¿Se inventa la verdad? ¿Dónde acaba lo veraz y se impone la falsedad? No es fácil marcar una frontera en el campo del arte. En la literatura puede que hasta sea un imperativo y en la clandestinidad, un salvoconducto. Pero también pueda que todo sea al revés: un salvocunducto en el arte y una necesidad para el político.