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ENTREVISTA

Miguel Delibes, biólogo: “La discrepancia entre administraciones ha generado un desprestigio muy negativo a Doñana”

El biólogo Miguel Delibes en junio de 2023

Antonio Morente

Andalucía —
29 de diciembre de 2023 20:31 h

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“Tenemos que aprovechar el entendimiento entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía”. El presidente del Consejo de Participación de Doñana, el prestigioso biólogo Miguel Delibes, está convencido de que ahora mismo se dan “el espíritu, el horizonte y el contexto idóneos para buscar soluciones” para el parque nacional, pero asumiendo que “siempre va a estar aquejado por problemas”. Dispuesto sólo a centrarse en lo positivo, y pasando de puntillas por las diferencias que rodean a los actores presentes en el espacio natural, lo que lamenta es el mucho tiempo que ha hecho falta para ponerse de acuerdo, porque “las discrepancias entre las administraciones han generado un desprestigio a Doñana muy negativo”. Y no sólo a este enclave, sino también “a España, a Andalucía y a los productos que se generan en la comarca”.

Delibes hace un somero repaso del pacto entre los gobiernos central y andaluz, del que señala que sufre algo que “es consustancial a todos los acuerdos: nadie está contento del todo, hay quien tiene desconfianza en algunos aspectos e ilusión en otras”. Por eso cree que ahora es el momento de “sortear las cuestiones más incómodas que son capaces de crispar, no podemos torcer el pacto antes de que nazca”. En este sentido, admite que en el pasado Consejo de Participación no permitió que se discutiese sobre la situación del Plan de la Corona Norte, más conocido como Plan de la Fresa, porque toca “buscar soluciones y no abordar discusiones que no son oportunas”. “Sería indeseable romper las cartas antes de jugar la partida”, apostilla.

Desde su punto de vista, ahora es el momento de Doñana, pero teniendo en cuenta que “la hora definitiva no va a llegar nunca porque esto es como pretender solucionar de una vez por todas los problemas de un albino en Andalucía, nunca lo vas a conseguir”. “Esto es parecido porque Doñana es un bicho raro en España y en Europa, y por eso nos gusta tanto, conservar una zona tan extensa y sin explotar es muy difícil, siempre va a estar aquejada de problemas”, reconoce.

“No podemos jugar con Doñana y su gente”

Símbolo de estos problemas es la salida del parque de la Lista Verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), uno de los organismos ambientales más importantes del mundo. “Lo lamento por los trabajadores de a pie que en Doñana hacen una labor encomiable y difícil”, aunque por otro lado entiende que “tras dos años tirándonos los trastos a la cabeza no me sorprende que la UICN piense que el parque podría gestionarse mejor”. Por ello, “es necesario, de cara a la comarca y de cara al exterior, que España presente un proyecto a varios años, único y consensuado, para Doñana” y el territorio que la rodea, “sólo así trasladaremos el mensaje tranquilizador imprescindible, no podemos jugar con Doñana y su gente”.

El primer paso para este objetivo se ha dado con el hecho de que las administraciones han logrado ponerse de acuerdo cuando estaba a punto de aprobarse una proposición de ley que iba a indultar regadíos en la Corona Norte. Todo ello en un momento en el que el parque “está en muy mal estado, completamente seco después de más de 12 años sin llover y con un aumento de las temperaturas”, un cuadro que se complica porque “además sacamos más agua del acuífero de la que ingresa”.

¿Considera entonces que el pacto actual es por fin un paso definitivo? “La forma en que aborda los problemas es la correcta, tal y como dice el propio protocolo: hay que cooperar, ser leales, ajustarse al cumplimiento de las leyes, respetar los acuerdos internacionales...”. “La solución definitiva de Doñana es muy difícil, pero estamos en el buen camino”, y como muestra de la complejidad de la situación, Delibes apunta las discrepancias que están generando las ayudas previstas para los agricultores que dejan de cultivar: “los ecologistas creen que no van a ser un incentivo suficiente”, sobre todo si se abre la puerta a modificar el Plan de la Fresa, “y los alcaldes dicen que son muy importantes y que pueden despoblarse sus territorios”.

“Nadie dijo que esto fuera fácil”

De todos modos, y partiendo de la base de que esta cuestión “no es nada sencilla”, ahora toca esperar hasta conocer las bases reguladoras que determinarán quién y cómo se beneficia de estas ayudas. “Ahora mismo no sabemos cómo se van a acoger estas ayudas ni los cambios que esto puede provocar en el paisaje”, hasta el punto de que personalmente no le desagradaría que hubiese algún reconocimiento a los agricultores que durante todos estos años han hecho las cosas bien frente a los que extraen agua de manera ilegal. “Merecerían algo y que se tuviese en cuenta su trabajo”, añade.

El acuerdo, en definitiva, “no es el final de nada sino el principio de una forma de trabajar”. Entre las cuestiones que destaca, apunta la entrada del propio Consejo de Participación, la supervisión de una comisión científica o el compromiso de una gobernanza compartida, aunque asume que “irán saliendo todo tipo de escollos, problemas y trampas que habrá que ir resolviendo”. “Nadie dijo que esto fuera fácil, pero si lo hacemos juntos es menos difícil”, y es que el entendimiento actual entre las administraciones permite que “haya más esperanza que cuando estábamos tirándonos los trastos a la cabeza”.

El hecho de contar con una comisión científica para supervisar el acuerdo implica a su juicio toda una garantía. “El papel de los científicos en Doñana ha sido y es importante, y se les echa cuenta, pero lo que me gustaría es que las administraciones fuesen más ágiles”, sentido en el que Delibes está convencido de que “si este acuerdo se hubiera alcanzado hace dos o tres años, cuando el Consejo de Participación ya lo pedía, nos hubiéramos ahorrado muchos problemas”. Y es que para más inri, a su juicio era “era evidente que había que llegar a un acuerdo”.

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