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La oposición en bloque empuja a Díaz a confrontar con Sánchez por la reforma de la financiación

Susana Díaz atisba "oportunidades" para Andalucía con el nuevo Gobierno y ya "elementos que marcan un camino distinto"

Daniel Cela

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El Parlamento andaluz ha vivido esta mañana la primera sesión de control al Gobierno de Susana Díaz tras el terremoto que ha supuesto la renuncia de Pedro Sánchez a reformar el sistema de financiación autonómica en este mandato. Ha sido una sesión intensa en la que los cuatro grupos de la oposición -PP, Podemos, Ciudadanos e IU- han hurgado en la misma herida, y a los socialistas se les ha visto a la defensiva y en clara soledad parlamentaria, algo inédito en esta legislatura. La presidenta andaluza venía preparada. “Siempre voy a defender Andalucía, me cueste lo que me cueste. Le reclamaré a Sánchez lo mismo que a Rajoy, pero creo que tendremos mejores resultados”, dijo Susana Díaz, hasta en tres ocasiones, en respuesta a Juan Manuel Moreno. El líder del PP andaluz, muy cómodo en su nuevo rol, ha recogido todo el capital político que la presidenta ha perdido tras el anuncio del presidente del Gobierno, para luego reavivar el fantasma del adelanto electoral. “Otra embestida así de Sánchez y se verá obligada a disolver el Parlamento”.

El contexto político andaluz ha sufrido un giro copernicano desde que el presidente del Gobierno zanjó, por sorpresa, el debate sobre la reforma del modelo de financiación autonómica, y anunció que está dispuesto a negociar mejoras bilaterales con cada comunidad. Con este planteamiento, Susana Díaz se ha convertido en diana de todos los dardos de la oposición. En Andalucía, el concepto bilateral en boca del Gobierno central siempre se ha asociado a una negociación exclusiva del Estado con Catalunya, un intento de resolver el conflicto independentista con prebendas fiscales, financieras o políticas a costa de otras regiones. Así lo ha entendido la Junta, y así es difícil recomponer el discurso de que Andalucía necesita urgentemente que se reforme el sistema de financiación autonómica, que le ha hecho perder 8.000 millones de euros desde 2009, y que deja fuera del reparto de fondos del Estado a 200.000 andaluces. Este potente vehículo político en el que viajaba Susana Díaz, sin semáforos, hasta las elecciones andaluzas del año que viene se ha quedado en el camino.

Pedro Sánchez ha citado a la presidenta andaluza en Moncloa el próximo 23 de julio, después de recibir a Íñigo Urkullu (Euskadi); Quim Torra (Cataluña) y Alberto Núñez Feijoo (Galicia), siguiendo el orden de aprobación de los estatutos de autonomía. Hasta entonces, Susana Díaz tendrá que lidiar con una oposición al acecho, que le reprocha diariamente su “traición” a Andalucía, las “contradicciones e incoherencias” de su ex consejera de Hacienda, y hoy ministra, María Jesús Montero, y le reclama la defensa firme del acuerdo andaluz de financiación que firmaron PSOE, PP, Podemos e IU, y que contó con el respaldo de 101 de los 109 diputados del Parlamento. Un pacto que exige la reforma urgente del sistema de financiación, que propone estrechar la brecha entre regiones ricas y pobres, y pide 16.000 millones de euros adicionales para las comunidades, de los cuales 4.000 millones corresponderían a Andalucía.

El discurso de Susana Díaz hoy en el Parlamento ha sido el mismo, pero distinto al que usaba hace tres semanas contra Mariano Rajoy. El mismo, porque el contenido reedita las mismas reclamaciones que antes, y distinto, porque viene despojado de la retórica frentista, dura y reivindicativa con la que se presentaban las exigencias a Madrid. Unas exigencias siempre adornadas con palabras gruesas: “maltrato a Andalucía, atropello, castigo, olvido, desprecio…”, y envueltas en una defensa férrea de los intereses de los andaluces, por encima de los de partido.

Todo ese vocabulario de confrontación está ahora en manos del PP andaluz, principal partido de la oposición, que de la noche a la mañana ha mutado en el principal adalid de la reforma urgente de la financiación autonómica. El PSOE es incapaz de presenciar el cambio de registro de los populares sin alterarse, incluso el portavoz socialista, Mario Jiménez, ha llegado a sacar medio cuerpo de su escaño y dirigirse a gritos al líder del PP mientras éste ignoraba su intervención. “Ya tendrá tiempo luego para el peloteo”, le había dicho Moreno en su turno. “¡Escúcheme señor Moreno!”, le espetó Jiménez minutos después.

El cara a cara de Susana Díaz con sus cuatro rivales políticos ha orbitado en torno al asunto de la financiación. Los líderes de Podemos e IU, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, se han referido al asunto relacionándolo con las protestas y quejas contra la gestión de la sanidad pública, la educación y los servicios sociales, pilares del Estado de Bienestar que dependen exclusivamente del modelo de financiación autonómica. Maíllo y Rodríguez han puesto por delante las críticas a la gestión de estos derechos, para que todo el asunto no pivote exclusivamente sobre el problema de la falta de recursos. “Usted comprende que miles de personas se manifiesten en la calle en defensa de una sanidad pública de calidad, pero es incapaz de comprender que se quejan de su gestión”, le espetó Maíllo. Ambos líderes de izquierda se han ratificado en la defensa del acuerdo de financiación que salió del Parlamento, le han ofrecido un “frente común, mano tendida y trabajar para que el pacto sea una realidad cuanto antes”. Pero también han expresado su temor de que la renuncia temprana de Sánchez a abordar este asunto sea una “venganza” contra Díaz por su enfrentamiento en las primarias del PSOE. “Nos preocupa que esto pueda ser usado para que Roma no pague a traidores, por sus peleitas internas en el PSOE”, dice Maíllo.

Mano tendida de Podemos e IU

Rodríguez ha puesto el acento en el papel de la ministra de Hacienda, “que es de Andalucía, no de Murcia”, y ha sugerido que si el siguiente paso de la Junta es plantar cara al Gobierno de Sánchez, lo que debería hacer Montero es dimitir. Lo mismo ha planteado el portavoz de Ciudadanos, Juan Marín, tras reafirmarse en su rechazo al acuerdo andaluz de financiación. “¿Engañó Sánchez a la señora Montero o nos engañó a todos? Si yo fuera Montero, me vendría para mi casa”, sentenció. Ciudadanos es el socio de legislatura del PSOE andaluz, pero la moción de censura de Sánchez contra el Gobierno de Rajoy y su intención de agotar la legislatura le ha empujado a endurecer el discurso contra los socialistas. “El PSOE tiene 17 modelos de financiación, por eso no convoca a las comunidades para reformar el sistema”, le ha espetado Marín a la presidenta andaluza. “Usted se ha quedado sola en un modelo de financiación que no fue capaz de consensuar con su propio partido: el modelo de Lambán, el de Puig, el de Iceta y el de Sánchez no es su modelo, y se ha quedado huérfana del PSOE a nivel nacional”, añade.

La formación naranja y el PP han relacionado directamente la renuncia de Sánchez a reformar el modelo de financiación con el éxito de su moción de censura. Ambos denuncian que el presidente del Gobierno está dispuesto a “devolver el favor” a los nacionalistas e independentistas en Catalunya y País Vasco. Es una denuncia que Susana Díaz lanzaba antes contra Rajoy, a quien acusaba de querer negociar bilateralmente con los territorios del norte a costa de las regiones del sur, y ahora la estrategia de Sánchez no les ayuda a disipar ese fantasma. Al contrario.

El duelo verbal entre la presidenta de la Junta y el líder del PP ha sido el más amargo. Los populares firmaron el pacto andaluz de financiación cuando Rajoy estaba en Moncloa, y ahora se sienten empoderados para capitanear ese frente contra Sánchez y, de paso, contra la propia Díaz. “Menos de tres semanas ha tardado Pedro Sánchez en defraudar las expectativas de Andalucía de tener una financiación justa. Se ha cargado el pilar que sostenía su legislatura. Otra embestida así y se va a ver obligada a disolver el Parlamento”, le ha dicho Moreno a Díaz, reavivando el fantasma del adelanto electoral. El líder del PP andaluz ha exigido a la presidenta que, tras su reunión del 23 de julio, no salga de Moncloa “sin el compromiso de financiación autonómica y los 4.000 millones para Andalucía”. “De Montoro a Montero, una sola letra, le ha transformado de león en corderito. Si le falta fuerza, tiene la fuerza y legitimidad de este Parlamento. No nos vuelva a defraudar”, sentenció.

Por cuarta vez, Susana Díaz ha mantenido su discurso. “Defenderé ante el presidente Sánchez lo mismo que defendí ante Rajoy, pero voy a encontrar más sensibilidad ahora, porque en todas las reuniones que tuve con el presidente anterior, nunca ha cumplido conmigo. Estando en la Moncloa me prometía y prometía reuniones del Consejo de Política Fiscal y firmábamos acuerdos al respecto que nunca se cumplieron”, replicó. Hasta el encuentro bilateral entre Sánchez y Díaz el próximo 23 de julio, la política andaluza va a desarrollarse en claves muy distintas a las conocidas hasta ahora. El PSOE andaluz ha sentido por primera vez su soledad parlamentaria, la debilidad de su discurso a la sombra de una decisión el presidente Pedro Sánchez que, todavía hoy, muchos altos dirigentes de la Junta y de la cúpula socialista andaluza no entienden.

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