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Andalucía tiene más empresas por cada mil habitantes que Alemania y Reino Unido, pero no es suficiente

Junta de Andalucía plantea un paquete de medidas, dotadas de 500 millones, para crear unos 42.000 empleos

Fernando Vicente / Olga Granado

Andalucía tiene más empresas por cada mil habitantes que países como Alemania o Reino Unido, un dato que podría llamar al triunfalismo, si no fuera porque, recorriendo con los expertos el tejido empresarial de la comunidad autónoma, se detectan importantes debilidades en el mismo. Tomando como referencia el Informe Anual sobre Pymes de la UE, Andalucía contaba en 2012 con 48 empresas por cada mil habitantes. Esta cifra casi duplica las de Alemania y Reino Unido, con 26 empresas por cada mil habitantes en ambos casos. Es un dato revelador considerándose además que se está comparando una región con países que son motores de la economía europea. ¿Pero entonces qué ocurre para que no sea una gran potencia y, además, registre los mayores índices de paro de España, con más del 36%? Básicamente que tiene escasez de grandes empresas, y esto conlleva también una menor capacidad para competir en el mercado internacional.

En este sentido, si se compara el peso en la economía de las microempresas (las que tienen menos de 10 trabajadores), en Andalucía hay una gran dependencia de estas (96% del total), frente a los índices de Alemania (83,3%) y Reino Unido (89,4%), por seguir con los mismos parámetros de comparación. Esto se corresponde lógicamente con una mayor presencia de negocios con más de 10 trabajadores en los países del entorno. En Andalucía representan el 4%, mientras que en Alemania hay cuatro veces más (16,7%), y en Reino Unido, más del doble (10,7%), según datos elaborados por la Secretaría General de Economía de la Junta.

Este estudio se apoya en el último Directorio Central de Empresas del Instituto Nacional de Estadística (INE), según el cual, Andalucía cuenta con 482.344 empresas excluyendo el sector agrario, detalle que tampoco conviene desdeñar dado su peso en la economía de la comunidad autónoma. Pero estos datos no reflejan que pueda competir con las cifras de los países más desarrollados de Europa, como los referidos, precisamente por las características de su tejido empresarial . Eso sí, si se compara la tendencia, y pese a la complicada situación económica, la voluntad emprendedora pasa por un buen momento: entre enero y mayo de 2013 se han creado 5.458 sociedades mercantiles en términos netos (es decir, restándoles a las nuevas las que se han disuelto), lo que ha supuesto para Andalucía un incremento de diez puntos y medio en este indicador.

En este contexto, el hecho de apostar por las grandes empresas es un reto para conseguir una economía más competitiva porque estas cuentan con mayor capacidad productiva, innovadora y exportadora. Son además las grandes empresas las que tienen más facilidad de acceso al crédito, algo clave en un contexto de caída generalizada de los préstamos de la banca. De hecho, el crédito de instituciones financieras ha caído más de 10 puntos el primer trimestre de 2013 (-10,6 en Andalucía y -10,7 en toda España), lo que representa el mayor descenso desde que se tienen datos (1988) y lo que supone además 15 meses consecutivos de bajada.

El secretario general de CCOO de Andalucía, Francisco Carbonero, recalca así que hay “un déficit de empresas capaces de competir y eso tiene que ver mucho con el tamaño, algo que hay que tener en cuenta ahora con la ofensiva de que la solución de la crisis va a venir con el autoempleo y los autónomos”. En la misma línea, apunta: “El tamaño es importante para comercializar, innovar... Los cluster son prácticamente inexistentes en nuestra tierra, y funcionan, como se está viendo con el aeronáutico, aunque no todas sus empresas tengan el mismo músculo financiero, pero van por el camino adecuado”. De hecho, cree que otro de los problemas es que no hay cooperación entre las empresas para aprovechar sinergias. “Es frustrante porque llevamos años planteándolo, y además, precisamente las empresas más competitivas son las que nos están desmantelando las relaciones laborales, porque considerar el coste de la mano de obra no es el elemento para ser competitiv0”, agrega.

Hay dos tipos de microempresas predominantes en este escenario: las de base tecnológica, donde Andalucía exhibe cierta solvencia a nivel nacional e incluso internacional aunque no sea en términos de PIB, y las tradicionales ligadas al comercio y los servicios (bares, restaurantes, talleres...). Lo describe así José Carlos Mestre, de UGT de Andalucía, quien insiste en que no se puede hacer un análisis lineal de la situación. Destaca que “la deslocalización de la industria se ha llevado por delante empresas medianas y el alto valor añadido que podía haber se ha ido”. También recalca que “más que el índice de empresas deberíamos fijarnos en su pervivencia”.

Por su parte, Luis Fernández-Palacios, director del Gabinete Técnico y Económico de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), aclara que no se puede dar la sensación de que no hacen falta más empresas ni políticas de emprendimiento. “Tenemos una densidad empresarial superior a la de los citados países, pero no es comparable, porque no tenemos las multinacionales que ellos ni su capacidad de entrar en todos los mercados”, apunta. Es más, se remite a los datos del resto de comunidadades autónomas, “donde Andalucía está por debajo de la media nacional”, situada en 68 empresas por cada mil habitantes. “Para ponernos a ese nivel, necesitaríamos 100.000 empresas más en Andalucía”, asevera, al tiempo que recalca que las pequeñas están afrontando la crisis “con muchas más dificultades, sufriendo más la escasez de crédito y lógicamente sin capacidad para saltar al exterior”.

Antonio Romero, presidente de la Confederación de Entidades para la Economía Social de Andalucía (Cepes-Andalucía), apostilla que por ello intentan fomentar la integración de cooperativas para compensar la falta de músculo empresarial que supone la atomización. “Está claro que es necesario fortalecer el tejido empresarial, por lo que desde la economía social, tan importante en nuestra comunidad autónoma, llevamos años trabajando en estructuras de colaboración entre cooperativas”, indica.

Desde la Junta de Andalucía reconocen que hay un déficit de empresas de tamaño intermedio y por eso se trabaja por darles dimensión. Fomentar la cooperación empresarial es una de las mejores fórmulas para ello, según señalan desde la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, dado que así pueden incrementar su internacionalización, intensificar su productividad y competir en I+D+i. De todas maneras, apuntan dos datos positivos: la productividad por ocupado está en la media del conjunto de países de la OCDE y las exportaciones al extranjero de Andalucía han crecido un 73,1% de manera acumulada entre 2009 y 2012. Muy por encima del crecimiento medio en España (39,2%), y por encima del registrado precisamente en Alemania (30,4%) y Reino Unido (19,5%).

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