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La demora en la confirmación de Errejón como candidato provoca roces en la dirección de Podemos en Madrid

De izquierda a derecha: Lorena Ruiz-Huerta, Ramón Espinar, Íñigo Errejón, Irene Montero, Pablo Iglesias, Dina Dousselham, Isabel Serra y Julio Rodríguez, el pasado 2 de mayo.

Aitor Riveiro

El pasado mes de febrero, Pablo Iglesias se impuso en la II Asamblea Ciudadana de Podemos. El triunfo llegó acompañado de un acuerdo con su hasta entonces número dos, Íñigo Errejón, para promoverlo como apuesta del partido y arrebatar al PP la Comunidad de Madrid en 2019. El plan trazado planteaba un aterrizaje paulatino de Errejón que concluyera con un acto público antes del verano para ratificar lo que hasta entonces solo era una información oficiosa. Esa confirmación, que siempre implicaría unas futuras primarias, no ha llegado. Y no lo hará hasta la vuelta de las vacaciones, lo que ha provocado movimientos en el interior del partido.

Las mociones de censura contra Cristina Cifuentes y Mariano Rajoy modificaron el calendario previsto. Todos los implicados coincidieron en lo poco adecuado de lanzar una apuesta partidista junto a dos iniciativas parlamentarias que se pensaban, y presentaban, como “de país”.

La decisión de posponer, sin fecha, el acto político ha dado alas a quienes creen que la apuesta por Errejón es reversible. Esas intenciones no gustan a todas las personas que acompañaron al secretario general autonómico, Ramón Espinar, en las primarias que ganó en noviembre, según han confirmado diferentes fuentes a eldiario.es. Especialmente en el sector de Anticapitalistas.

De la confusión a la desconfianza

Los anticapis mantienen abiertas y notables diferencias políticas con Errejón ya desde la fundación de Podemos. Pero desde este sector se acusa al de Espinar de mostrarse muy conciliador en público, mientras hacia dentro hay quien opera para evitar el aterrizaje de Errejón. La confusión por la falta de concreción ante lo que todo el mundo daba por hecho hace unas semanas ha dado paso así a una cierta desconfianza entre quienes fueron aliados a finales de 2016.

El proceso de primarias en Madrid deparó un acuerdo entre Espinar y Anticapitalistas que logró la mayoría del Consejo Ciudadano de Madrid. Esto llevó a un Consejo de Coordinación, la ejecutiva, con una única representante de la candidatura errejonista que lideró Rita Maestre. Ese asiento ha quedado ahora libre.

Su ocupante, Leticia Sánchez, incurría en una incompatibilidad y ha optado por mantener la Secretaría General de Parla, un municipio del sur de Madrid que será clave en los comicios de 2019. Nadie ha sido llamado todavía a sentarse en un lugar teóricamente reservado para la lista perdedora.

La dirección regional saliente de las primarias de 2016 se encontró pocos meses después del triunfo con un acuerdo que cercenaba su acción política. Cuando en febrero se filtró el acuerdo alcanzado entre Iglesias y Errejón ya se señaló la incomodidad en el entorno de Espinar. El secretario general autonómico controla unos órganos que, recuerdan desde la dirección regional, se formaron en un ambiente de enfrentamiento total. Solo mucho tiempo después se han suturado en la Asamblea regional algunas heridas. La moción de censura contra Cifuentes ayudó a ello y sacó del casi anonimato a la portavoz regional, Lorena Ruiz-Huerta.

Los problemas en las candidaturas municipales

La dirección política de Espinar no se limita a las elecciones autonómicas de mayo de 2019. El mismo día se celebran comicios locales y la gestión de las candidatura de unidad popular que dieron la campanada en algunos municipios en 2015, empezando por el Madrid de Manuela Carmena, es tanto o más importante que las regionales, según se desprende de las declaraciones tanto de Pablo Iglesias como de su secretario de Organización, Pablo Echenique.

Echenique, que desembarcará en Madrid en septiembre, tiene entre sus prioridades el proceso de renovación de los consejos ciudadanos municipales que se llevará a cabo a finales de año o principios de 2018. Las primarias marcarán el inicio de la carrera para las elecciones. Y será determinante para el futuro de las candidaturas de confluencia, algunas de las cuales no pasan por su mejor momento en la Comunidad de Madrid, fruto de su heterogeneidad.

En Alcalá de Henares o San Sebastián de los Reyes, dos importantes ciudades de la región, las relaciones con la dirección de Espinar no pasan su mejor momento. El secretario de Organización, Fran Casamayor, ha asegurado que el partido investiga a su líder en Alcalá por contravenir el código ético.

Más allá de estos dos ejemplos, en otras localidades no se reconoce autoridad a la ejecutiva de Podemos, aunque cuenten con militantes suyos en esas candidaturas municipalistas. O, precisamente, por ese carácter municipalista. En otros lugares, como Rivas o Pozuelo, la situación es la inversa y se ha podido unir lo que en 2015 fueron diferentes candidaturas.

Todavía quedan dos años para ese momento y la situación puede dar todavía muchas vueltas. Errejón mantiene un prudente silencio con limitadas apariciones en televisión y un creciente interés por los temas madrileños. Se ha dejado ver en actos en diversos municipios del sur de la región, de la sierra norte y del Corredor del Henares. Además de acompañado por la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena.

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