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¿Regenera...qué?
Como los malos estudiantes, el PP está dispuesto a hacer todas las trampas posibles para superar los exámenes que se le avecinan en forma de elecciones municipales, autonómicas y generales. Consciente de que no ha reunido méritos para superar la prueba de las urnas, las huestes de Rajoy están dispuestas a mantenerse en el poder por lo civil o lo criminal, aunque para ello tengan que volver a hacer lo contrario de lo prometido, tergiversar la realidad o utilizar torticeramente su mayoría absoluta para modificar unilateralmente las reglas del juego con las que venimos jugando este partido desde 1978.
Este, sin duda, va a ser el curso de las trampas. El terror que provoca en Génova y Moncloa la posibilidad de perder buena parte de las alcaldías que ahora gobiernan con mayoría absoluta –Madrid, Valencia o Sevilla entre otras-, ha abierto la veda del todo vale. Las no demasiado sólidas convicciones democráticas de buena parte del PP se han impuesto al sentido común, en una ofensiva legislativa sin precedentes, que va a dejar tiritando las libertades de este país.
Como las cuentas no les salen, se sacan de la manga una reforma electoral que va a suponer un quebradero de cabeza para los profesores de matemáticas, ya que tendrán que explicar a los niños que cuarenta es más que treinta más treinta. Como sus “reformas” tienen a la función pública de uñas, maquinan una ley –probablemente inconstitucional-, para que los funcionarios no puedan manifestarse, sin arriesgarse a multas indecentes. Como los ciudadanos sólo tienen la calle para manifestar su indignación contra los atracos de este Gobierno, preparan una ley de seguridad ciudadana que nos retrotrae a la España de los cincuenta. Como los medios de comunicación no les parecen lo suficientemente dóciles –lo cual ya es para nota-, se inventan una ley de la que Goebbels estaría orgulloso, por la que podrán sancionar a aquellos que no publiquen lo que el Gobierno desee en situaciones de “emergencia”.
En la perversión del lenguaje, de la que este Gobierno y el partido que lo sustenta se ha convertido en un auténtico maestro, a todo lo anterior se le llama “regeneración democrática”, cuando lo cierto es que estamos siendo víctimas de la mayor involución sufrida por nuestro país desde la muerte de Franco.
Para rizar el rizo del escarnio Rajoy, fiel a su papel de lacayo aventajado de Angela Merkel, compromete nuevas “reformas” que supondrán la puntilla para millones de ciudadanos de este país que asisten atónitos al “milagro económico”, proclamado como un mantra por el Gobierno y el PP, cuando en realidad asistimos a una situación en la que, según los analistas, más de dos millones de los actuales cinco millones de parados no volverán a encontrar un trabajo; en la que sus políticas económicas permitieron que España fuese capaz de despedir a alrededor del 15% de su fuerza laboral y bajar los salarios respecto a Alemania un 20%; en la que los empleos que se crean son de pésima calidad; donde los dueños del IBEX son un 67% más ricos desde que gobierna Rajoy, mientras los ciudadanos sufren la peor caída en el poder adquisitivo en 30 años; donde más de dos millones de menores se encuentran bajo el umbral de la pobreza y donde, sólo durante 2013, casi 40.000 familias perdieron su vivienda habitual … ¡Esos son sus poderes!
Con todo, Luis de Guindos, el que fuera responsable de Lehman Brothers para España y Portugal, considerado como peor ministro de economía de los 19 de la Eurozona por el Financial Times, es la baza de Rajoy para presidir el Eurogrupo; y su compañero de gabinete, Arias Cañete, bajo sospecha por la tributación en paraísos fiscales de sus empresas y por su discurso machista en la pasada campaña de las elecciones europeas, la apuesta marianista para la Comisaría de Agricultura. Muy probablemente Mariano lo consiga, a cambio de su servilismo hacia los intereses alemanes y de que la sangre, sudor y lágrimas que provocarán los recortes anunciados, sea la de los ciudadanos, no la suya, ni la de los suyos.
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