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ToteKing: el rapero, el equipo de basket femenino y los tiburones blancos

Toteking.

Alejandro Luque

9 de abril de 2021 21:50 h

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Cuenta Manuel González –más conocido entre los amantes del hip hop como ToteKing– que la afición por la lectura le viene de su padre, quien le daba incluso una pequeña paga por leer cada día el periódico y le abrió las puertas de la gran literatura de la mano del Pedro Páramo de Juan Rulfo. Algo debió de sembrar aquel hombre, porque el chaval acabó estudiando Filología, si bien las palabras con las que acabaría ganándose la vida serían las de la calle, la cultura urbana del rap.     

Muchos años después, Tote ha escrito su propio libro. Lleva por título Búnker, lo ha publicado el sello Blackie Books, y cuenta con un prólogo nada menos que de Enrique Vila-Matas, novelista venerado por él y auténtico guía de lecturas. Esta semana lo presentaba en el club de lectura de la Fundación Tres Culturas, en el que participaron el equipo de baloncesto CBS Femenino y alumnado del Colegio Aljarafe, entre otros jóvenes lectores.

Rosana Martínez, presidenta del club de baloncesto y mediadora de lectura, comenta que ya habían impulsado experiencias similares con anterioridad, movidas por las ganas de desterrar el tópico de que los jóvenes no leen. “Además, creemos que el baloncesto da visibilidad a muchas cosas que no son solo deporte, nos interesa mucho su dimensión social. Desde que vimos que el Athletic de Bilbao tiene en su web una sección donde sus futbolistas recomiendan libros, quisimos tomar nota y relacionar deporte y lectura. Y a las chicas les gustó que el título elegido esta vez fuera el de Tote, que ha jugado al baloncesto y también es joven, sevillano, con muchos vínculos con el mundo en el que ellas viven”.

Para Marta Domínguez, 28 años, pívot del equipo, la experiencia “ha sido algo diferente, sobre todo un entretenimiento para los largos viajes del equipo en bus, que aprovechábamos para comentar el libro. Me parece también muy buena idea poder participar desde casa en clubes de lectura, ahora que está complicado reunirse”, dice. Sobre el autor elegido, añade que “a muchas nos gustaba de antes el Tote, otras no lo conocían y ha sido un descubrimiento para ellas”.    

Obsesionado con un párrafo

Después de leer el libro, los participantes del club tuvieron un encuentro virtual con el autor, y el pasado jueves, por fin, un acto presencial que estuvo presentado por la también sevillana Elisa Victoria, autora del superventas Vozdevieja. Ésta definió Búnker como “un libro especial, difícil de definir, cuyo hilo conductor es una búsqueda de la verdad acompañada de una búsqueda de la belleza”.

¿Cómo empieza un rapero a escribir un libro? ToteKing invocó el primer consejo que le dio Vila-Matas: parte de una verdad. “Empecé entonces a escribir sobre una experiencia en Sudáfrica, adonde viajé para ver tiburones blancos dentro de una jaula. Tiene que ver con uno de los pilares fundamentales del libro, mi papá, que me regaló un libro de Cousteau cuando tenía 7 u 8 años. Cuando empecé a ganar pasta con la música, me hice ese viaje solo y de alguna manera cerré el círculo con aquel regalo. Me quedé una semana y estuve haciendo avistamiento de tiburones blancos en un barco chiquitito, una de las cosas más intensas que he hecho en mi vida”, recuerda. “Luego, en el vídeo comunitario que sintonizábamos en casa, ponían en bucle Acorralado y Tiburón. Me sabía los diálogos enteros”, añade con humor.

Aprovechar, pues, el tirón de la verdad: “El impulso del tiburón se parece mucho al impulso de cuando hago canciones, si paro, no vuelve. Y no paré. Me volví loco, no sé cuántas horas escribía al día. Me levantaba temprano, cosa que nunca he hecho, me encantaba revisar lo escrito el día anterior. Y no tener una instrumental que te acote fue muy liberador”. En ello colaboró su carácter obsesivo, algo así como hacer virtud de lo que suele considerarse un defecto: “Tengo la ventaja de que puedo estar horas obsesionado con un párrafo”, señala.

Basket y boxeo

Antes de saber si lo que hacía era o no publicable, la escritura le sirvió como terapia: “La literatura me ha brindado más consuelo que la música, quizá porque llevo mucho tiempo consumiendo música. Pero leer fue clave cuando mi padre falleció: era lo único a lo que me puedo agarrar. La música se ha convertido en lo que me acompaña en los viajes y en el gimnasio, mientras que la lectura me sienta mucho mejor. Y que me interrumpan en una lectura me sienta fatal”.

La tercera de sus pasiones, el deporte, ha ido cambiando con el tiempo. “Las sensaciones del deporte las he llevado a otro nivel. Ya no juego tanto al baloncesto, tuve una lesión de rodilla que me impedía saltar, pero empecé las artes marciales y me sentaron mejor que todos los años de basket. Hice un tiempo de Muay-thai, ahora estoy con el boxeo y es algo increíble, te amas con la persona con la que te acabas de pegar. Entreno por la mañana, entreno y el día cambia. Lees de otra forma, respiras de otra forma. Pero sigo teniendo muchos amigos de los años del basket”, agrega.

De sus años de Filología, carrera que no llegó a terminar, recuerda con cariño a algunos profesores como Ignacio Guijarro –precisamente el primero que le habló de Vila-Matas–, “y luego cosas que me han encantado, aspectos muy frikis de la carrera, ejercicios de literatura medieval… Pero enfrentarte a la realidad de la morfosintaxis era como hacer Matemáticas con Filología”, dice. “Hay cierta obsesión con acabarlo, pero yo me he quedado con muchas  cosas buenas. Algo que me intimidaba mucho era que en quinto te tocaba dar la clase como ejercicio, y ahí lo pasé ante 40 personas peor que en un festival ante 30.000”.

Lecturas de pandemia

Los temas se van encadenando, el público disfruta con los recuerdos y las reflexiones del astro del rap. Con lo perdido que estaba en sus años mozos (“Llegué a hacer incluso una entrevista en isla Mágica, por supuesto ni me cogieron, era inútil. Mi madre me compró hasta una camisa”). Con sus lecturas de pandemia: La Comemadre de Roque Larraquy, que le ha encantado, Mendigos y orgullosos de Albert Cossery, y muchos diarios, los de Ribeyro, Cheever, Gombrowicz. Con la presión de los lectores, esos que te dicen Presión “Está de puta madre, pero me gustaría ver qué eres capaz de hacer en la ficción”.

Su consejo para los jóvenes de hoy: “Pasártelo bien de verdad con lo que hagas. Es un topicazo, no creo en el coaching, olvídate, no vas a ser presidente de nada, eso de persigue tus sueños es un rollo. Pero pasárselo bien sí es una receta”. De momento, con la escritura sigue pasándoselo de miedo. Tanto, que ya tiene nuevo proyecto entre manos: “Sí, me gustaría probar con la ficción, pero aún tengo que pensar hacia dónde quiero ir. Necesito volver a la sensación de impulso de los tiburones. Cuando la tenga, ya sabré lo que quiero hacer”.  

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