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Las huelgas llegan a la limpieza de los cuarteles

Trabajadoras de limpieza de las instalaciones militares de Gipuzkoa se concentran frente a la Residencia Militar de San Sebastián.

Paola Fernández

San Sebastián —

Desde el pasado 9 de diciembre las trabajadoras de la empresa Cleanet en Gipuzkoa, encargada de ofrecer servicios de limpieza en las instalaciones militares, se encuentran en huelga indefinida por impago de salarios y el deterioro progresivo de las condiciones laborales. Las trabajadoras se concentran a diario en las inmediaciones de las Comandancias de Hondarribia y de Donostia, enfrente de la Residencia Militar General González Valles de la capital guipuzcoana y en las inmediaciones de los acuartelamientos de Loiola, hasta que se solucione esta situación y cobren sus nóminas.

En el País Vasco las trabajadoras llevan sin cobrar sus salarios desde octubre, pero esta misma situación la están sufriendo en otras comunidades españolas desde hace varios meses. De hecho, en provincias como Murcia llevan sin cobrar desde agosto. Noelia, trabajadora de la Residencia Militar en San Sebastián señala que en algunos centros militares de Bizkaia y Álava las trabajadoras están a la espera de que les puedan pagar, sin embargo, las trabajadoras de la Residencia Militar Juan de Garay en Bilbao empiezan la huelga el próximo día 22 de diciembre.

En enero de 2013, el Ministerio de Defensa hizo público el acuerdo marco creado para conceder el servicio de limpieza de sus 585 instalaciones militares, y las sacó a concurso público divididas en ocho lotes geográficos por un valor global de 194 millones de euros. Con esto el Gobierno pretendía ahorrar un 30% del gasto destinado al servicio de limpieza. Las adjudicaciones tuvieron lugar entre febrero y marzo de 2013, y fueron a parar a cuatro empresas: Cleanet Empresarial, Clece, Limpiezas Raspeig y Eulen. El País Vasco se encontraba en el lote 1, uno de los más grandes de España, que se lo llevó Cleanet.

Según cuentan las trabajadoras, esta empresa entró el 1 de abril de 2013 y su situación laboral comenzó a deteriorarse. Noelia cuenta que, por ejemplo en la Residencia Militar de Loyola, trabajaban 10 personas y a día de hoy están tres para hacer el mismo trabajo. Así, explica que el Ministerio de Defensa marca unas frecuencias de “cuándo quiere que se limpie, cómo quiere que se limpie”, entonces la empresa decidió “qué se podía llevar a cabo eso con menos personal”. El contrato finaliza el 31 de marzo y las trabajadoras apuntan que si el Ministerio no rescinde el contrato, “esta situación se puede alargar hasta que acabe el mismo”.

Ministerio de Defensa “cómplice”

El sindicato ELA hace responsable de esta situación al Ministerio de Defensa por conceder adjudicaciones a empresas que no pueden cumplir con obligaciones básicas como son las de pagar a sus trabajadoras. Así, le exigen que “tome cartas en el asunto” y obligue a la empresa a abonar las nóminas de todo el personal y de no ser así, instan al Ministerio a que retire la adjudicación a Cleanet y adjudique provisionalmente a otra empresa que pueda hacer frente a los pagos o en su defecto que sea el propio Ministerio el que se haga cargo de los pagos.

Desde el Ministerio de Defensa apunta que en principio este es un problema laboral entre la empresa y sus trabajadores, pero conocen la situación y confían en que “se reinicie el proceso de pago de las nóminas a la mayor brevedad”, porque “los reiterados incumplimientos de contrato podrían poner en peligro la prestación de los servicios”. Asimismo, señalan que están recabando información de las instalaciones militares en donde se encuentran en huelga y en caso de que no sea así, esto es, de que no se reinicie el pago de las nóminas y se continúe con el incumplimiento de contrato, el Ministerio de Defensa “no descarta la adopción de ninguna medida, eso incluye la posible resolución del contrato si fuera necesario”.

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