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The Guardian en español

¿Qué pasaría si Donald Trump renunciara a su candidatura a presidente?

A Trump le explota un escándalo machista a un mes de las presidenciales

Lauren Gambino

Washington —

Republicanos desilusionados han jugado con la idea durante meses, pero después de que el pasado viernes saliera a la luz un vídeo con audio del año 2005 en el que Trump se jacta de forma procaz de intentar “follar” con una mujer casada y de coger a las mujeres “por el coño”, un grupo de parlamentarios republicanos realizó un pedido público al candidato de su partido para que retire su candidatura.

John Thune, el tercer republicano de mayor rango en el Senado, lideró el pedido de que el compañero de fórmula de Trump asuma la candidatura presidencial, escribiendo el sábado por la tarde: “Donald Trump debería renunciar y Mike Pence debería ser el candidato presidencial republicano de forma inmediata”.

The Guardian confirmó a través de varias fuentes que el viernes por la noche se realizó una reunión del Comité Nacional Republicano para analizar formas posibles de eliminar a Trump de la carrera presidencial. La reunión no llegó a ninguna conclusión.

Expertos contactados por The Guardian afirman que a un mes exacto de las elecciones generales y con cientos de miles de estadounidenses habiendo ya emitido su voto anticipado, reemplazar o eliminar a Trump es improbable, pero no imposible.

“Es un suicidio masivo por cualquier lado que lo mires”, asegura Jim Bopp, un prestigioso abogado conservador. Sin embargo, señala que la normativa del Comité Nacional Republicano autoriza a los miembros a “cubrir cualquiera y todas las plazas libres que puedan surgir en caso de muerte, renuncia u otros, del candidato republicano para presidente”.

Eso significa que para poder ser reemplazado como candidato, Trump se tendría que morir, ser declarado incapacitado o renunciar voluntariamente.

Trump a menudo se jacta de su buena salud y su energía. En entrevistas el sábado con el Washington Post, el Wall Street Journal y el New York Times, juró que seguiría en carrera.

“Nunca he renunciado a nada en toda mi vida”, le dijo Trump al Washington Post. “No, no renunciaré a mi candidatura. Tengo muchísimo apoyo”.

Más tarde, en un tuit enviado desde el teléfono de Trump, el multimillonario se expresó más enfáticamente: “Los medios y el establishment están haciendo todo para yo renuncie. ¡NUNCA VOY A RENUNCIAR A MI CANDIDATURA, NUNCA DECEPCIONARÉ A MIS SEGUIDORES!”.

Algunos comentaristas han hablado de la posibilidad de que la frase “u otros” se pudiera aplicar a una situación en la cual el candidato republicano es rechazado por la mayoría del partido. Sin embargo, los expertos aclararon que la norma del CNR sólo permite “cubrir” una plaza libre, no “crear” una.

Si los Republicanos intentaran cambiar las reglas ahora, indica Bopp, probablemente generarían más “caos” y enardecerían aún más a los seguidores de Trump, muchos de los cuales están convencidos de que todo el sistema político está “amañado” contra ellos y su candidato.

“El CNR no tiene autoridad para quitar a un candidato a presidente o vice-presidente”, afirma Bopp. “Sólo tiene autoridad para cubrir una plaza libre, si esta surgiera”.

Vikram Amar, decano de la facultad de derecho de la Universidad de Illinois, explora la posibilidad fantástica y remota de que Trump ganara las elecciones y fuera declarado incapacitado, para que Pence asumiera la presidencia.

“Según la enmienda número 25, el Presidente puede declararse incapacitado”, explicó Amar. “En ese caso, técnicamente Trump sería presidente, pero Pence ejercería la presidencia con autoridad para hacer uso de todos los poderes y deberes del cargo”.

Amar dijo que ésta sería la opción menos perjudicial para el CNR, porque no implica intentos de cambiar al candidato antes de las elecciones, cuando las papeletas ya se han impreso en muchos estados. Agregó que sería necesario que Trump dé su palabra de que se retiraría y dejaría la presidencia a Pence luego de llegar a la Casa Blanca.

Al margen de si Trump renuncia, Rick Hasen, un profesor de la Universidad de California, Irvine, que lleva el blog Derecho Electoral, aseguró que a los republicanos todavía les queda un “recurso desesperado”: el Colegio Electoral.

En su blog, Hasen afirma: “Cuando votamos en las elecciones generales, en realidad estamos votando a representantes de cada estado (según un criterio de cantidad de población), que luego elegirán al presidente. Si se vota por Trump en algunos estados, esos representantes podrían luego elegir a Pence o a Romney, o a Kasich, o a quien fuera”.

Hay leyes que prohíben a los representantes “desleales” elegir a un candidato que no haya ganado el voto popular en su estado, pero Hasen argumenta que en caso de un triunfo de Trump, es muy improbable que el Senado controlado por los republicanos y los Tribunales presentaran objeciones.

Pero para que eso suceda se tendría que dar una extraordinaria confluencia de acontecimientos que parecen cada vez más remotos, como que Trump renuncie o el partido lo abandone, que los representantes voten de forma desleal o que Hillary Clinton obtenga menos votos electorales que Trump.

“Todo esto es posible, pero para nada probable”, advierte Hasen.

Finalmente, el CNR parece reacio a aceptar cualquier propuesta de eliminar a Trump de la papeleta. El Presidente del CNR, Reince Priebus, estuvo el sábado en Nueva York ayudando a Trump a prepararse para el segundo debate presidencial del domingo, en vez de asistir a un evento del vocero de la Cámara de Representantes, Paul Ryan.

“Tus fuentes se equivocan”, tuiteó Sean Spicer, portavoz del CNR, a un periodista que había informado que miembros del partido se estaban reuniendo para diseñar un plan de contingencia para el caso de que Trump renunciara o fuera reemplazado.

Dado que sólo queda un mes para las elecciones generales, afirma Bopp, y algunos estados ya han comenzado a emitir sus votos anticipados, cambiar la papeleta a esta altura sólo generaría más caos entre los republicanos. Agrega que un nuevo candidato lo tendría muy difícil para armar un aparato de financiamiento a tiempo como para torcer una elección que parece inclinarse a favor de Clinton.

“No existe una alternativa viable a la candidatura presidencial de Trump”, concluye Bopp.

Información adicional de Ben Jacobs en St Louis.

Traducción de Lucía Balducci

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