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The Guardian en español

Israel lanza una campaña contra la presencia de activistas extranjeros que defienden a Palestina

Un niña palestina regresa a su vivienda del colegio en el campo de refugiados de Jabaliya, al norte de la Franja de Gaza.

Peter Beaumont

Jerusalén —

Israel ha intensificado su campaña para hacer frente a los grupos activistas propalestinos y ha anunciado la puesta en marcha de un cuerpo especial dedicado a identificar, deportar y prohibir la entrada al país a aquellas personas que apoyen el movimiento Boicot, Sanciones y Desinversión (BDS), opuesto a la ocupación israelí de los territorios palestinos.

El ministro de Interior de Israel, Arie Deri, y el de Seguridad Interior, Gilad Erdan, lo anunciaron el domingo. El cuerpo especial intentará encontrar a los cientos de activistas que ya se encuentran en Israel y prohibirá la entrada a otros miembros del movimiento que quieran entrar en el país.

Israel tiene una larga trayectoria de negar el acceso a aquellas personas que el Gobierno considera contrarias a sus intereses. La creación del cuerpo especial representa una escalada en la lucha contra el movimiento BDS y los activistas. Según los informes de los medios de comunicación israelíes, ya figuran en la lista del gobierno varios grupos activos en Palestina, de los que todavía no ha trascendido ningún nombre.

Desde que la Armada israelí interceptó y mató a nueve personas de la pequeña flota de protesta del Mavi Marmara en 2010, el que se conoce como departamento de deslegitimación israelí, perteneciente a la unidad de investigaciones de inteligencia militar, ha seguido de manera continua las actividades de los grupos en el exterior.

Tras el incidente del Mavi Marmara, los activistas intentaron entrar al país de forma masiva en avión. Desde ese momento y usando varias estrategias, las autoridades israelíes han redoblado el esfuerzo para evitar que entren al país.

Llegan con visado de turista

Por su participación en manifestaciones, su presencia en zonas críticas y su trabajo en proyectos de voluntarios, los activistas extranjeros del Movimiento Solidario Internacional (ISM) y otros grupos forman parte hace tiempo del panorama de protesta en Palestina. Una gran parte de ellos, entre los que se encuentran los voluntarios de ISM, llegan al país con visado de turista, pero luego se quedan por períodos prolongados.

En estos últimos años, el epicentro de la tensión ha sido el BDS, un movimiento internacional que pide sanciones contra Israel. Muy a menudo, los políticos israelíes lo acusan de ser una organización antisemita cuyo objetivo es “deslegitimar” a Israel.

En una declaración conjunta, Erdan y Deri acusaron a los activistas de ir a Palestina para “incitar a la población local a enfrentarse a las fuerzas de seguridad y a perturbar el desarrollo normal de sus actividades”.

Según Deri, “la batalla de las organizaciones que apoyan el boicot anti-israelí empieza con la gente que viene a sabotear desde dentro de Israel”: “Es nuestro deber hacer todo lo posible para debilitar el movimiento de boicot”. De acuerdo con Erdan, “no se le debe permitir el ingreso a Israel a los activistas del movimiento BDS”.

Las últimas medidas reflejan el profundo estado de confusión y pánico dentro del Gobierno israelí con relación al BDS. Por un lado, Israel considera todos los días que el movimiento es un fracaso. Y por otro, denuncia a la organización como una poderosa amenaza y dedica una cantidad sustancial de dinero y recursos diplomáticos para contrarrestar sus actividades.

El portavoz del BDS, Abdulrahman Abunahel, manifestó su oposición a las últimas medidas de Israel: “Deportar a los activistas del BDS para acallarlos y socavar su apoyo incondicional hacia los derechos humanos de los palestinos no solo es antidemocrático, sino otro caso más de Israel dañando su propia imagen”.

“El único efecto que esperamos de esta intensificación de la represión es un aumento en el apoyo al boicot contra Israel en los países de origen de los activistas”, dijo.

Según Abunahel, “este último arma en la intensificación de la guerra legal, de espionaje y propaganda de Israel contra el movimiento BDS por los derechos palestinos es un claro indicador de lo irracional y desesperado que se ha vuelto el régimen israelí de ocupación, colonialismo territorial y apartheid, en su inútil intento de entorpecer el impresionante crecimiento del BDS en todo el mundo”.

Traducido por Francisco de Zárate

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