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¿Qué tienen en común los bebés y el 'hardware' libre? Una financiación de todos y para todos

Bebé manejando una tablet (Foto: Henriksent | Flickr)

Pilar Chacón

El domingo es el mejor día de la semana. Un día en para olvidar las constantes quejas de nuestro jefe, despedirmos por un rato de la monotonía hinchándonos a ver series o relajamos en la terraza de un bar con los amigos.

Pero no todo el mundo disfruta así de su domingo. Hay quien se entretiene leyendo el 'Protocolo, Ceremonial, Heráldica y Vexilología en el Estado, en las corporaciones públicas y en la empresa multinacional' (sí, existe, lo hemos comprobado), aprendiendo a hacer ganchillo con la abuela u organizando la ropa del armario en riguroso orden alfabético.

Otros sencillamente tienen una idea, la comparten con tres amigos y la ponen en práctica todos los domingos, ocupando su preciado tiempo libre. Nadie dijo que los grandes proyectos nacían entre semana...

Es el caso de Babyduino, uno de los cinco proyectos finalistas de la segunda edición de Crowdsasuna, el 'crowdfunding' para ideas del campo de la salud en Euskadi. Un kit de prototipado destinado a cualquier empresa, desarrollador, universidad o entidad pública que necesite monitorizar algo como, en este caso, los signos vitales de un bebé.

“Es una especie de base a través de la que poder desarrollar proyectos, productos, interfaces para monitorizar a personas dependientes”, explica a HojaDeRouter.com Diana Franco, cofundadora de Babyduino. Nosotros hemos empezado con bebés“.

El proyecto del grupo vasco tiene apenas un añito. Basado en Arduino, la famosa plataforma de 'hardware' libre, sus creadores están ahora inmersos en la búsqueda de sensores que conectar a la placa para monitorizar los signos vitales del bebé. No vale cualquier tipo de sensor: tiene que ser capaz de medir sin molestar demasiado al recién nacido.

“No es un producto. La intención actual no es ponerla en la cuna de un bebé, porque no tenemos los permisos”, admite Franco. “¿Puede obtenerlo una empresa para hacerlo luego un poco más comercializable? Sí, con los permisos que tenga que pasar, pero nosotros, en esta etapa, lo que vamos a hacer es un kit de desarrollo”.

No es un ‘crowdfundee’ cualquiera

A estas alturas, muchos de vosotros os estaréis preguntando por qué Babyduino está buscando financiación por medio de un 'crowdfunding' si todavía se encuentra una fase tan inicial. Casi en pañales, por seguir con la temática pueril. Porque nadie dijo que una idea no podía surgir un domingo, pero tampoco que tuviera que ir ligada indefectiblemente al adjetivo ‘empresarial’.

He ahí la filosofía de los cinco proyectos finalistas de Crowdsasuna. Babyduino, uno de ellos, necesita financiación para desarrollar los sensores, pero también conocimiento de otros especialistas para dar con ellos. Y no es muy distinto el objetivo de Médicos Sin Fronteras Euskadi, otro de los finalistas, que pide dinero para elaborar un informe sobre la mutilación femenina en el País Vasco.

Ideas para financiar distintas a las que podemos encontrar en la conocida Kickstarter. Ideas relacionadas, sobre todo, con la investigación. Pero ideas, al fin y al cabo, que también necesitan dinero para salir adelante. Eso lo sabe bien Innobasque, la agencia vasca de innovación, encargada de poner en marcha hace ya un año la iniciativa Crowdsasuna.

“Veíamos que había proyectos orientados a la solución de problemas y necesidades en el ámbito de la salud que no encontraban la financiación adecuada”, explica Carolina Rubio, directora de proyectos de Innobasque. “Lo que damos es apoyo a esos proyectos para que los preparen en claves de 'crowdfunding', ya que son organizaciones que igual están acostumbradas a pedir financiación a fundaciones, bancos o entidades públicas”.

Los cinco proyectos tienen un período de cuarenta días para obtener la financiación mínima establecida o, si ya la han conseguido, seguir recaudando hasta llegar al máximo. Si, al finalizar el plazo, el proyecto no ha logrado alcanzar el mínimo, todos los mecenas recuperan su dinero.

No obstante, se les suele echar una mano. “Contamos con un fondo de 12.000 euros. Los repartiremos entre los proyectos, doblando la aportación que hacen los ciudadanos”, señala Rubio. “Esto complementa la aportación ciudadana: si tú das diez euros a un proyecto, esta cantidad se multiplica por dos, con lo que le estás dando 20 euros”.

Abierto al público

Este año, 17 ideas han intentado hacerse un hueco en esta plataforma vasca de financiación colectiva. Para seleccionar a los finalistas, Innobasque ha seguido un par de criterios. Principalmente, “que sean proyectos que se desarrollen en Euskadi y que tengan un retorno colectivo. Que los resultados del proyecto puedan ser utilizados por otras personas”, indica Rubio.

Así lo demuestran los ganadores de la primera edición: una investigación sobre intoxicaciones infantiles que consiguió hacerse un hueco en foros internacionales, un gimnasio emocional o incluso un portal para ayudar a los vecinos. “El Portal Cuidadano, una herramienta que sirve para que un portal, una manzana o un conjunto de portales se organicen y cuiden a los habitantes que viven en ese portal”, explica Rubio.

El 'hardware', el 'software' y el papel libre para intercambiar conocimiento. Ideas que participan en un 'crowdfunding' hecho a su medida. Proyectos que podrían tener futuro, y que sería un lástima que se echaran a perder. Como el domingo, sin duda el mejor día de la semana.

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