertad. Se trata de la reserva natural más antigua de África, aquí se lleva protegiendo la fauna desde 1895 y ha jugado un papel fundamental en la recuperación de los rinocerontes blancos del sur, tanto que se dice que todos los ejemplares de esta especie que hay en el mundo tienen aquí su origen genético. Es posible encontrar a los Big Five (leones, elefantes, búfalos, leopardos y rinocerontes) que tanto obsesionan a muchos de los que viajan a África en busca de animales pero, sin duda, Hluhluwe-iMfolozi se lleva la fama por ser el paraíso del rinoceronte blanco.

El imprescindible Kruger

El Parque Nacional Kruger es de lejos el principal reclamo de quien visita Sudáfrica. Es con diferencia el parque más grande del país, hace frontera con Mozambique y es altamente recomendable dedicarle varios días durmiendo en los campamentos que se encuentran en su interior. Entre muchísimos otros animales también es hogar de los Big Five y los recuentos nos dejan cifras como 1.500 leones, 17.000 elefantes, 48.000 búfalos y unos 1.000 leopardos, además de hipopótamos, jirafas, cebras, ñus, facóqueros, rinocerontes, varios tipos de antílopes, guepardos, hienas, cocodrilos, tortugas, infinidad de aves, serpientes e insectos, por solo citar algunos.

Si venimos desde el Hluhluwe-iMfolozi, la forma más rápida de llegar por carretera es atravesando Esuatini o Suazilandia, aunque eso conlleve un paso fronterizo. Hemos de tener en cuenta que si queremos hacer noche en el Kruger debemos reservar sus alojamientos con la mayor antelación posible, meses antes si podemos; dormir con los sonidos de la sabana a nuestro alrededor es algo que realmente cuesta olvidar.

Johannesburgo y Soweto

Y finalmente Johannesburgo podría ser nuestra última parada en este viaje de 15 días por Sudáfrica. Es la ciudad más poblada del país y eso puede apabullar un poco, pero es un lugar fundamental para conocer la historia sudafricana si sabemos dónde ir. Por un lado, porque aquí se encuentra el Museo del Apartheid, no hay un lugar mejor para comprender la Sudáfrica del siglo XX. Para ello disponemos de una magistral exposición que detalla todo el proceso y sistema de segregación racial, desde sus inicios en 1948 hasta la presidencia de Mandela en 1994. Y por otro, por Soweto, la más famosa de las gigantescas townships que rodean Johannesburgo, y que es recomendable visitar en un tour guiado que evidencia el contraste de su realidad entre miseria y pobreza a las puertas de la ciudad más rica de África.

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