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Arias Cañete subvencionará el vertido de purines y rechaza que Industria dé una moratoria a las plantas de gestión

Miles de ganaderos de porcino piden una solucion "inmediata" para las 29 plantas de tratamiento de purines

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La Asociación para el Desimpacto Ambiental de los Purines (ADAP) que agrupa a las empresas propietarias de plantas de gestión de purines y los ganaderos de porcino denuncian que el Ministerio de Agricultura ha rechazado la oferta de moratoria propuesta por el Ministerio de Industria, que hubiera permitido hallar una solución al nuevo marco retributivo de estas plantas, que en el caso de aprobarse tal y como contempla la actual propuesta estarían en situación de quiebra desde julio del 2013, al reducir las primas que venían percibiendo.

El Ministerio afirma haber encontrado una solución para el sector ganadero mediante el transporte de los purines para su aplicación como fertilizante en cultivos. Para ADAP se trata de una “trampa” porque el transporte como solución más económica del problema implicará contaminación a corto plazo, al tratarse de un vertido y no de una fertilización, ya que todos los cultivos se encuentran fuera de la época de abono.

Por ello creen que será inevitable cerrar instalaciones ganaderas de forma inmediata, a la par que el cierre inmediato de las instalaciones de tratamiento, con pérdidas de cientos de millones de euros y de unos 4.000 empleos directos e inducidos según ADAP.

El Ministerio de Agricultura aportará entre 2 y 4 euros por metro cúbico de purín, según las propuestas ya comunicadas a distintas Comunidades Autónomas, frente a la oferta de Industria de dotar una moratoria que permitiría mantener por tiempo limitado los 300 millones de euros anuales que necesita el sector para, según ADAP, “abrir un período de diseño de soluciones eficaces y reales del problema para el sector porcino y para el medio ambiente, que haga posible el mantenimiento del empleo en todo el sector”.

Agricultura gastará el dinero público que Industria quiere ahorrar

El subsecretario del Ministerio de Agricultura, Jaime Haddad, ya había anunciado en el Grupo de Trabajo sobre alternativas al tratamiento de purines, la decisión de colaborar económicamente con las Comunidades Autónomas en la solución, a corto plazo, del problema generado a los ganaderos de porcino por el cierre de las plantas de tratamiento con cogeneración como consecuencia de los recortes en la retribución que ha previsto el Ministerio de Industria. Es decir que lo que pretende ahorrar un Ministerio lo gastará otro.

En estas plantas se venían gestionando los excedentes de residuos de unas 2000 explotaciones ganaderas que no disponen de tierra suficiente donde depositarlos y su cierre está provocando ya que los balsas de almacenamiento temporal rebosen y se viertan al terreno cantidades de residuos por encima de lo autorizado, con el consiguiente riesgo de contaminación de los aguas subterráneas por la elevada concentración de nitratos de los purines, relacionada con el tipo de alimentación de los animales en cría intensiva.

La ayuda anunciada se basará en las necesidades planteadas por la Comunidades, calculadas a partir del coste del transporte del purín a tierras o instalaciones donde sea posible su gestión, como medida más inmediata y fácil de implementar a muy corto plazo.

Las Comunidades Autónomas que se beneficiarán en mayor medida de esta ayuda son, por lo tanto, las que tienen explotaciones en zonas vulnerables como Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña y Murcia. También recibirán ayudas Andalucía, Aragón y Galicia.

La crisis de los purines de cerdo

La crisis ha venido provocada por la inminente aprobación de un recorte, retroactivo, en las primas que venían recibiendo las plantas de tratamiento de purines, que están consideradas productores de electricidad del “régimen especial” junto a las energías renovables.

Según ADAP ello supone una pérdida de hasta el 40 % sobre lo que percibían y lo consideran injusto porque se equiparan las plantas de tratamiento de purines con la cogeneración convencional, “sin tener en cuenta los costes de inversión y operación para el desimpacto ambiental que realizan” y advierten de que su desaparición dejaría sin tratar entre 2 y 2,5 millones de Tm anuales de excedentes de purines. De hecho recuerdan que estas instalaciones, que aprovechan el residuo sólido como fertilizante y generan biogás y electricidad, realizan una labor medioambiental al evitar el vertido inadecuado y la contaminación de suelos y acuíferos. Por ello reclaman que en la revisión de la retribución como productores energéticos se tenga en consideración ese otro papel de gestores de residuos.

Soluciones a medio plazo

El consejero de Agricultura de Cataluña, Josep María Pelegrí, que alberga las zonas más afectadas por el problema, ha apuntado otras posibles soluciones a medio plazo como son la introducción de cambios en la alimentación de la cabaña porcina en intensivo, de forma que la composición de los piensos permita que la excreciones tengan un menor porcentaje del peligrosos nitrato, o adoptar tecnologías para la separación de la parte líquida y sólida de los purines, pudiendo trasladar esta última, más rica en nitratos, a otras zonas donde pueda utilizarse en la fertilización de tierras agrícolas. Ello supondrá para los ganaderos mayores costes en la gestión del residuo o bien menor rentabilidad ya que los nuevos piensos podrían ralentizar el crecimiento de los animales.

Con una perspectiva bien distinta el Grupo de Defensa del Ter, que ha sido muy activo frente a los problemas de contaminación de los acuíferos por nitratos en Cataluña, cree que esta crisis desvela que ha fracasado este sistema de gestionar los excedentes de purines, que ha generado beneficios a los propietarios de las plantas y ha permitido aumentar desmesuradamente la cabaña ganadera, pero no abordar con seriedad el problema de la contaminación que sigue existiendo. Para este grupo estamos ante “una oportunidad para reducir la cabaña porcina y encontrar el equilibrio con el territorio”, así como “para implantar soluciones sostenibles de gestión de los purines, como por ejemplo el biogás”. Y abogan por “un nuevo modelo ganadero que se base en la calidad y la alianza entre productores y consumidores, no este modelo que importa pienso de Sudamérica y exporta carne a Rusia”. Recuperar, en definitiva, “un mundo rural que vele por la tierra y su salud”.

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