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Sáenz de Buruaga registra más de 1.200 avales y se enfrentará a Diego por la presidencia del PP

María José Sáenz de Buruaga e Ignacio Diego, en imagen de archivo.

Rubén Vivar

María José Sáenz de Buruaga ha hecho este miércoles una demostración de fuerza al registrar su candidatura a presidir el PP de Cantabria acompañada por 1.251 avales, entre los cuales figuran además cargos muy destacados del partido, como el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna; la alcaldesa de Santander, Gema Igual, o el exregidor de esta misma ciudad, Gonzalo Piñeiro.

La secretaria general del PP cántabro ha esperado al último día de plazo para oficializar su candidatura, mientras que Ignacio Diego hizo lo propio un día antes sin desvelar el número de apoyos que ha presentado. A partir de ahora, el comité organizador del duocédimo Congreso Regional del PP tendrá que dar luz verde a ambas candidaturas y recontar cuántos de los 14.000 afiliados se han inscrito para poder votar el día 8 en las primarias. Los datos están previstos que se conozcan este jueves.

Si ese día alguno obtiene más de la mitad de los votos y saca al segundo más de 15 puntos será proclamado único candidato para el 25 de marzo, día en que los compromisarios votarán al nuevo presidente del partido. Si no hay esa diferencia, que es lo más probable, llegarán a esa cita final las dos candidaturas.

Renovación frente a continuismo

Sáenz de Buruaga, que ha registrado su candidatura a las 11.30 horas, ha vuelto a señalar que pretende “abrir una nueva etapa en el partido”, “recuperarlo” para las “bases” del mismo, abrirlo a la sociedad“ y situarlo ”en las mejores condiciones posibles para ganar“ las elecciones municipales y autonómicas de 2019 y ”gobernar“.

La actual 'número 2' del partido ha hecho un llamamiento a la “unidad” en torno a este proyecto “de cambio” y lo ha vuelto a “poner a disposición de todo el PP” regional, “sin vetos ni exclusiones”.

En este sentido, Sáenz de Buruaga ha sorprendido anunciando que si gana ofrecerá a Diego fomar parte del nuevo Comité Ejecutivo desde “el lugar y la responsabilidad” que él elija. Unas intenciones similares a las que el todavía presidente ya manifestó la semana pasada, cuando dijo abrir el 50% de los cargos a la candidatura rival en caso de proclamarse vencedor.

“En el PP cabemos todos y aquí no está excluido nadie, por venir de donde venga, por haber apoyado lo que haya apoyado. Lo importante en la vida, lo importante en política es preguntarle a la gente dónde va y dónde quiere ir”, ha concluido.

No obstante, pese a los anuncios de “unidad” e “integración” manifestados por ambos candidatos, lo cierto es que el proceso electoral está siendo una auténtica catarsis. Aunque en las últimas horas el tono se ha rebajado, los simpatizantes de uno y otro bando han intercambiado duros reproches y acusaciones, además públicamente, algo a lo que los populares no están acostumbrados. 

El apoyo de los barones

Mientras que Buruaga ha puesto el acento en proclamarse como la candidata de las bases y de la renovación, Diego en su camino a la reelección ha destacado el apoyo de los barones del partido, que trató de visualizar este pasado sábado con una foto de grupo -con más de cien personas- frente a la Catedral de Santander.

Fue el diputado y vicesecretario de organización, Santiago Recio, quien registró su candidatura, que superaba “ampliamente” los 90 avales necesarios, y quien se encargó de recordar que Diego cuenta con el respaldo del “80 por ciento” de los dirigentes locales del partido.

Cuestionada por esta afirmación, Sáenz de Buruaga ha asegurado que “se puede discutir si es así o no”, pero ha recordado que en el proceso electoral abierto los votos de todos los afiliados “valen lo mismo”, no hay unos de “primera o segunda” y tampoco existe “voto de calidad”.

“Vale lo mismo el aval de Íñigo de la Serna, el aval de Gema Igual, el aval de Gonzalo Piñeiro, el aval de Eduardo Arasti, con los que cuento, que el aval de las personas que han puesto su confianza, que han puesto su firma, que han puesto su compromiso en este proyecto”, ha aseverado.

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