Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Autónomos o asalariados: el pulso entre Deliveroo y los repartidores no está cerrado

Manifestación de trabajadores de Deliveroo a finales de junio.

Ana Requena Aguilar

“Es mentira que la gente esté de acuerdo con las nuevas condiciones. Yo me voy, esto no renta”. Habla Juan (nombre ficticio), un repartidor de Deliveroo que ha secundado la huelga de los últimos días y que rechaza los últimos movimientos de la empresa para tratar de calmar a la plantilla mientras busca un encaje legal a una situación que se le complica.

Deliveroo asegura que la mayor parte de su plantilla, 755 riders de 900, ha aceptado y firmado las nuevas condiciones que ofrece.

¿Cuáles son esas nuevas condiciones? La compañía da dos opciones a sus repartidores: hacerse autónomos económicamente dependientes o seguir como autónomos al uso pero con condiciones de pago diferentes.

Los autónomos económicamente dependientes (llamados TRADE) son aquellos cuya facturación procede en un 75% o más de un solo cliente. En ese caso, firman un contrato con la empresa y tienen especial protección, como días de vacaciones pagados o acceso directo al paro de los autónomos. Deliveroo ha hecho un llamamiento para reconocer como tal a los que estén en esas circunstancias.

A pesar de que la ley reconoce este subtipo de autónomo desde hace varios años, hay muy pocos contratos TRADE registrados, bien por desconocimiento, bien porque las empresas se resisten a reconocer una figura que implica más derechos.

Como autónomos al uso o como TRADE, Deliveroo ha cambiado las condiciones de pago. Elimina el pago por disponibilidad, que les aseguraba el pago de dos pedidos por hora solo por estar disponibles en la app. Una portavoz de la empresa asegura que ese sistema se había desvirtuado porque algunos riders encendían la app y cobraban pero no aceptaban pedidos.

El nuevo sistema implica un pago estricto por pedido que se hace, entre 3,38 y 4,5 por servicio en función de unos parámetros como la ciudad y el tipo de vehículo. Implementan también un sistema nuevo de incentivos para “poder acceder a ingresos adicionales”, como un extra por repartir quince pedidos en quince días en zonas limítrofes de las ciudades.

Un repartidor asegura que este sistema es aún peor que el anterior: “Si no sale faena, estás esperando en el parque para nada”. El plazo que dio la empresa para acogerse a las nuevas condiciones terminó el pasado 8 de julio, aunque aseguran que ahora darán preavisos a los repartidores y que si hay más que quieren sumarse podrán hacerlo.

Los riders dicen que la empresa no ha dejado otra opción que firmar, mantienen el pulso y confían en que las denuncias a la Inspección de Trabajo y las huelgas den su fruto. 

Para el profesor de Derecho del Trabajo de la Universidad de Valencia y experto en este tipo de nueva economía Adrián Todolí, la oferta que ha hecho Deliveroo a sus repartidores es una nueva artimaña que sigue ocultando una relación que es laboral. Para ser TRADE, primero hay que ser realmente autónomo, apunta. “Esto no soluciona nada, la dependencia de la empresa sigue existiendo, hay muchos indicios de laboralidad”, asegura.

Uno de ellos es el de la asignación de turnos y pedidos. La empresa asegura que son los repartidores los que eligen las franjas horarias en las que trabajan. El Tribunal Supremo, recuerda Todolí, dice que aunque un trabajador tenga libertad de horarios eso no le convierte en autónomo. “Es como si a alguien en su trabajo le preguntan qué horario le viene mejor o te dan a elegir entre varios horarios. En última instancia, es la empresa la que acepta o no y la que los asigna”, señala.

De hecho, Deliveroo explica que da preferencia a los TRADE al asignar franjas horarias que “ellos previamente han pedido”. Es decir, toman decisiones sobre el reparto del trabajo. “Si los riders fueran realmente autónomos y cada uno se organizara como quisiera, la empresa sería ingobernable”, resume el experto.

Si concurren varias características de laboralidad, como las llaman los expertos, esas personas deben ser asalariadas, y no autónomos, sea cual sea su tipo. Si no son asalariados pero cumplen los requisitos, pasan a ser falsos autónomos: trabajadores que están bajo la dirección de una empresa, no tienen medios propios y no pueden decidir unilateralmente sus vacaciones pero que, sin embargo, se hacen cargo de su propia Seguridad Social.

Moción en el Senado

En Reino Unido, Deliveroo ha abierto la puerta a la posibilidad de pagar un seguro por enfermedad y accidente a sus riders si la ley cambia. La empresa asegura que estas personas están autoempleadas porque tienen la flexibilidad de trabajar cuando quieran y que esa categoría legal les impide darles más derechos. Si la norma cambia, dijeron fuentes de la compañía, podrán ofrecer más beneficios a sus trabajadores sin perder la flexibilidad o, lo que es lo mismo, piden una reclasificación laboral que les permita conjugarlo todo.

Hace unos días, Unidos Podemos presentó en el Senado una moción para instar al Gobierno a “adoptar las medidas necesarias para el control y la fiscalización” de las empresas relacionadas con la digitalización y la economía colaborativa. El texto reconoce las contribuciones de la nuevas tecnologías pero alerta de que el vacío y la desregulación normativa pueden generar “efectos nocivos” en materia laboral o fiscal. 

La moción hace referencia explícita a Deliveroo y a las condiciones en la que sus trabajadores prestan sus servicios. “Estas empresas han llenado las calles de nuestras grandes ciudades de un escenario que mostrándose amable esconde una realidad de enorme precarización social”, apuntan.

A partir de ahí, Unidos Podemos insta al Gobierno a desarrollar la normativa laboral para evitar relaciones laborales encubiertas y para impulsar en la Inspección de Trabajo y en la Agencia Tributaria un plan específico para erradicar estas prácticas y convertir a estos trabajadores en asalariados con plenos derechos. Reclaman también que el Ministerio de Empleo abra una mesa de diálogo específica que aborde el tema.

En el Ministerio, en cambio, son reacios a abrir una mesa ad hoc. En lugar de eso, aseguran, será la mesa sobre calidad en el empleo la que tendrá que tratar el asunto. Una fuente del departamento asegura que problemas como el de los falsos autónomos o la falta de alta en la Seguridad Social no son exclusivos de la economía asociada a la digitalización y que, aunque la preocupación existe, de momento será esa mesa ya abierta la que se encargue de ello. Tampoco se descarta un gesto en el futuro para mostrar públicamente que este tema importa.

Etiquetas
stats