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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Rajoy, Cifuentes y Carmena, de acuerdo en luchar por traer la City de Londres a Madrid

Cifuentes por ahora no se ha sentado con el Ayuntamiento a hablar de cómo captar las inversiones británicas

Belén Carreño

“Vente pa Madrid”, le cantaba el solista de Ketama a su primo Joselín en plena movida madrileña. Casi veinte años después Gobierno central, comunidad y ayuntamiento de Madrid quieren ir a dar palmas a la City para convencer a los banqueros de que “aquí en Madrid está lo mejor”. Este mismo viernes, la comunidad ha citado a los agentes sociales (sindicatos y patronal madrileña) y a la Cámara de Comercio en la Puerta del Sol para colaborar en convertir a Madrid “en un tractor de inversión” para el dinero y los empleos que presumiblemente se van a fugar de Reino Unido como consecuencia del Brexit.

Contra todo pronóstico, las tres administraciones están de acuerdo con que traerse a Madrid la parte de la City que ya no pueda, o no quiera, seguir operando desde allí es beneficioso. Pero, dada la diferencia política entre los tres gobiernos, el plan para lograr atraer estas inversiones puede no ser tan fácil de desarrollar. Por lo pronto, la comunidad no ha convocado ni se ha sentado a hablar con el ayuntamiento directamente. “Más adelante nos sentaremos a hablar con todos los ayuntamientos de la comunidad”, aseguran. La Comunidad se escuda en que los financieros que lleguen no se tienen que realojar en Madrid capital forzosamente, ya que hay otras muchas zonas de la comunidad (citando la zona Sur o el corredor del Henares) que podrían beneficiarse de estas inversiones.

Además, la ciudad de Madrid y la comunidad discrepan con las formas en las que se deben captar estas nuevas inversiones. La Comunidad apuesta por destacar la baja fiscalidad “una de las más bajas de España y de Europa” y “en colaboración con el Gobierno central”, impulsar nuevas medidas impositivas que atraigan a los empresarios. El concejal de Hacienda de Madrid, Carlos Sánchez Mato, discrepa con esta propuesta y lamenta que no se prioricen otras medidas que sí demandan los empresarios como la agilización de los trámites administrativos para crear sociedades y empresas.

Además, la Comunidad de Madrid asegura que va a destacar como uno de los principales atractivos de este destino el sentimiento europeísta de España. “En este país no hay ningún partido antieuropeísta, ni los partidos que se puedan considerar más radicales están en contra de Europa”, afirma un portavoz de la comunidad que cree que este sentimiento europeísta es un buen gancho en un momento de incertidumbre política que penalizaría a otros hipotéticos rivales como Ámsterdam o París.

Además, la región también quiere abordar posibles ayudas para la relocalización o medidas excepcionales para la construcción de oficinas y apertura de sociedades.

La cuestión fiscal será clave a la hora de competir con otras ciudades, especialmente las otras dos mejor posicionadas, París y Fráncfort. Pero España ya tiene en estos momentos unos ingresos fiscales lo suficientemente bajos con respecto a los otros rivales. La presión fiscal en España en 2015 fue del 34% (en línea con Reino Unido), frente al casi 48% de Francia y al 39,5% de Alemania.

Además, Madrid es la comunidad de España con los impuestos más bajos, donde no se paga impuesto de Patrimonio (ni de donaciones) y la comunidad ha utilizado su margen en el IRPF para bajar aún más la fiscalidad de las rentas del Trabajo. La comparación con Francia (donde Francois Hollande declaró a la banca sus enemigos en 2012) es abismal. Pero París ha decidido que quien golpea primero, golpea dos veces y ha enviado ya un correo electrónico a miles de banqueros ensalzando las virtudes de ese destino.

En su misiva, Francia insiste en su plan de baja fiscalidad para expatriados, que inluye numerosas excepciones, sobre todo relacionadas con los costes de traslado y la educación y colegio de los niños, para los trabajadores extranjeros.

Pero no solo la fiscalidad es más barata en España. Un reciente informe del banco de inversión JPMorgan, destacaba como en el ámbito inmobiliario Madrid es el caballo ganador. Además de ser una de las ciudades con posibilidades para ser candidata con más superficie de oficinas disponible es, con mucha diferencia, la más barata al alquilarse el metro cuadrado por 27 euros frente a los 67 euros cuadrados que se alquila la misma categoría de suelo en París o los 52 euros en Dublín.

Más allá del precio

Otros elementos pesan a favor de Madrid. El aeropuerto y las conexiones con el resto de Europa; el clima y la gastronomía; la calidad de los hospitales; o la posibilidad de acceso al mercado latinoamericano.

Además, cuando se plantean con múltiples fuentes del mundo financiero y jurídico las ventajas e inconvenientes de las opciones sobre la mesa surgen los tópicos de siempre: los parisinos tienen un trato complicado, el clima y la diversidad de Fráncort son muy pobres; Dublín es una ciudad de muy limitados recursos (empezando por su aeropuerto y siguiendo por la vida cultural o social); y un largo etcétera de inconvenientes que pueden pesar a la hora de convencer a miles de banqueros a mudarse de ciudad.

Contra Madrid pesan el hecho de ser una capital de los llamados “países periféricos o PIIGS) donde desde la óptica bancaria el arraigo es complicado y, sobre todo, la falta de idiomas. También el hecho de que no exista ya un polo financiero (que sí tienen París y Fráncfort) complica los traslados al partir de cero.

Algunos vecinos de Madrid miran con cierta preocupación la posibilidad de la llegada de miles de banqueros en la ciudad y el peligro de gentrificación. Sánchez Mato descarta esta posibilidad al recordar que desde la crisis, el sector financiero en Madrid se redujo en 10.000 personas por lo que se rellenaría el hueco dejado por estos empleados. “Podrían subir los alquileres de cierto tipo de alojamientos de forma puntual, pero no es algo que vayan a notar la mayoría de los madrileños”, resuelve Sánchez Mato que asegura que la ciudad hace todo lo posible para captar inversión extranjera.

Cabe recordar que si el Brexit continúa, solo una fracción de los bancos tendrían que trasladarse, que sería la parte del personal correspondiente que necesita el pasaporte europeo para prestar (vender) sus servicios al resto de Europa. HSBC ya anunció su intención de mover directamente su sede a París (un aviso que juega en contra de España) pero lo cierto es que solo sería necesario desplazar a una pequeña parte de las plantillas fuera de Reino Unido.

También hay a quien esta operación les suena demasiado a las ya organizadas por la comunidad de Madrid o el ayuntamiento cuando intentaron hacerse con Eurovegas o quedarse con los Juegos Olímpicos. Por lo pronto, la Comunidad ya prepara un viaje en septiembre a Londres para verse cara a cara con sus futuros vecinos, reforzando el reciente y rápido viaje que ha realizado el ministro en funciones, Luis de Guindos.

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