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“Después de 30 años tenemos que volver a entonar ese ”yo también he abortado“

Rafaela Pastor preside desde hace 17 años la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres.

Patricia Rodríguez Pagés

Rafaela Pastor respira hondo: “Las mujeres no somos un tema, somos personas libres. Mujeres independientes que reivindican la equidad… que dejen ya de decidir por nosotras”. Preside desde hace 17 años la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres. Casi dos décadas y casi los mismos temas sobre la mesa. “Después de 30 años, tenemos que volver a entonar ese ”yo también he abortado“.

Pastor hace referencia a aquella campaña que impulsaron en 2010 como medida de presión para que se aprobara la Ley del Aborto que proponía el Gobierno de Zapatero. Y espetaban ese “yo también he abortado” que recordaba a aquellas 1.300 mujeres, entre ellas actrices, abogadas, médicas, políticas, escritoras y cantantes, que en 1979 declaraban en un documento, dirigido a la opinión pública, haber abortado voluntariamente para defender a las 11 mujeres que iban a ser juzgadas en Bilbao por la interrupción de su embarazo. 1979. “Se vuelve a cuestionar un derecho fundamental, que es el de decidir sobre nuestra propia maternidad, sobre nuestro propio cuerpo”. “Yo le preguntaría a Gallardón por qué, desde ese Catolicismo que le lleva a condenar el aborto, no se afana igual en defender a la cantidad de mujeres que son despedidas de sus trabajos por quedarse embarazadas”.

“Otra vez, como entonces, las mujeres que no se puedan permitir ir a Londres o Ámsterdam a abortar, se cargarán de niños y las condenarán a ellas y a sus hijos a la pobreza”. “No queremos volver a la época de nuestras abuelas, cuando se ponían una ramita de perejil en la vagina para poder abortar, entre otros métodos… Algunas morían”.

Crítica con la política de recortes sociales, Rafaela Pastor es tajante: “Se habla mucho de crisis económica, pero es mentira. Lo que estamos viviendo es un retroceso social por el mal reparto de las riquezas, que repercute directamente en la calidad de vida de las personas que ya tenían menos recursos: hoy tienen menos seguridad en el trabajo y muchas más cargas”, apostilla la presidenta de la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres, que pone sus miras también en la Iglesia: “¿En nombre de qué fe defienden la vida, cuando hay miles de mujeres que tiene que vender su cuerpo o no tiene para dar de comer a sus hijos porque están en la pobreza más absoluta? Esas mujeres sí necesitan ayuda”.

De Andalucía a Bruselas

La Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres es una organización, como la propia Rafaela Pastor define, que trasciende lo regional, lo estatal, puesto que las reivindicaciones de las mujeres pretenden llegar a la más alta instancia europea como es el Parlamento: “Nuestra organización abarca desde el pueblo más pequeño de Andalucía hasta llegar a Bruselas”. La plataforma pertenece a la Coordinadora Estatal, CELEM, que representa a 27 organizaciones y colectivos de mujeres en la sede de la Unión Europea, a través del Lobby Europeo de Mujeres, que representa, a su vez, a más de 2.000 organizaciones de los 27 países de la UE.

La Plataforma Andaluza lleva casi dos décadas desarrollando campañas, ciclos formativos y tejiendo redes colaborativas con asociaciones y colectivos, con el fin de exigir una ley que conciba el aborto como un derecho (“No obligamos a nadie, es un derecho sanitario, que cada mujer decida”), reivindicando el permiso paterno e intransferible y el cumplimiento de la laicidad y la paridad en las instituciones.

Desde la plataforma presionan, asimismo, para que partidos, sindicatos e instituciones cumplan con sus promesas en materia de igualdad: “Exigimos que los mandatarios varones acaben con esa doble moral y respeten los derechos de las mujeres, primero dentro de sus propias organizaciones, y después en base al compromiso que muchos adquirieron, por ejemplo, respecto a la paridad”.

¿Pero están realmente unidas las mujeres? ¿Es posible compartir los mismos objetivos al margen de ideologías? Rafaela Pastor lo tiene claro: “Nos unen los mismos problemas: sólo por ser mujeres somos víctimas en las guerras, víctimas de la violencia de género, nos une que podemos decidir si ser madres… vengamos de la Casa Real o del último poblado. El problema es que seguimos bajo la losa del patriarcado, de un resurgir de la religión, de una tradición que ve normal que los hombres compren el cuerpo de las mujeres, que no se compartan derechos… Pero todo esto no impide que nos reconozcamos las unas a las otras. Sí estamos unidas y hemos estado unidas, junto a varones inteligentes. Gracias a esa unión hemos logrado romper con leyes que nos llevaban a la cárcel por adulterio o que nos impedían pedir el divorcio sin una causa justificada. Las mujeres exigimos justicia y que todo ser humano tenga los mismos derechos y una vida digna”.

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