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CÓMICS

Jill Thompson, ilustradora e historietista: “Todo lo que quería ser de pequeña desapareció para ser artista”

La dibujante norteamericana, en la tienda 'Nostromo' de la calle Zaragoza de Sevilla.

Fermín Cabanillas

22 de octubre de 2022 17:30 h

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Una de las calles más estrechas de la ciudad de Sevilla esconde la mejor tienda de cómics del mundo. Se llama Nostromo, y está considerada así por la Cómic On de San Diego, donde cada año se establece cuál será la mejor tienda de todo el planeta de su estilo. La paz habitual de una de esas calles de la capital andaluza donde habitualmente no pasa nada la rompía el pasado viernes una interminable cola de chicos y chicas (no necesariamente muy jóvenes) que quería conocer a una mujer estadounidense: Jill Thompson.

Y no es baladí. Esta artista es conocida en medio mundo gracias a sus personajes de cómics que le han hecho ganar nueve Eisner, los premios más importantes del sector, pero asegura, justo antes de recibir a decenas de fans, que, a pesar de su reconocimiento a nivel internacional, encontrarse con sus admiradores “es algo incomparable”.

Larga lista de personajes

La autora de personajes de Sandman de Neil Gaiman, y su propia serie Scary Godmother, que ha intervenido también en Los Invisibles, La Cosa del Pantano o en Wonder Woman, no quiso que fuese una firma de ejemplares al uso, sino que, incluso, les regaló mediante sorteo dibujos de uno de sus personajes hechos por ella esa misma tarde, concretamente de la protagonista de La Bruja Madrina, algo que para un fan tiene un valor incalculable.

Para Thompson era el primer encuentro con el público andaluz, y aseguraba sentirse “muy emocionada de ver la enorme cola de personas que hay fuera, en la calle”, porque “a pesar de los premios, ver la respuesta de la gente en un acto como este produce una sensación irrepetible”.

Colas desde muy temprano

Desde primera hora de la tarde ya había colas para tener un ejemplar firmado por una autora que comenzó su carrera en los cómics trabajando para editores como First Comics y Now Comics en la década de 1980, y se convirtió en la artista de Wonder Woman, de DC Comics, en 1990, además de ser una de las mujeres más importantes de la industria del cómic de los últimos 30 años. 

Después de su etapa con la superheroína, participó en una de las series más famosas del noveno arte, Sandman, del escritor inglés Neil Gaiman, obra que ha tenido su adaptación a serie de televisión este mismo año, y de la que confesó que, una vez que vuelva a casa, “es una de las tareas pendientes que tengo para hacer”. De hecho, desveló que “aunque puede que sea un secreto”, está trabajando en el merchandising de esta obra, entre una gran cantidad de temas pendientes en su estudio.

Todo ello lo alternará con Muerte: a las puertas de la muerte, basada en el famoso personaje de Sandman o La Bruja Madrina ganadora de un Eisner a la mejor obra y convertida en serie de animación en Estados Unidos. Y eso, en una carrera que ha seguido en ascenso con su participación en otras series que a día de hoy están consideradas como algunas obras maestras del cómic norteamericano, como Los Invisibles, de Grant Morrison; Fábulas, de Bill Willigham, o Transmetropolitan, de Warren Ellis.

“Quería ser bailarina o arqueóloga”

Jill Thompson es de esas personas que rezuma felicidad por lo que hace, que, siguiendo el antiguo refrán, cobra por no trabajar, sino por hacer lo que le gusta, porque hace años encontró su verdadera vocación: “Toda mi vida, desde muy pequeña, sabía que quería hacer algo relacionado con el arte, aunque también quería ser bailarina o arqueóloga y más cosas, pero al final acabaron desapareciendo todas, y quedó ser una artista”.

Con esa premisa, cuando vuelva a su casa le espera el encargo de dos portadas, nuevas historias para La Bruja Madrina e incluso un deseo: “Quiero pintar cosas que he visto viajando por el mundo, y que me apetece dibujar con mi estilo”.

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