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Una asociación reclama a Alemania que reconozca los crímenes del 'Guernica' andaluz

Fotografía de Norman Bethune

Néstor Cenizo

La Asociación Málaga Republicana ha presentado una reclamación en el consulado, dirigida al Gobierno de Alemania, por la matanza de civiles ocurrida hace ahora 79 años. Desde el 7 al 12 de febrero de 1937, quienes huían de Málaga después de la entrada de las tropas nacionales e italianas fueron bombardeados desde mar y aire. En el bombardero aéreo participaron, según testimonios de la época, aviones alemanes e italianos. La intención de la asociación es que Alemania reconozca su participación en los hechos e indemnice a las víctimas y sus familiares. Aseguran que presentarán un documento similar ante el consulado de Italia.

El 7 de febrero de 1937, los sublevados contra la República, comandados por Queipo de Llano, tomaron Málaga. Recibieron el apoyo de una tropa de italianos enviada por Mussolini y su victoria fue sencilla. La ciudad, desabastecida y desarmada, capituló pronto, pero antes la abandonaron entre 60.000 y 90.000 personas, que emprendieron una penosa huida por la Carretera de Almería. André Malraux, que lo vivió, escribió en L'Espoir que “el mundo entero fluía, en este momento, en un único sentido”.

Huían de la que entonces se conocía como Málaga la Roja, aterrorizados por las historias de represión que se escuchaban. Niños, abuelos, en camionetas o a pie, en medio de la lluvia de aquellos días. Al poco de emprender la marcha, los buques Baleares, Canarias y Almirante Cervera comenzaron a disparar desde el mar; luego se sumaron los aviones. “Moríamos de hambre, sed agotamiento, ametrallados. Si hay un infierno, aquello era lo más parecido que uno pueda imaginar (…) Fue horrible, nunca lo olvidaré. Eran militares profesionales, de la Marina o la Aviación contra civiles, ancianos, niños, mujeres, sabían a dónde disparaban”, le contó José Antonio Baena, un superviviente, a Encarnación Barranquero y Antonio Nadal, historiadores, para su trabajo La carretera de Málaga a Almería. Textos y testimonios. Se estima que murieron entre 3.000 y 5.000 personas.

La “reclamación” formulada ante el consulado alemán denuncia el “bombardeo y ametrallamiento sistemático” de la aviación, culminado con el bombardeo del 12 de febrero “sobre los alrededor de 50.000 refugiados malagueños que se apiñaban en la ciudad de Almería”. La aviación italiana participó desde su base en Tablada, según Máximo de Santos, portavoz de Málaga Republicana. De los bombarderos Heinkel alemanes dio testimonio Norman Bethune, el médico canadiense que ayudó a los heridos y documentó la masacre. Según Málaga Republicana, estos hechos estaban tipificados como crímenes de guerra por los tratados internacionales suscritos por Alemania en aquel momento.

Ahora se recuerda a las víctimas con una marcha anual (la de este año partirá el sábado a las 10 de la mañana desde la Plaza del Obispo). Pero durante años, de la masacre de la Carretera Málaga-Almería se habló por lo bajo. Aseguran que mucho después Picasso dijo que Guernica debió titularse Málaga, pero por mucho tiempo la matanza permaneció relativamente oculta, sin visibilidad pública, hasta que la labor de las asociaciones la sacó del olvido. La publicación de una novela basada en centenares de testimonios de supervivientes le dio nombre popular: La Desbandá.

En 1979 Alemania rechazó asumir las reparaciones por el bombardeo sobre Guernica por parte de la Legión Condor. “La cuestión de una reparación a la ciudad de Guernica es para el Gobierno Federal un asunto no sometido a debate, debido a que se carece de las oportunas condiciones de Derecho internacional”, respondió el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, según refleja una información de El País. A la reclamación actual, formulada por una asociación, le espera un largo camino hasta llegar al Gobierno alemán. “Están obligados a dar respuesta por cortesía; legalmente, no”, admite Máximo de Santos.

Los firmantes exigen también al Parlamento español y al Gobierno que asuman la petición como propia y critican que el Estado nunca haya exigido la reparación de aquellos crímenes. “Por desgracia, las autoridades de nuestro país no toman la iniciativa. Hasta 1975 se entiende que eran beneficiarios, ¿pero luego?”, se pregunta De Santos.

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