Banc de Sabadell acaba de anunciar oficialmente que sus resultados han triplicado durante el año 2013 y le han supuesto beneficios de 248 millones de euros, un 202,6 % más que el año anterior. Por su lado, Caixa Banc (ex Caixa de Catalunya) ha declarado un beneficio neto de 183 millones de euros durante el primer semestre del pasado año, así como la Caixa un beneficio de 638,5 millones de euros durante el mismo período, lo que supone más que quintuplicar sus ganancias de 114,2 millones del mismo semestre de 2012. Según sus propias cifras, los seis bancos del Ibex 35 (Santander, BBVA, CaixaBank, Popular, Sabadell y Bankinter) consiguieron un 60 % más de beneficios durante el primer semestre de 2013 que en la primera mitad del año anterior (6.000 millones de euros en vez de 3.700 el primer semestre de 2012), primordialmente a través de inversiones financieras, al mismo tiempo que desinvertían en el sector productivo, reducían plantillas y mantenían cerrado el crédito a les pequeñas y medianas empresas.
En un país inmerso en la crisis, con el 27 % de la población activa y el 52 % de los jóvenes en paro, el Fondo de Reestructuración Bancaria Ordenada (FROB) reconoce haber inyectado un total de 52.000 millones de euros de dinero público en las cajas nacionalizadas, entre ellos 22.000 millones a Bankia (ex Caja Madrid), 13.000 a Caixa Banc (ex Caixa de Catalunya) y 9.000 a Nova Caixa Galicia. La concentración bancaria ha revertido, por lo que se comprueba en sus balances oficiales, en beneficios multiplicados de las entidades más grandes y la crisis del resto de la sociedad.
Tal vez a algunos no les extrañe, como tampoco que en Catalunya gobierne un partido que tiene la sede social embargada por una fianza judicial en un caso de corrupción pendiente de sentencia o que en España gobierne otro partido cuyo tesorero durante 26 años acumuló 48,2 millones de euros en cuentas bancarias personales en Suiza. A la mayoría inmersa en la crisis probablemente le extrañe, incluso quizás le escandalice.
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