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La dirección de la fábrica de Ercros en Huelva maquillaba los datos de emisiones de mercurio al aire

La factoría.

Raúl Rejón

La dirección de la planta química que el grupo Ercros operó junto a la ría del Odiel en Huelva –ahora en manos de la sociedad Salinas del Odiel– falseó los informes sobre emisiones de mercurio que ha estado liberando a la atmósfera.

Diferentes recuentos mensuales de la cantidad de este tóxico que se liberaba estaban “retocados” o “corregidos” para reflejar un dato distinto (y menor) al que arrojaban las mediciones, según las comunicaciones internas de los encargados que ha podido leer eldiario.es.

Los correos electrónicos indican que las mediciones llegaban a ser más de tres veces superiores a las emisiones declaradas. Estos documentos, a los que ha accedido este medio en el buzón de filtraciones seguras filtrala.org que comparte con La Marea, Diagonal y Mongolia, también muestran la circunstancia de que las cifras finalmente oficiales están por debajo del límite máximo establecido por la Autorización Ambiental Integrada para la fábrica: 0,8 gr.

Uno de estos correos remitidos entre los directores de la planta el 5 de febrero de 2014 dice: “Como le tengo que dar el informe mensual a Isabel, el dato de Hg [mercurio] en atmósfera del mes de enero nos ha dado 1,55 grHg/t (gramos por tonelada instalada) ¿Qué número se le da?” El dato que luego se ofreció se quedaba en 0,36.

En esa misma línea, otro correo entre los encargados de la fábrica de cloro de Palos de la Frontera, de 4 de diciembre de 2013, repite la dinámica: “Las medidas realizas en la nave de celdas en el mes de noviembre han dado un valor de 1,7 gHg/t. Pensando, como se dijo en la reunión de ayer, que estamos acabando el año 2013, y que en el acumulado del año 2012 pusimos en atmósfera 0,406 g, mi pregunta es: Qué valor hay que poner este mes?” Ocurre algo parecido en septiembre de 2013 cuando la comunicación dice “el dato de Hg en atmósfera para el mes de septiembre sería 0,40 y el acumulado 0,39 ya retocados, como siempre”.

En las fechas de los anteriores correos, la central de la planta era el grupo Ercros. Fuentes oficiales de la empresa han contestado a eldiario.es que “no tenemos una explicación” para estas afirmaciones. De hecho abundan en que “desconocemos las razones por las cuales estas personas (...) utilizaron expresiones referidas a la corrección de datos de emisiones de mercurio o plantearon dudas sobre el registro de un valor mensual”. Luego remiten a los encargados de la planta para una explicación más detallada. Este medio se ha puesto en contacto con la empresa que opera la fábrica, Electroquímica Onubense (filial de Salinas del Odiel), para recabar esta información de los encargados. A pesar de haber recibido la petición no han ofrecido una respuesta.

Ercros sí ha insistido en que, en todo caso, “ese mercurio tendría que estar en algún lado: el aire, o los trabajadores. Los valores quedan refrendados por las mediciones y controles externos sobre los que la empresa no tiene ninguna capacidad de control”, dicen. Se refieren a un analizador gestionado por la Junta de Andalucía y los análisis a “14 personas del centro potencialmente afectadas cuyos valores de más de 650 análisis están muy por debajo del valor máximo biológico fijado por Euro Chlor”. [la patronal europea de la industria del cloro]

Transporte sin declarar

El mercurio es un metal pesado altamente tóxico que se utiliza en el proceso de fabricación de cloro mediante electrolisis. Un método anticuado que debe desaparecer según la normativa de la Unión Europea. Se trata de un producto altamente nocivo y la estrategia comunitaria sobre este metal está encaminada a “reducir las cantidades de este material en la Unión Europea, su circulación y la exposición de las poblaciones a dicha sustancia”.

Mientras se siga usando este método, las empresas deben controlar cuánto mercurio se pierde: en los productos que se fabrican, en el agua residual o en el aire al ventilar las zonas de fabricación. Para todas esta vías existen límites de liberación. Lo que se pierde hay que reponerlo. Si se pierde más de lo permitido hay que reponerlo con mercurio que no existe oficialmente. Para controlar cuánto mercurio sigue activo en Europa, las empresas están obligadas a declarar oficialmente la cantidad que tienen en sus instalaciones al final de cada año.

Ahí es donde aparece otra vertiente de la modificación de informes oficiales. En este caso, el del balance de mercurio que llegaba a la fábrica de Palos de la Frontera desde otros almacenes. En un correo entre la dirección de la planta y la central de 14 de febrero de 2014 se informa de que va adjunto “el balance de mercurio, consensuado después de comentar los 3.000 Kg recibidos de Flix, dando entrada en nuestro balance a 1.000 kg”. Es decir, se ha elaborado un balance para enviarse a la patronal del sector Euro Chlor donde se va a informar de que han necesitado un aporte de una tonelada cuando, en realidad, han dado entrada al triple: 3.000 kilos. Fuentes técnicas de Medio Ambiente en Andalucía entienden que esto podría indicar “que no se declaraba todo el mercurio recibido para poder emitirlo ilegalmente”.

Ercros se ha limitado a indicar que “creemos que hubo un error a la hora de realizar el balance que luego puede corregirse en balances posteriores”. Ocho meses antes de esa comunicación en la que se adjunta el balance y se habla de haberlo consensuado, otro correo entre la fábrica y la central había ya especificado que “recientemente hemos recibido 3.000 kg de mercurio enviado por vosotros”.

Para tener la capacidad de enviar esas cantidades de mercurio, la fábrica de Flix en Tarragona estaba manteniendo una doble contabilidad de lo que almacenaba en sus instalaciones: una real y otra oficial.

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