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Arriate, el municipio malagueño donde la izquierda resiste el auge de Vox: “La emigración nos abrió los ojos”

Arriate

Néstor Cenizo

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Arriate es un pequeño pueblo malagueño rodeado al norte, sur, este y oeste por el término municipal de Ronda, que es cincuenta veces más grande. Visto sobre un mapa, recuerda al enclave burgalés de Treviño, y puede que también a la aldea gala de Astérix. Desde este lunes, la izquierda resiste en Arriate a la subida de la derecha y de Vox, convertida en la segunda fuerza política en Ronda. En el pueblo lo achacan a una identidad izquierdista que hunde sus raíces antes de la Guerra Civil, se asienta con el retorno de los emigrantes y perdura desde entonces. “La emigración nos abrió los ojos”, explica Rafael Ramírez, concejal del Partido Comunista de 1979 a 1987.

La derecha nunca ha ganado unas elecciones en Arriate, uno de los pocos municipios malagueños en los que este domingo se impuso Unidas Podemos. Lo hizo con claridad. Mientras que en la provincia obtuvo el 12,9% de los votos, en Arriate logró el 35%, por el 27,96% del PSOE, el 13,68% del PP y el 13,32% de Vox. También ganó con holgura en abril, en 2016 y en 2015. En 2011 ganó Izquierda Unida.

“Aquí la izquierda aguanta, y en otros municipios de alrededor no”, dice Alejandro Serrato, coordinador provincial de Unidas Podemos y natural de Arriate, que destaca que en el pueblo hay pocos que “pasen de la política”. La participación aquí fue del 71%, cuatro puntos más que en el conjunto de la provincia.

En Málaga, donde se disputan once diputados, el PSOE ganó con el 29,96% y el PP fue segundo (21,6%), seguido muy de cerca por Vox (21,49%). Unidas Podemos fue la cuarta fuerza, con el 12,9% de los sufragios. Perdió uno de los dos diputados que tenía.

Los castristas de la Serranía de Ronda

castristasRamírez es uno de los emigrantes que, al volver, contribuyeron a asentar el voto izquierdista en el municipio. Salió de España en 1958, cuando apenas tenía 17 años, primero en dirección a Francia y luego a Suiza. Entre medias, servicio militar en Sidi Ifni. “Aquí lo poco que había era agricultura y estaba en mano de cuatro terratenientes. Lo demás, hambre y miseria”. En aquel periplo se inició en la militancia comunista, que ha mantenido hasta ahora. “Me convencieron, pero yo eso le llevaba en la sangre desde que nací”, dice.

Cuando regresó en los 70, trajo consigo aquellas ideas y se implicó en la formación de los grupos comunistas locales, que aprovecharon el vacío que habían dejado los socialistas. En su casa se han celebrado decenas de comités. “Yo sabía que el Partido Comunista era el que estaba dando la cara después del franquismo. Me agregué no tanto porque fuera comunista, sino porque eran los únicos que estaban luchando”. A su grupo le llamaban “los castristas de la Serranía de Ronda”.

Rosa Durán escribió un libro sobre la historia de estos emigrantes. Se llama Yo fui emigrante, y allí cuenta cómo la victoria de los golpistas trajo mucha represión a un pueblo muy significado con el movimiento obrero y campesino, que reclamaba tierras de labranza en un municipio de tamaño muy reducido. El Frente Popular logró en febrero de 1936 el 82% de los votos y cuando estalló la guerra algunos asaltaron el cuartel de la Guardia Civil, el juzgado y la Iglesia, convirtiéndola en el Comité de Abastecimiento de la República. Varios vecinos fueron ejecutados.

Cuando Arriate cayó del lado franquista, la venganza fue brutal. “Los que no terminaron en las cárceles represaliados o los mataron, emigraron a Francia y después a Suiza”, explica Durán. Este fue el germen para que, a su regreso, volvieran a arraigar las ideas aprendidas en las reuniones, mítines, charlas y conferencias que se oían en Europa. También fue el origen de las Juventudes Comunistas de Arriate, constituidas en la clandestinidad en 1967.

“Hay una franja de edad muy consciente de aquello que ha seguido trabajando y pivotando sobre la izquierda”, señala Serrato. A partir de los años 70, muchos de los emigrantes volvieron atraídos por el trabajo que generaba el desarrollo turístico de la Costa del Sol. Al nuevo barrio que se levantó gracias a sus ahorros se le conoció oficialmente como Casas Nuevas, pero algunos en el pueblo le dieron otro nombre: La Pequeña Rusia.

Ronda: Vox segundo y victoria global de la derecha

La contención de Vox y la victoria de la izquierda en este pueblo de unos 4.000 habitantes contrastan con el caso de Ronda, el único municipio colindante con Arriate. Su peso no es el de hace unas décadas, y quedan más lejos aún los días en que su condición de paso estratégico la convirtió en una taifa estratégica, pero Ronda es, por razones históricas y económicas, la indiscutible capital de la comarca. También será para siempre cuna del andalucismo. Aquí se diseñaron la bandera y el escudo y se compuso el himno durante la Asamblea de 1918.

Sin embargo, una fuerza recentralizadora como Vox fue segunda fuerza con el 22,99% de los sufragios, sólo por detrás del PSOE (30,59%) y superando ligeramente al PP (22,87%). En Ronda, los tres partidos de derecha sumaron casi el 56% de los votos, mientras que en Arriate apenas alcanzaron el 33%. En Ronda, Unidas Podemos apenas logró el 9,25% de los votos. En Ronda gobierna el PP.

“Son sólo cinco kilómetros lo que nos separan, pero ideológicamente somos muy diferentes”, dice Rafael Ramírez, que apunta un motivo: “La gente de Ronda ha pisado muy poco la emigración, son muy conformistas”.

Voto a la derecha: del 5% en las municipales al 33%

La izquierda arriateña también exhibe fuerza en las elecciones municipales. Desde 1979 se alternan los gobiernos del PC, IU y PSOE. Sin embargo, cuando se trata del municipio últimamente las tornas se dan la vuelta: gana el PSOE, que aglutina también el voto más a su derecha.

El pasado mayo, las agrupaciones locales de IU y Podemos no fueron capaces de ponerse de acuerdo en una candidatura única, y el PSOE se impuso con seis concejales, por cinco de IU. Se quedaron sin representación Podemos, Candidatura Arriateña Independiente y el PP, la única candidatura de un partido de la derecha, que apenas logró 122 sufragios, el 4,96%.

Vox ni se presentó a las municipales, pero este domingo logró 301 votos, cinco puntos más que en abril. “El 13,3% es una cifra bastante importante para un partido que colocó los carteles a última hora y que no han hecho actos de campaña en el municipio”, opina Melchor Conde, alcalde socialista desde 2011 hasta hace un mes. Él cree que la mayoría son jóvenes, y recuerda que el mejor resultado histórico de la derecha rondaba aquí los 600 votos. El domingo, Ciudadanos, PP y Vox lograron 753, el 33%.

Para Serrato, es una cifra notable que sale del voto de los hijos de los emigrantes, pero Ramírez, uno de los que se fue y volvió, sigue sin creer que pueda cobrar fuerza algo distinto a las ideas de izquierda que él y otros tantos trajeron a este pueblo: “Aquí gente de Vox o de derechas, yo no creo que haya”.

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