Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar
Un Podemos con memoria
¿Quiénes eran los cuatro mil que abarrotaban el Auditorio FIBES? Tanto los sexagenarios como los treintañeros, ciudadanos para los que tenía sentido la invitación a corear La murga de los currelantes, o el Himno de Andalucía. Que cantaron las letras de Carlos Cano y Blas Infante -más conmovedoras y fraternas que La Marsellesa- con la emoción de haberlo hecho antes. Gente que participó en la Transición, en manifestaciones como la masiva por la Autonomía de Andalucía del 4 de diciembre de 1977, como veinteañeros, o hijos a hombros de aquéllos. Y que ahora, 37 años después (con nietos e hijos a su vez) no pueden obviar el papel que el PSOE, que ha gobernado sin interrupción Andalucía, ha jugado para que reclamar “que vuelvan pronto los emigrantes, haya cultura y prosperidad” siga siendo necesario.
Teresa Rodríguez demostró conocer a su auditorio y Andalucía mejor que Begoña Gutiérrez y Pablo Iglesias. Citó esos referentes, habló con la seguridad de su mucha trayectoria en IU e Izquierda Anticapitalista. Sabiendo que más allá de la polémica sobre el supuesto veto de Canal Sur por orden de la presidenta “al coleta”, en todas las esferas de poder regional, incluida la mediática, el peso de la hegemonía PSOE es un hecho que la ciudadanía constata. Como conoce la trayectoria meritocrática de la actual presidenta de la Junta. Rodríguez habló de fontanería de partido porque Díaz hace bandera de la casta obrera de su padre, pero no me canso de repetir que en su día el PAÍS -que no es Granma- tituló llamándola “La escaladora de ochomil”. La eurodiputada roteña de Podemos evidenció sentirse preparada para luchar por la Presidencia de la Junta hasta si, como apuntan algunas reuniones y anuncios personales de Susana Díaz, las elecciones autonómicas se adelantasen a marzo.
Begoña Gutiérrez, en cambio, seguramente agradece que Podemos no concurra a las municipales, así quizá adquiera rodaje para hablar en público y de ideas, y no sólo de anécdotas semanasanteras o lemas como “El miedo ha cambiado de bando”.
A Pablo Iglesias, aclamado al grito de “¡Presidente!” alguien le debe explicar que de apelar al “duende” sevillano a considerarnos “palmeros” no hay más que un paso y pequeño y que puesto a engordar nuestro chovinismo proverbial, en vez de recitar el tópico Canto de Manuel Machado en plan más cachondo y contemporáneo debería optar entre el Sevilla de Bosé y el Sevilla tiene un color especial de Los del Río ahora resucitado por Ocho apellidos vascos.
No habría desentonado con el tono de su intervención tan cercano al stand-up, con gags como el de Pedro Sánchez, “lost en EEUU y looser en España”, Canal Sur al vetar su entrevista “había vuelto a dar las campanadas”)... Perlas que iba anunciando con un: “Aquí va otro titular”. Una broma más, porque sin duda sabe, que los titulares en las democracias los deciden libremente los periodistas. No los presidentes desde pantallas de plasmas, ni los aspirantes a tales desde atriles de mítines.
Dejando eso a un lado, Iglesias venía con triple objetivo: fijar que el rival es el PSOE -hablando poco del PP y obviando a IU-. Remarcar la evidencia de que Susana Díaz y no Pedro Sánchez lo lidera. Y, sobre todo, movilizar a los simpatizantes para que acudan masivamente a la Marcha por el Cambio del 31 de enero en Madrid.
“El 31 de diciembre despedimos el año y el 31 de enero vamos a despedirlos a ellos, a la casta, a decirles que se vayan a su casa”. “Tenéis que venir, porque va a ser una foto histórica y podréis contarle a vuestros hijos y nietos: yo estuve ahí”.
Con esas palabras demostró que, pese a sus clichés regionales, a grandes líneas, también él sabía quién tenía delante. Un auditorio que con la alusión a la foto, rememoraba las del ya citado 4-D y otras icónicas de esa Transición que hasta anteayer era orgullo general y ejemplo mundial. Imágenes en blanco y negro de barbudos y chavalas con niños en brazo con el puño en alto.
Una herencia sentimental llamada a serlo de IU, por vía del PCE y esas otras formaciones como el PTE, la ORT, JGR, etc... fundamentales en la clandestinidad y primera Transición y que luego se diluyeron. Pero en el 82 tampoco fue el partido de Carrillo, Pasionaria, Alberti quien ganó. Aunque el PCE hubiera mantenido la llama republicana, fue el PSOE quien venció.
¿Qué ha hecho mal IU? ¿La coalición lo analiza? ¿O forma parte de la estrategia asumir perfil bajo para que gane Podemos? Si las ideas fueran las mismas, las siglas no importarían pero... ¿son las mismas? Ideas, propuestas, datos hubo pocos en el mitin. Pocos y simples.
Nada sobre la forma de Estado, nada sobre bases militares y la solución en economía: acabar con la corrupción y cobrar más impuestos a multinacionales y a grandes fortunas. ¿Quién no va estar de acuerdo?
La estrategia es decir poco y que suscriban muchos. Visibilizar en la manifestación de fin de mes un gran respaldo. Porque hay un votante “de centro”, sin ideología, que siempre apuesta a caballo ganador. Y la izquierda cansada de perder, quiere ganar de una vez.
“Ningún partido, Podemos incluido, puede cambiar la realidad, necesitamos una ciudadanía vigilante, crítica” -clamó Iglesias. Vaya este grano de arena acercando la lupa a un acto reflejo de Teresa Rodríguez a la salida del mitin:
A ver cuando quedamos para la reunión que teníamos pendiente -le instó cordialmente un activista ecologista.
Ay, hijo -respondió afectuosa la eurodiputada- si es que hace meses que no controlo la agenda, a dónde voy, ni para ver a quién. Deciden. Me llevan.
Ojo con esa senda. Ayer el 15-M no admitía portavoces, menos líderes; hoy el culto al hombre y mujer no sólo es claro, sino que ya viven rodeados de unos asesores que parecen llevar el mando.
No vaya a ser que las fotos históricas envejezcan como las de los 70 sólo que más rápido.