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Arturo Fernández hace negocio con entidades públicas en las que representa a los empresarios madrileños

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Belén Carreño

¿Qué imagen daría que la cafetería del Congreso la llevara una contrata de, por ejemplo, Jesús Posada? Muy mala. Pues algo similar sucede en los organismos de titularidad pública que preside Arturo Fernández en Madrid. El empresario hostelero es el presidente de la Cámara de Comercio de la región, una corporación de derecho público que hasta hace muy poco se financiaba con las cuotas de todos los empresarios madrileños y a la que presta el servicio de restauración.

Fernández salió elegido el 5 de julio de 2010, sustituyendo al controvertido Salvador Santos Campano que fue acusado también de favorecer a entidades con las que tenía relación. La fórmula para elegir a Fernández no fue, precisamente, el triunfo de la democracia. El censo electoral de la Cámara se compone de dos tipos de colectivos, con una legitimidad electoral muy diferente. El pleno de la Cámara es el órgano que debe votar al líder de esta institución y está compuesto por 69 miembros. De ellos, 60 son elegidos por todos los empresarios de Madrid (alrededor de medio millón) entre el elenco de candidatos que se presentan.

Los otros nueve miembros del pleno son designados por la organización empresarial más representativa de la comunidad. En este caso, la organización patronal que la Comunidad de Madrid reconoce como interlocutor válido es CEIM, la confederación empresarial que lidera Arturo Fernández. CEIM elige así a los otros nueve miembros que completan el censo electoral de la Cámara. Por supuesto, Fernández es uno de ellos.

Según explica el secretario general de la institución, Manuel López-Medel, la Cámara sí tiene una regulación de incompatibilidades que impide que los miembros de los órganos de dirección se adjudiquen contratas. Sin embargo, esta norma solo se aplica con los 60 representantes elegidos por los empresarios. Los nueve que designa libremente la CEIM no están sujetos a esta restricción.

Esta paradójica regulación permite que Fernández ofrezca el servicio de comidas a los trabajadores del organismo semipúblico que preside. Según las cuentas de 2011 de la Sociedad Arturo Grupo Cantoblanco, la sociedad tiene dos avales presentados ante la Cámara madrileña por valor de 9.300 euros (el más importante respaldado por Unicaja). Aunque desde la Cámara dicen que Fernández solo tiene la contrata de restauración, otra de sus empresas, Cantoblanco Colectividades, también presenta dos avales ante el organismo empresarial, uno por valor de 2.769 euros, garantizado por Bankinter, y otro de 3.600 euros, respaldado por Banca March. Los cuatro avales están registrados como indefinidos.

La Cámara es dueña de un tercio de Ifema

Aunque el caso de la Cámara es paradigmático por la particular redacción de su normativa, Fernández se ha hecho con una contrata aún más importante en una sociedad pública en la que se sienta. Así, el empresario madrileño presta el servicio de catering y cafetería en Ifema, el recinto ferial de la Comunidad de Madrid. Fernández se sienta en el Comité Ejecutivo de Ifema porque preside la Cámara de Madrid, institución propietaria del 31% de la feria.

Aunque un portavoz oficial de Ifema asegura que los tiempos en los que se adjudicó la contrata y en los que Fernández se sentó en el Comité Ejecutivo no coinciden, lo cierto es que no había duda de que sería el restaurador el que se sentaría en la silla que le corresponde a la Cámara. Así, Ifema licitó el anuncio el 2 de julio de 2010 y Fernández fue elegido presidente de la Cámara el 7 de julio. La adjudicación se anunció como cerrada en enero de 2011 con Fernández ya desempeñando la responsabilidad en la Cámara más de medio año.

Se da el caso, además, de que Fernández debe un millón de euros a Ifema por el desfase del canon variable pactado con el recinto ferial. Además, Fernández ha tenido que ir a juicio por su decisión de hacer un ERE a los trabajadores que tuvo que asimilar al quedarse con el contrato (un procedimiento habitual en cambio de contratas). Por ahora los trabajadores han ganado el juicio que está recurrido (ver información adjunta).

Desde Ifema recuerdan que ellos no pueden intervenir en los conflictos entre la empresa y los trabajadores, aunque el negocio se esté haciendo en sus instalaciones. Una razón similar a la que el Congreso ofreció cuando se conoció que los trabajadores de la cafetería del hemiciclo cobraban las horas extra en negro.

Omnipresente Arturo

La privilegiada posición de Fernández en la Cámara de Comercio le permite estar sentado en otras instituciones de financiación pública en representación de los empresarios. Es el caso de Avalmadrid, el organismo que ayuda a las pymes madrileñas a conseguir garantías financieras para sus negocios. De hecho, Fernández tiene mano en este organismo por partido doble ya que CEIM también es propietaria del 12% de la sociedad.

Por el protagonismo que hasta hace poco tenía Caja Madrid, Fernández comparte además mesa con cargos designados por la entidad financiera de la que él fue consejero. En Ifema coincidió, sin ir más lejos, con Rodrigo Rato. También, se sientan en estos organismos el presidente de turno de la comunidad o algún cargo delegado por la misma. Antes Esperanza Aguirre, que también estudió en el Colegio Británico, y ahora Ignacio González. El cargo de Fernández hace que su representatividad se retroalimente, por así decirlo.

La relación de Fernández con el PP madrileño es muy estrecha hasta el punto de que ha nombrado a la mujer de Ignacio González, Lourdes Cavero, como el representante de CEIM en Bruselas. Cavero ha pasado recientemente a la primera plana de los medios al ser la principal compradora del polémico ático de Marbella. Según se ha publicado, Cavero compró el piso con la indemnización que se llevó al terminar su relación laboral con Unesa, la patronal de las eléctricas en su sede regional.

Fernández tiene adjudicados también los servicios de cafetería de la Asamblea de Madrid y del Ayuntamiento. Precisamente la contrata con la Asamblea de Madrid saltó a la fama en diciembre ya que la Seguridad Social pidió el embargo de sus cuentas por deber más de 400.000 euros en cotizaciones sociales. Fernández presta los servicios a los diputados madrileños con la sociedad “Grupo Cantoblanco Colectividades”. Esta sociedad tiene presentados avales ante el Ayuntamiento de Madrid, la dirección provincial del INSS o el Ayuntamiento de Tres Cantos, entre otras instituciones madrileñas a las que presta servicios. Es la misma empresa con la que también tiene dos avales con la Cámara de Comercio regional.

El círculo de la representatividad del empresario se cierra con su polémica llegada a la CEIM. El anterior presidente de la patronal era Gerardo Díaz Ferrán, su pariente y ahora preso en Soto del Real. Díaz Ferrán se fue a presidir la CEOE y designó, a dedo, a Fernández para pilotar a los empresarios madrileños en 2007. Posteriormente, y tras una cierta polémica por este sistema de elección, Fernández convocó elecciones y salió elegido como presidente de la patronal regional.

Este diario se ha intentado poner en contacto en numerosas ocasiones con la patronal madrileña para conocer el mecanismo electoral que ha llevado a Fernández al poder. Sin embargo, eldiario.es no ha logrado hablar con ningún portavoz de la institución, pese a ponerse en contacto por teléfono y por correo electrónico.

Gracias a su cargo en CEIM, Fernández es el interlocutor en el Diálogo Social regional. También es la patronal que recibe las subvenciones de los presupuestos regionales para cursos de formación, entre otras finalidades. Además, este puesto le ha llevado también a ser designado por Juan Rosell, actual presidente de la patronal española, como uno de los vicepresidentes de la CEOE.

El que otrora presumía de amigo del rey, está ahora en un periodo de reflexión, instado por sus compañeros de CEOE, para decidir si continúa con sus cargos después de que se dieran a conocer sus pagos en negro a empleados y sus deudas con Hacienda y la Seguridad Social.

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