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El temor a que la gran coalición alemana recupere peso llega al Parlamento Europeo

La canciller alemana, Angela Merkel.

Irene Castro

Las elecciones italianas del 4 de marzo van a tener consecuencias en el Parlamento Europeo y pueden provocar una pelea en la socialdemocracia europea. La posible marcha de Gianni Pitella, actual presidente del grupo en el que está integrado el PSOE, por su concurrencia a esos comicios, ha levantado una batalla aún soterrada en las filas socialdemócratas.

La posibilidad de que sea un alemán (Udo Bullman) el que se haga con la presidencia del grupo socialdemócrata despierta suspicacias en parte de sus colegas europeos, que ven cómo la 'gran coalición' que se repetirá en Alemania puede reeditarse en el Parlamento Europeo, pero con una diferencia notable: en Europa los socialdemócratas son la oposición. El jefe del Partido Popular Europeo es también alemán.

Una de las que ha elevado la voz es la jefa dela delegación socialista francesa, Christine Revault d’Allonnes-Bonnefoy, según recoge Político: “Nos desconcierta mucho –expresó de acuerdo con esa publicación–. Somos conscientes de que debemos ser coherentes con los ciudadanos europeos, de lo contrario nunca entenderán hacia dónde queremos ir”.

Es un pensamiento que comparten algunos socialistas españoles. Los socialdemócratas se habían jactado precisamente de abandonar la 'gran coalición' en Bruselas. “Los dos portavoces de los dos principales partidos que en teoría confrontan forman parte de un mismo Gobierno”, dicen fuentes socialistas de Bruselas. “Merkel va a marcar la agenda. ”¿Qué posibilidad tiene el Grupo Socialdemócrata de marcar la suya si lo dirige alguien que forma parte de ese Gobierno?“, agregan.

“No nos podemos permitir esto a un año y medio de las elecciones”, agregan esas fuentes. “Es un problema. Que haya otro alemán en la conferencia de presidentes [que es la versión de la Junta de Portavoces del Congreso en la Eurocámara] tiene su impacto”, señala un eurodiputado ajeno a la batalla, que recuerda, además, que hubo una coincidencia de dos italianos al frente de los dos grandes grupos, pero “uno tenía posición de Gobierno [Pitella, socialdemócrata italiano en tiempos de Mateo Renzi] y Antonio Tajani, de la cuerda de Silvio Berlusconi, ya fuera del poder de Roma.

“El presidente del grupo lo controla todo”, comenta un dirigente del PSOE que conoce de primera mano la política europea y lamenta que Pedro Sánchez haya descartado a Elena Valenciano, a la que miraban algunos de sus colegas socialdemócratas. “Si se va el italiano, no le va a suceder otro italiano; los alemanes quieren y los franceses están débiles por lo que por peso e historia nos tocaría a nosotros”, añade.

“Otras delegaciones no están de acuerdo y se está barruntando otro candidato”, señalan las fuentes consultadas que consideran que el “consenso” con el que Ferraz se descargó la responsabilidad de impulsar a Valenciano es una “excusa” ya que puede acabar habiendo otro aspirante (previsiblemente mujer). “Prefiere la gran coalición”, ironiza un dirigente, que considera que detrás de la negativa están las rencillas internas. “Es una locura”, apostilla.

La jefa de la delegación española, Iratxe García, ha asegurado, en una entrevista en RNE, que ese tipo de “nombramientos” dependen de “los límites de las negociaciones con los partidos políticos” que integran el grupo y se ha escudado en que aún no hay candidatos “encima de la mesa” porque Pitella ni siquiera ha dejado formalmente su cargo.

No obstante, el alemán Udo Bullman ya ha trasladado a algunos de sus colegas su intención de presentarse para liderar a los socialdemócratas. Fuentes socialistas apuntan que la delegación española ya ha comprometido su apoyo al candidato del SPD. García ha explicado que en el marco de las negociaciones al PSOE puede interesarle otras cuestiones. Ferraz ha apuntado que intentará ostentar la presidencia del grupo socialdemócrata en la próxima legislatura.

Otro de los argumentos que esgrimen algunos eurodiputados es que Alemania tiene ya demasiado peso en la política de Bruselas, donde aparte de la dinámica partidista funciona también el eje norte-sur. Al peso que tienen (o tendrán si finalmente el socialdemócrata Bullman es elegido) los portavoces –también los verdes y la izquierda europea tienen alemanes en esos puestos–, se suma el secretario general de la Eurocámara, el poder de Alemania en el Eurogrupo y la presidencia del Banco Central Europeo cuando acabe el mandato de Mario Draghi también podría acabar en sus manos.

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