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9.200 hogares sobreviven sin ingresos en Navarra

Una persona pide ayuda en la calle.

Celia Bustamante

En 9.200 hogares navarros, ninguno de sus miembros tiene ingresos. Una situación que lleva a las familias a sobrevivir gracias a recursos como comedores sociales u otras ayudas de ONG. La cifra se duplica en el caso de los hogares en los que ningún miembro trabaja, aunque cobren alguna prestación. Son 18.300 los hogares en los que, habiendo al menos una persona en edad de trabajar, ningún miembro tiene un empleo.

Son las cifras que ha facilitado el Gobierno estatal según se recogen en la Encuesta de Población Activa. Situación peor que la descrita por la Red Navarra de Lucha contra la Pobreza, que calculaba que los hogares con todos los miembros en el paro rozaban los 17.000. Según las estadísticas estatales, son 18.300 y de ellos, en 10.600 casos, todos los mayores de 16 años están en situación de desempleo.

También recogen una realidad más cruda que la expuesta por la Red contra la Pobreza. Ellos estimaban que unos 7.700 hogares navarros no contaban con ningún tipo de ingresos y, según la encuesta estatal, la cifra asciende a 9.200. Un retrato de la pobreza en la Comunidad Foral que muestra a familias con dificultades que sobreviven gracias a recursos como los comedores sociales.

Desde Cáritas conocen de cerca la realidad de algunas de estas familias. La secretaria general, María Teresa Quintana, describe cómo estas familias utilizan los recursos que puedan estar a su disposición, como comedores municipales o parroquias que reparten alimentos, o buscan ayuda entre sus más allegados, familias o colectivos que conozcan los afectados y si no, “te moverás a otra ciudad”. Una realidad a la que las ONG no pueden hacer frente ya que “no podemos sostener de por vida a una familia, sería imposible”.

Sin empleo, todo son parches

Echan de menos otro tipo de recursos que faciliten el acompañamiento a las personas que, por ejemplo, viven sin ingresos debido al desempleo. “No es un problema de recursos”, afirma Quintana. La dificultad aparece en la mezcla de las personas con riesgo de exclusión social y el desempleo. “A veces lo que hace falta es acompañamientos, trabajo intenso de estructuración personal y familiar, hacen falta hacer otro tipo de cosas y otros planteamientos. Mientras tengamos el desempleo que tenemos, mientras no haya empleo, todo son parches”.

Sobre esta situación se debatirá el próximo 26 de marzo en la UPNA con motivo de la presentación del segundo informe de la Cátedra de Investigación Para la Igualdad y la Integración Social. En este caso se abordará el análisis de las políticas de ajuste presupuestario en los niveles de protección social de la población, la forma en la que eso se ha trasladado a las condiciones de la vida cotidiana de muchas personas y los procesos de adaptación y respuesta que han venido desarrollando las personas afectadas.

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