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La Xunta evita revelar al Parlamento el coste del viaje oficial de Feijóo a China

Feijóo, durante uno de los encuentros celebrados en su viaje oficial a China, el pasado junio

David Lombao

Una de las escenas más difundidas por el PP gallegodurante sus tres años y medio en la oposición -de agosto de 2005 a abril de 2009- fue la del actual delegado de la Xunta en Vigo, el entonces diputado Ignacio López-Chaves, acudiendo a la sede del Gobierno gallego a la búsqueda de “facturas” y “actas” sobre la participación de la Consellería de Cultura en la Feria del Libro de la Habana, que tuvo en 2008 a Galicia como país invitado. La Xunta había enviado al Parlamento las facturas reclamadas por el parlamentario popular y una de ellas, de unos 1.600 euros en unas 400 bebidas ofrecidas durante una presentación, sirvió a los conservadores durante años como látigo contra el Gobierno de PSdeG y BNG. Su publicación era imprescindible, proclamaba en aquellos meses Alberto Núñez Feijóo, porque “Galicia entera tiene derecho a saber donde se emplea el dinero público de todos los gallegos y gallegas”.

Casi una década después de aquellas controversias el propio Feijóo sigue agitando los “mojitos de La Habana” cuando es cuestionado por la oposición sobre gastos de su Ejecutivo. Una de esas preguntas fue formulada hace apenas dos meses por En Marea y se refiere a un viaje del presidente ampliamente difundido desde el Gobierno por tratarse del primer desplazamiento oficial de un titular de la Xunta a China. Esa visita se desarrolló durante casi una semana a principios de junio y tuvo como objetivos declarados “abrir oportunidades de negocio y captar inversiones”. En la comitiva encabezada por Feijóo participaron también el conselleiro de Industria, Francisco Conde, y la directora de Turismo, Nava Castro, además de “cerca de treinta empresas gallegas” y “diversos representantes diplomáticos”, según informó la propia Xunta en el inicio del viaje.

Tres días después del final de la visita la diputada de En Marea Magdalena Barahona registró una pregunta parlamentaria en la que pedía a la Xunta detalles concretos al respecto. Concretamente, reclamaba conocer “quién financia la estancia del conjunto de la comitiva” y “cuáles fueron los gastos concretos en dietas, alojamiento y viajes”. Además, pedia saber si “la estancia de los empresarios que acompañaron a los miembros del Gobierno” fue “financiada con fondos públicos”, cuáles fueron concretamente “las empresas que acompañaron al Gobierno” y “cuál fue el coste total del viaje”, así como detalles de las agendas oficiales y cumplimiento de los objetivos marcados.

La Presidencia de la Xunta acaba de aportar al Parlamento su respuesta y en ella, al más allá de reiterar objetivos generales del viaje ya avanzados en comunicados públicos, evita revelar los costes que Barahona solicitaba conocer, si bien aclara que “la Xunta financió únicamente el viaje y la estancia de los miembros del Gobierno” y no la de los representantes empresariales. “El coste total del viaje, en lo referido a dietas, alojamiento y traslado, se ajustó a lo establecido en el Código Ético Institucional aprobado en 2011 y en el resto de las normas reguladoras”, indica como única referencia a los fondos destinados a la visita.

El código al que se refiere a respuesta fue publicado por la Xunta a comienzos de 2011 durante un viaje privado del presidente al Brasil que había recibido abundantes críticas de la oposición y fue incorporado posteriormente al Código Ético Institucional vigente en la actualidad, que incorpora directrices para ámbitos como la recepción de regalos institucionales y declaraciones de bienes, muchas de ellas también incluidas en la nueva ley de transparencia de 2016. Ese texto indica, por ejemplo, que “el desplazamiento en clase preferente quedará reservado exclusivamente para los viajes transoceánicos”, caso de China, y para “dos personas como máximo por departamento del Gobierno (...) cuando se trate de delegaciones presididas por el presidente de la Xunta o cualquiera de los conselleiros y conselleiras”.

Cabe deducir, de este modo, que Feijóo, Conde y Castro viajaron a China en clase preferente y que las eventuales dietas que puedan haber percibido salieron del dinero reservado por la Xunta en 2017 para “indemnizaciones por razones de servicio”, presupuesto que según lo publicado en el portal de transparencia asciende a 6,9 millones de euros. En cualquier caso, ni los datos publicados en este portal ni la información aportada por Presidencia en respuesta a Barahona permite conocer cuánto costó el viaje, en el que la “agenda de los miembros de la Xunta” estuvo “centrada, principalmente, en la búsqueda de oportunidades para estrechar relaciones con tres de las empresas más importantes del país desde el punto de vista agroalimentario”, dice el documento en referencia a COFCO, JD.com y Shangai Fisheries.

De este modo, más allá de las declaraciones públicas de Feijóo al respecto y de la propia respuesta a la pregunta de En Marea, el Parlamento no recibirá información adicional alguna sobre el viaje del presidente a China hasta que el director general de Relaciones Exteriores, Jesús Gamallo, comparezca en comisión para informar sobre los viajes de los miembros del Gobierno en el segundo semestre del año. Estas comparecencias -cuya transcripción está disponible en la web de la Xunta-, en las que Gamallo no suele ofrecer datos económicos, sustituyeron desde el retorno del PP al poder a las comparecencias que, durante el mandato del Gobierno de coalición, Emilio Pérez Touriño realizaba ante el pleno de la Cámara después de cada visita oficial al extranjero.

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