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“La revolución silenciosa de las mujeres”

8marzo, conversación Agenda Pública

Agenda Pública

Una de las líneas prioritarias de Agenda Pública es la de identificar mujeres investigadoras, expertas y profesionales del mundo de las ciencias sociales y jurídicas y darles voz para que puedan hablar de sus investigaciones y su experiencia profesional. En esta línea hoy, 8 de marzo en el que se conmemora el día internacional de las mujeres, iniciamos nuestra la colaboración con Feministes de Catalunya, foro de encuentro de mujeres profesionales.

Y lo hacemos con una conversación que, moderada por nuestra editora Argelia Queralt, mantuvimos con 4 de sus componentes: Marina Subirats, socióloga experta en materia de igualdad de género también desde la gestión pública, Gemma Lienas, escritora, feminista y empresaria, Sara Berbel, psicóloga social, investigadora y gestora en políticas de igualdad, y Anna Mercadé, Empresaria y actualment Directora del Observatorio Mujer, Empresa y Economía. En esta conversación se pusieron de relieve cuáles son los grandes retos del feminismo hoy en día y cuáles son los mínimos cabe exigir a nuestros representantes en relación con los derechos de las mujeres, mínimos que aparecen recogidos en el Manifiesto “Exigencias básicas a los partidos políticos catalanes” que hoy se presenta.

Queremos agradecer a María Freiría por la coordinación del acto y al Centre de Cultura de Dones Francesca Boinnemaison de Barcelona (La Bonne) por acogernos durante unas horas.

Una conversación con mujeres feministas from Feministes de Catalunya on Vimeo.

Argelia Queralt: Me gustaría empezar la conversación con la siguiente pregunta: ¿es el feminismo una cuestión de izquierdas? ¿No debería ser un hecho transversal? ¿Por qué cuesta tanto que las mujeres de derecha se declaren feministas?

Marina Subirats (MS): Hay mujeres de derechas que son feministas. Pero dentro del feminismo hay grados, por así decirlo. Además, en este punto también son importantes las clases sociales. En general, las mujeres de derechas que se definen como feministas defienden que las mujeres como ellas, de clase media, media-alta y alta, tengan acceso a los estudios, a la vida pública, al poder. Todo esto les importa. Pero en relación a las otras mujeres su actitud es paternalista. Es un feminismo burgués. Además, tiene el límite de la iglesia católica.

Por otro lado, también es verdad que en la izquierda hay grados de feminismo. No diría somos progresistas y por tanto somos feministas, sino más bien que somos feministas y por tanto somos progresistas.

Sara Berbel (SB): Por complementar esto diría que, si nos remontamos al origen del feminismo, veremos que es un hijo (¿o tal vez una hija?) no deseado de la Ilustración, como señala la filósofa Amelia Valcárcel. Es por eso que viene con una seña de identidad que es la defensa de la tríada ilustrada y revolucionaria: la igualdad, la fraternidad y la libertad. Partiendo de esta base, es lógico que se adscriba a movimientos de izquierda. De hecho, el pensamiento es al revés, no se puede ser de izquierdas y no ser feminista, porque la izquierda y el feminismo defienden la igualdad entre los seres humanos. El feminismo es un movimiento de cambio social que pretende que hombres y mujeres estén equiparados y sean equivalentes en los mismos derechos, oportunidades y resultados. La izquierda y el feminismo comparten, por tanto, la defensa de la igualdad, de la libertad y de la fraternidad, aunque en este último caso se ha sustituido por la sororidad por parte de las mujeres, una “hermandad” que trata de crear redes y empoderamiento colectivo para lograr los objetivos de cambio social.

Gemma Lienas (GL): El feminismo lo que pretende es un cambio estructural y las mujeres de derechas en general están más por cambios puntuales. Es difícil poder unir a todas las mujeres. De hecho, ya es difícil unir a las de izquierdas.

Anna Mercadé (AM): Lo único que añadiría es que el feminismo hoy atenta contra las estructuras de la sociedad tal y como las conocemos. Incluso encontramos gente de izquierdas que no están de acuerdo en cambiar estas estructuras. Lo importante es que este movimiento está proponiendo cosas que son buenas para el conjunto de la sociedad, también para los hombres aunque ellos no lo sepan.

Luego quería hablar de la demonización de la palabra feminismo. Me encuentro con chicas jóvenes que son muy feministas pero no quieren ni oír la palabra. Esto es realmente una manipulación muy grande contra el movimiento feminista.

#8Marzo 2014 Mensaje de Anna Mercadé Directora Odee Cambra de Comerç de Barcelona Feministes de Catalunya from Feministes de Catalunya on Vimeo.

GL: Yo en mis charlas a gente joven les pregunto qué es el feminismo, y en muchos casos la respuesta es “lo contrario del machismo”. Cuando no es cierto, el feminismo no pretende la superioridad sino la igualdad entre hombres y mujeres. Se creen que las feministas son mujeres que odian a los hombres. Esta es una idea que se ha ido extendiendo junto con la idea de que la igualdad entre hombres y mujeres ya se ha conseguido.

AM: Se asume que ya tenemos “la igualdad” (cuando no es cierto), y que estas son batallitas nuestras.

AQ: Como profesora me encuentro con que las chicas no asumen que hay desigualdad y piensan que el feminismo es algo que va contra los hombres. De hecho, existen datos que muestran que sólo un 3% de las mujeres se declaran feministas lo cual dice muy poco en nuestro favor.

Quería destacar el tema de las estructuras que comentaba Anna Mercadé. Se pretende que consigamos la igualdad a partir de las estructuras construidas por y para los hombres, por ejemplo, el tema de la conciliación, que, si me permitís la expresión, es un cuento chino que nos han vendido las mujeres. ¿Qué habría que cambiar para conseguir que efectivamente se pudiera conciliar la vida laboral plena y rica, con una vida familiar plena y rica?

SB: Querría destacar que, al definir la estructura social, estamos hablando de la imposición de un grupo de poder sobre otro. En este caso el grupo de poder es masculino. Es más, se relaciona con un grupo determinado de hombres que tienen unas características específicas, no extensible a todos los hombres. Por eso cuando hablamos de un cambio en las estructuras hablamos de un cambio en los valores. Las mujeres feministas no quieren mantener las mismas estructuras que hay ahora, sino otro tipo de estructuras y hay muchos hombres que también estarían de acuerdo porque tampoco se sienten cómodos con la estructura actual de modelo de poder dominante.

¿Cómo lo logramos? Una nueva organización del tiempo de trabajo podría ser un comienzo. El sistema que tenemos ahora proviene de la época industrial. Lo que ha pasado es que hemos evolucionado de una sociedad industrial a una sociedad del conocimiento, pero hemos mantenido los mismos horarios, basados en la centralidad del trabajo en la vida de las personas, el olvido de la necesidad de cuidados y tareas domésticas, la rigidez horaria y la presencialidad laboral. Es necesario un cambio de valores que ponga en el centro la vida humana con todas sus necesidades, no sólo la laboral, para que se produzca el cambio en la organización del tiempo de trabajo.

#8Marzo 2014 Mensaje de Sara Berbel Dra en Psicología. Feministes de Catalunya from Feministes de Catalunya on Vimeo.

MS: Estoy de acuerdo, pero mientras tanto qué hacemos. Las sociedades se organizan en función del trabajo y en este sentido somos muy poco productivos. Tendríamos que hacer un pacto para organizarnos de otra manera.

GL: Pero con la crisis lo que vemos es que no vamos a este escenario. Todo lo que se está cerrando (hospitales, guarderías, etc.) nos lleva para atrás. Antes con un estado más saneado se podían plantear algunas ayudas como dependencia, guarderías, etc. Pero esto ya no lo cubre el Estado y los hombres no lo van a suplir porque la organización es las que es.

AM: Quería añadir que la idea de conciliación ha sido completamente corrompida. Se ha terminado convirtiendo en la posibilidad de que las mujeres puedan tener un trabajo a media jornada, una guardería cerca, etc. Es decir, que las mujeres seguirán asumiendo todo el trabajo mientras los hombres se quedan igual.

SB: De hecho, la mayor parte de los contratos a tiempo parcial son de mujeres, alrededor del 80 o 90% dependiendo de las épocas.

MS: Hemos vuelto a algo que había que evitar, que es que las mujeres habiendo salido a trabajar fuera se encuentran con condiciones inferiores a las de los hombres. Al final de lo que se trata es de modificar los horarios de trabajo para todos.

GL: El tiempo que necesitan las personas de cuidado es un tiempo que requiere todo el mundo. Cuando nacemos o cuando nos hacemos mayores. Y las mujeres no tenemos por qué hacerlo, en todo caso tenemos que compartirlo. También es verdad que al capitalismo le interesa que el hombre esté lo más libre posible para ir a trabajar.

AM: Yo en esto no estoy de acuerdo. Antes sí que era así, con las mujeres trabajando por muy poco dinero y ocupándose solas de las tareas del hogar. Ahora la mujer ha progresado laboralmente pero estamos en una explotación mucho más refinada.

SB: Porque no se ha ido al cambio estructural que modifique la organización del trabajo para todos, hombres y mujeres. En este sentido sí que estamos yendo hacia atrás. Los últimos convenios van en la línea de aumentar las horas de trabajo. Estamos en un país donde trabajamos dos horas de media semanal más que en el resto de países europeos, pero nuestro nivel de productividad se sitúa en la cola del ránking. Y aún así aumentamos las horas de trabajo.

El capitalismo ahora mismo precariza a las mujeres con tasas de paro de larga duración muy altas, además de la brecha salarial y los contratos temporales y a tiempo parcial. Esto conduce a la feminización de la pobreza y se trata de una cuestión que se tiene poco en cuenta. Un ejemplo de ello son los contratos a tiempo parcial. El 25% de mujeres ocupadas están contratadas a tiempo parcial. Las consecuencias son, además de sueldos más bajos, menor generación de derechos y prestaciones, además de mayores dificultades para promocionarse en el trabajo y adquirir antigüedad (que es la base para incrementar el sueldo con los años).

AM: Aquí tiene que quedar claro que como feministas hemos marcado unos puntos muy claros y a partir de aquí hacemos lo que siempre han hecho las mujeres, que es cambiar las estructuras patriarcales de la sociedad sin hacer ruido, a través de una revolución silenciosa. Pero también somos conscientes que hay que ir a las pequeñas cosas. Es decir, ser independientes económicamente, no tirar la toalla a nivel profesional, pues si lo haces vuelves a la precariedad.

Esto tiene que quedar muy claro: los hombres en Consejos de Administración no quieren que las mujeres accedan a ellos. Por un motivo muy sencillo, porque están ellos. Y porque cuando se está arriba de todo se organiza mejor la agenda que cuando estás en la mitad, que es dónde están ahora las mujeres.

Lo fuerte es que todas las grandes instituciones del país dominan los hombres y que desde el mundo político se alimenta esta situación.

MS: Quería señalar otro aspecto que me preocupa y del que no se habla. Estamos en un momento de cambio en la educación. Están subiendo las tasas universitarias, bajan los sueldos de profesores, etc. Todo el camino que han hecho las mujeres para poder estudiar y el salto que se ha dado hasta que las mujeres han sido mayoritarias en la universidad, puede retroceder. Si vamos a una sociedad más pobre las familias tendrán que escoger quién va a la universidad, y preferirán al chico. De esto no se habla.

#8Marzo 2014 Mensaje de Marina Subirats, Catedrática Emérita de Sociología UAB Feministes de Catalunya from Feministes de Catalunya on Vimeo.

GL: Creo que eso afecta directamente al feminismo. Siempre he creído que el feminismo no retrocederá en la medida en que las mujeres tengan formación. Cuando tienes formación no estás dispuesta a renunciar a determinadas cuestiones.

MS: Incluso afecta a la autoestima. Si has estudiado tienes más confianza.

SB: El otro día leía un estudio en el que se analizaban los factores de supervivencia en hombres y mujeres mayores. En los hombres el principal factor era tener una pareja. El de las mujeres era tener nivel de estudios superior. Una mujer con mayor nivel de estudios se siente más segura, libre, autónoma, con mayor capacidad de manejar su vida, y eso es un poderoso factor de supervivencia.

MS: Aquí también puede haber un factor de clase social. Las mujeres que hoy tienen 70, 80 o 90, son mujeres que en su época si eran de clase trabajadora no pudieron estudiar. Hay un estudio muy conocido en sociología que demostraba que el hecho de que en un país hubiera divorcio disminuía el suicidio entre las mujeres y lo aumentaba entre los hombres. La pareja es una garantía de conservación entre los hombres mientras que para las mujeres ha sido lo contrario.

AM: En el estudio que hicimos en el Observatorio de la Mujer y Empresa de la Cámara de Comercio de Barcelona en una muestra de 1.800 directivos y directivas se demostraba que una mujer que accediera a puestos directivos cobraría un 40% menos que un hombre. Además, y lo que es más grave, una condición importante para llegar a los puestos de mando era no tener hijos y no tener pareja. Mientras que para ellos era lo contrario, una condición era tener hijos y pareja.

MS: Hay otra cosa que quería mencionar. Estamos ante una ofensiva contra las mujeres en muchos campos. Pero hay uno que no se nota que es la ofensiva que están haciendo en términos de la belleza y sobre todo la presión sobre las niñas.

SB: Esto nos conduce a vivir en el país con más operaciones de estética a nivel de Europa y uno de los primeros del mundo. Y luego está la problemática de la anorexia y la bulimia.

AM: Yo creo que esto está muy dirigido a que las mujeres sean otra vez objetos sexuales. Primero, por el dinero que genera. Segundo, porque siendo un objeto pierdes la fuerza. Es el primer paso para que te manden.

MS: Es la sumisión. “Lo que vaya a hacer en mi vida depende del que me mira.” Y esto tiene mucha fuerza porque a las niñas les engancha.

GL: Hay que escribir para promover otros modelos de mujer en el formato televisivo, en los juegos, etc. Si no es difícil cambiar las tendencias actuales.

#8Marzo 2014 Mensaje de Gemma Lienas, escritora y empresaria Feministes de Catalunya from Feministes de Catalunya on Vimeo.

MS: Estamos observando mucho como se adquieren los estereotipos de género. A los 2-3 años ya se han adquirido hábitos. Se lo hemos transmitido de una manera tan fuerte que ya no se puede cambiar. Ya no es en la adolescencia, sino que se aprende mucho antes.

AQ: Una última pregunta, ¿creéis que el hecho de que las mujeres participemos más en política cambiará esta situación?

GL: Sí, siempre que sean mujeres conscientes. Y los partidos siempre eligen mujeres no feministas y a las otras las van barriendo.

MS: Y las presionan en el sentido de “tú has subido gracias al partido”. Lo hemos visto con el tema del aborto y las diputadas del PP. Para que las mujeres puedan cambiar la política también se van a necesitar otras formas de hacer política.

AM: Ahora que todo se está cuestionando –partidos políticos, sistema democrático, etc.- puede ser un buen momento. Aún así el gran punto es la forma como nos organizamos las mujeres. Tenemos mucha fuerza y no la utilizamos lo suficiente.

SB: Independientemente de que las mujeres sean feministas o no, es de justicia que estén de forma paritaria en los partidos políticos, en los puestos de representación. Yo con esto creo que el paso de Marina Subirats por la política, por ejemplo, sirvió de mucho, no sería tan pesimista. Con mujeres así se avanza. A pesar de todos los problemas existentes, contamos con una Ley de Igualdad y tenemos distintos mecanismos contra la violencia de género con los que hemos avanzado. Si somos capaces de crear redes tendremos mucha potencia y la política podrá contribuir positivamente a gestionar los objetivos comunes.

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