Madurez reparadora
The Eagles fueron un hito en la década de los setenta y desde entonces, a pesar de su separación, forman parte de la cultura musical de nuestro tiempo gracias a títulos archiconocidos (y versionados hasta el hastío) como Hotel California o el disco Lyin Eyes. Su recopilatorio Their Greatest Hits (1971-1975) sigue siendo, con sus veintinueve millones de copias, uno de los álbumes más vendidos.
Con esta trayectoria no se podía demorar el rodaje un documental sobre su carrera, y así aparece Historia de The Eagles, cuya primera parte se estrenó en el festival de Sundance de Londres. Esta entrega narra la creación de la banda en 1970 y la llegada al éxito hasta el año 80. La segunda se centrará en sus años separados, su reunificación en el 94 y su posterior carrera (con éxitos como los consecutivos premios Grammy en 2007 y 2008). Con motivo de tal ocasión el grupo ha hecho balance de aquellos años y confiensan que rememorar su vida les hace aceptar mejor su pasado. Han querido resaltar que han madurado con el tiempo y, sobre todo, están agradecidos por haber sobrevivido a los excesos de aquella época. El batería y cantante, Don Henley, dijo que por entonces se comportaron como “niños, disfrutando de lo que venía con la fama” hasta que las tensiones entre los miembros del grupo llevaron a cambios en su formación y finalmente a su ruptura en 1980.
Tras reunificarse después de casi dos décadas de separación, el grupo continúa sorprendido por el público que mantiene el interés por su música, y el próximo mes de julio comenzarán una gira mundial. Ahora están contentos con quiénes son y se muestran agradecidos por haber salido indemnes de sus locuras de juventud. “Hubo un punto en el que hacíamos casi todo lo que queríamos”, dijo Walsh, guitarrista.
¿Por qué disculparse? Como declaró Schmit, el bajista de la banda, a pesar de cierta desaprobación de su actitud en los setenta, “nosotros nos lo pasamos muy bien”. Que les quiten lo bailao, como decimos castizamente por aquí.
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