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Análisis de Titan Souls, dificultad y desquiciamiento a partes iguales

Titan Souls imagen

Álvaro Alonso

Muchas veces se sabe que un juego va a dar de qué hablar antes incluso de su lanzamiento definitivo. Tal vez es por su original concepto, sus gráficos impresionantes, o por presumir de un sistema de juego que no se ha visto hasta ahora. Otros pasan desapercibidos durante un tiempo, y de pronto, cuando caen en las manos de algunos jugadores, su popularidad se dispara.

Es difícil decidir a cuál de estos dos grupos pertenece Titan Souls. El juego, desarrollado por Acid Nerve, nació en medio del evento Ludum Dare Game Jam, en el que los desarrolladores se enfrentan a un reto: crear juegos con algún tipo de limitación o tema especial. Titan Souls tuvo tanto potencial que acabó siendo desarrollado completamente para su comercialización, y el boca a boca de los usuarios lo ha convertido en uno de los títulos más esperados de abril. Ahora qué está en nuestras manos, ya sea en PS4, PC o PS Vita, es hora de decidir qué clase de juego es, y si merece la pena. ¿Preparados?

Titan Souls llama la atención al instante por su diseño y por su estilo pixel art, que recuerda irremediablemente a aquellos títulos de NES tan lejanos en el tiempo, pero que tantas horas de diversión nos dieron.

El juego no pretende tener una trama adictiva o una historia básica. Aparecemos, sin explicación alguna, en los que parece un gigantesco templo dedicado a una serie de titanes. El objetivo es avanzar hasta el final, destruyendo todos los fragmentos de estas criaturas, e intentar no morir muchas veces.

Controlamos a un niño, equipado con un arco y una sola flecha. Una. Con un botón la disparamos, decidiendo la fuerza y distancia que recorrerá en función de cuánto tiempo apretemos el susodicho botón. Si queremos volver a disparar, tenemos que recuperar esa flecha, ya sea acercándonos hacia donde ha caído, o bien volviendo a pulsar el botón de disparar. Al hacerlo, la flecha regresa a nuestras manos sola, aunque tardará unos segundos en alcanzarnos.

Sobre otros movimientos, nuestro personaje tan sólo puede rodar por el suelo o correr. No podemos dar saltos, ni adquirir posiciones de defensa ni nada por el estilo. Y ese es el principal atractivo de Titan Souls. ¿Por qué?

Básicamente, el juego consiste en enfrentarse a varios minijefes, una y otra vez. Cuando derrotamos a unos cuantos, se nos van abriendo nuevas áreas del templo, y por supuesto, las nuevas áreas suponen nuevos minijefes, más difíciles de derrotar. Porque si una cosa está clara en Titan Souls, es que los enemigos son complicados de derrotar. Además, que el personaje muera con un sólo golpe no facilita la partida precisamente...

Cada titán o “trozo” de titán actúa de una forma distinta. Solemos encontrarlos en salas cerradas, cada una con características especiales que las diferencian de las otras. Como explicar esto de forma general va a ser complicado, vamos a poneros un par de ejemplos de los tipos de combate en los que debemos participar.

Por ejemplo, en una de las salas activamos lo que parece una caja cúbica. En uno de los lados hay un ojo gigantesco. La caja intentará aplastarnos, y se moverá hacia nosotros “rodando”. El suelo de la sala está dividido en cuadrados, como un tablero de ajedrez, y la caja no puede moverse en diagonal, sólo hacia delante o hacia los lados. El objetivo es lanzarle un flechazo en el ojo, lo cual no será nada fácil. No basta con lanzar ataques a lo loco, como en otros juegos. Aquí hay que entender cómo actúa el titán, qué frecuencia tienen sus ataques y si siguen alguna especie de tempo. En función de esto, debemos crear nuestra estrategia para derrotarlo.

Otro ejemplo. En otra sala, nos topamos con un cerebro dentro de una urna de cristal. En la sala hay cuatro interruptores en el suelo, que sólo se activan cuando el cerebro se sitúa sobre ellos. Al hacerlo, una hoguera aparece en el centro de la sala durante unos segundos. ¿Dónde reside la dificultad? En que el cerebro asesino quiere acabar con nosotros, claro, y no se está quieto en ningún momento. Nos persigue todo el rato.

Lo que tenemos que conseguir es que encienda la hoguera, y en ese momento lanzar nuestra flecha para que se prenda con las llamas. La flecha normal no hará daño al minijefe, pero si está ardiendo sí.

El resto de enfrentamientos siguen esta línea. La primera vez que luchemos contra un titán va a ser imposible derrotarlo, debemos tenerlo en mente. Tendremos que ver cómo actúa, si muestra puntos débil, morir un par de veces, y una vez hayamos ideado una estrategia, empezar a luchar en serio.

Los que piensen que llegarán y besarán el santo van a acabar muy decepcionados. Titan Souls es un juego difícil, en el que moriremos mil y una veces si vamos a lo loco. El juego ha sido planeado para que probemos y fallemos hasta encontrar la forma de salir airosos de los combates, y lo consigue. Hay veces que no duraremos ni unos segundos en el “campo de batalla”, y cada vez que esto ocurra nos tiraremos de los pelos y pegaremos un par de berridos. Pero volveremos a probar. Porque si hay algo que iguala la dificultad del juego, es lo adictivo que resulta.

En total hay unos 20 minijefes, aunque no os dejéis engañar. El juego no es corto, porque podemos tirarnos fácilmente diez minutos luchando, muriendo y volviendo a luchar con cada uno. Eso si tenemos suerte, ya que algunos enfrentamientos pueden alargarse media hora, una hora o mucho más. Algún nivel se nos atascará, eso seguro, porque los creadores del juego han hecho un estupendo trabajo para que así sea.

Si conseguimos acabar el juego, siempre podemos repetir para superar nuestras estadísticas, intentar superarlo muriendo menos veces, etc. Otra opción es jugar con el modo de muerte permanente, aunque eso ya es para los muy atrevidos. Un sólo toque y tenemos que empezar desde el principio. Tan sólo pensarlo da escalofríos.

El principal problema de Titan Souls es la monotonía de su mapeado, en el que no hay nada que hacer salvo andar. No hay exploración, no hay enemigos comunes a derrotar... Tan sólo hay que ir de un lado a otro, buscando los escondites de los titanes. Lo importante son los enfrentamientos con ellos, y por desgracia, el resto del juego sobra.

Si los escenarios tuvieran más elementos esta sensación podría no ser tan pronunciada. Como mencionábamos antes, el juego tiene un estilo pixel art, pero ese no es el problema. Los mapas están prácticamente vacíos. Son gigantescos, pero en ellos sólo aparecen un par de árboles, alguna fuente, una o dos escaleras... El lugar está desangelado, haciendo que se multiplique esa sensación de monotonía al movernos por él. Si hubiera contado con unos gráficos potentes, que hicieran que las cuatro estructuras con las que nos encontramos se vieran espectaculares, la sensación podría haber sido distinta, pero todo juega en su contra.

Conclusiones

ConclusionesEn definitiva, podemos decir muchas cosas de Titan Souls: que los gráficos no sobresalen, que el juego es repetitivo, limitándose únicamente a combates contra titanes... Pero la realidad es que engancha. Morimos en apenas décimas de segundo, es cierto, pero volvemos a probar, y a probar, y a probar, hasta conseguir la victoria. O eso, o tiramos la consola por la ventana.

Titan Souls es el juego perfecto para los amantes de la dificultad, que sólo buscan jugar sin meterse en tramas o personajes, sólo probar su habilidad a niveles extremos. Puede que muchos rechacen este planteamiento, pero sin duda Titan Souls es un juego al que todos deberíamos dar una oportunidad. Para matar titanes, para morir mil veces, y para desesperarnos hasta el borde de la locura.

Lo mejor:

  • Los titanes son muy originales. Cada uno “funciona” de una forma distinta, y tenemos que descubrir sus puntos débiles y sus rutinas si queremos derrotarlos.
  • Es adictivo y desafiante. Nos invita a probar una y otra vez, aunque cada vez que muramos nos den ganas de romper algo.
  • La duración del juego depende de nuestra habilidad. Si somos buenos planeando estrategias, terminaremos antes. Si tenemos dedos torpes, podemos pasarnos horas intentando completarlo.

Lo peor:

  • Los gráficos son muy simplones. El estilo pixel art es curioso, pero para que hubiera funcionado necesitaba muchos más elementos y adornos que no existen.
  • Todo lo que ocurre entre combate y combate sobra. Los escenarios están vacíos, no hay enemigos, ni puzzles...

Por: Álvaro Alonso

Análisis de Titan Souls, dificultad y desquiciamiento a partes iguales

14 de abril de 2015

7 / 10 estrellas

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