Andalucía suspende en protección de la naturaleza, según WWF
A la cola en protección de la naturaleza. WWF ha denunciado con dureza la aplicación de la normativa europea para proteger los espacios protegidos y la biodiversidad en Andalucía. La región se sitúa, según los criterios aplicados por la organización ecologista, en el tren de cola español junto a Galicia, Cantabria y Madrid.
Ni las especies ni los hábitat de la red europea de conservación de la biodiversidad, Red Natura 2000, están suficientemente protegidos en Andalucía. Sus planes son, según WWF, “deficientes, incompletos y generalistas”.
Gema Rodríguez, responsable de la Red Natura 2000 en la organización verde, señala que “no es aceptable que en espacios donde se dispone de información suficiente se establezcan objetivos de conservación tan ambiguos y genéricos, como en el caso del objetivo para el lince en el espacio de Doñana: adaptar la población de lince a la capacidad de carga del territorio, o que en la mayor parte de los planes de gestión no se incluyan objetivos para todas las especies y hábitats presentes”.
Según el informe presentado por WWF, el Naturómetro 2016, “los planes de la comunidad de Madrid y Andalucía adolecen de las mismas deficiencias, a pesar de que se hace un esfuerzo por elaborar un plan de gestión específico para cada LIC. Sin embargo, en los planes no se hace una correcta identificación de los objetivos de conservación (no se determinan o se hace de manera parcial), estos objetivos son muy genéricos y suponen una vaga ”declaración de intenciones“. Las medidas de conservación planteadas carecen completamente de detalles técnicos y, en su mayor parte, no abarcan la conservación de todas las especies y hábitats con presencia significativa en el espacio, y tampoco se identifican los mecanismos de financiación”.
Para Rodríguez, “es hora de que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio ambiente refuerce la aplicación de la Directiva Hábitats y Directiva Aves en España, realizando la labor de coordinación y supervisión adecuada para que el ejemplo de las Comunidades que han hecho una planificación más adecuada con medidas y objetivos claros y asignando financiación para la protección de la Red Natura se replique en otras CCAA. De lo contrario, además de incumplir la ley, estaremos desaprovechando la oportunidad de conservar nuestro patrimonio natural”.
Planes de “muy poca calidad”
En declaraciones a eldiario.es/andalucia de la experta en Natura 2000, “conforme hacíamos alegaciones a los planes, íbamos viendo cómo eran. Lo hemos ido denunciado en notas de prensa y hemos enviado cartas a las comunidades autónomas. Enviamos una queja a la Comisión Europea porque no se habían aprobado planes de gestión. Esta queja ha dado lugar al proceso de infracción que está abierto. En cuanto han empezado las sospechas de que iba a haber un proceso de infracción, las comunidades autónomas empezaron a acelerar el proceso de aprobación de los planes. Que se hayan aprobado en tiempo récord, las prisas han llevado a que se aprueban planes de muy poca calidad”.
En el caso de Andalucía, se han evaluado diez planes de gestión de Zonas Especiales de Conservación (ZEC), que son áreas de interés medioambiental para la conservación de la biodiversidad designados por la Unión y que forman parte de la Red Natura 2000: Andévalo Occidental; Arroyo del Alamillo; Bajo Guadalquivir; el Corredor ecológico del río Guadiamar; el del río Tinto; Doñana Norte y Oeste; Marismas y Riberas del Tinto y Estuario del Río Tinto Río Guadalmez y Sierra de Santa Eufemia; Cuencas del Rumblar, Guadalén y Guadalmena; y Suroeste de la Sierra de Cardeña y Montoro.
El informe evalúa de manera crítica cómo abordan los diferentes planes las amenazas, los objetivos de conservación, las medidas de conservación y la financiación.
Faltan “detalles” sobre las amenazas
La mayoría de los planes no aportan “detalles sobre la extensión, intensidad y localización de las amenazas”, salvándose solo los de Arroyo del Alamillo y el de Sierra de Cardeña y Montoro. En el caso de Doñana Norte y Oeste “no se hace referencia a algunas amenazas importantes en la zona como son las derivadas de la agricultura (mal uso o abuso de fitosanitarios) o la presencia de especies exóticas invasoras” y en el del Bajo Guadalquivir “no se citan algunas amenazas importantes como son los regadíos, las captaciones de agua o el cambio climático”.
“Respecto a si las medidas de conservación propuestas abordan todas las amenazas a las que están expuestas las especies y hábitats, sólo los planes de las ZEC Marismas y Riberas del Tinto, Estuario del Río Tinto y Arroyo del Alamillo lo cumple”, abunda el informe.
En el plan de Doñana Norte y Oeste faltan “medidas para abordar las amenazas no identificadas en el documento como los fitosanitarios o las especies exóticas”, mientras que en los restantes preocupan amenazas tan importantes como los incendios forestales, la urbanización o las captaciones de agua.
Objetivos de conservación “poco concretos”
Solo en los ZEC Suroeste de la Sierra de Cardeña y Montoro, Andévalo occidental, Marismas y Riberas del Tinto, Estuario del río Tinto y Arroyo del Alamillo, “se indican objetivos de conservación para todas las especies y hábitats de interés comunitario o para un número representativo de ellas cuya conservación asegura la del resto de hábitats y especies”. Los restantes no cumplen con dicho requisito, es decir, dejan fuera especies y hábitat de interés comunitario. “Son espacios muy ricos en biodiversidad, pero solo se seleccionan dos o tres especies y se justifica que con esas especies se llegan a todas”, subraya Rodríguez.
En Doñana, por ejemplo, “se identifican tres prioridades de conservación, que son el lince (justifican su inclusión por su papel como especie paraguas), los ecosistemas dunares (justifican por su valor para la tortuga mora, eslizón ibérico y culebra herradura y para varias especies de flora) y la conectividad ecológica”, pero “resultan insuficientes, por lo que con los objetivos de conservación definidos no se puede asegurar la conservación del resto de hábitats y especies”.
Los objetivos de conservación están claros y están “definidos” en todos los planes, abunda WWF, pero resultan “muy génericos” y “poco concretos”. Es decir, se hacen estimas de especies destacadas como el lince, el lobo o diferentes especies de murciélagos, pero no se concreta con números exactos, es decir, con medidas cuantificables.
Muchas medidas de conservación, pero “inconcretas”
Según la organización ecologista, uno de los principales problemas de los planes es su falta de concreción: “en todos ellos, las medidas son muchas y adecuadas, pero son poco concretas en términos de quién, cómo, cuándo, y dónde, y no especifican localización ni superficie, ni tampoco coste”.
“En cuanto a si los planes presentan todas las medidas de conservación necesarias para todos los tipos de hábitats y especies presentes en el espacio, sólo cuatro de ellos cumplen este requerimiento, el plan de las ZEC Estuario del río Tinto y Marismas y riberas del Tinto, Arroyo del Alamillo y Corredor ecológico del río Tinto”, añade el documento. Los otros planes no cumplen con este requisito fundamental.
En cuanto a la inversión, los planes analizados “incumplen el requisito de identificar las fuentes de financiación” y “las medidas no están cuantificadas en términos de coste ni asignadas a estas fuentes”. En la práctica, explica WWF, se aprovechan pocos los fondos europeos por falta de concreción en los planes y de voluntad política.