El presupuesto de Sevilla entra en su fase decisiva con la izquierda a la espera de acuerdos políticos para apoyarlo

Juan Espadas dialoga en el pleno con la delegada de Hacienda, Sonia Gaya, en presencia de la portavoz socialista, Adela Castaño.

Antonio Morente

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El presupuesto del Ayuntamiento de Sevilla para 2022 va quemando etapas en su tramitación y despejando las pocas dudas que pudieran existir, con un horizonte final en el que se dibuja un acuerdo entre el equipo de gobierno socialista y Adelante Sevilla, la coalición que lideran Podemos e IU. Las cuentas municipales serán fruto de este pacto o no serán, porque todas las otras puertas están ya definitivamente cerradas, y consciente de ello Adelante aboga por acuerdos políticos en temas concretos más que por enmiendas puntuales que modifiquen el presupuesto.

Por lo pronto, este miércoles se celebra la comisión de Hacienda que es el paso obligado para que Intervención le dé forma al expediente presupuestario, un trámite en el que sólo el PSOE ha presentado enmiendas. En concreto son tres, pero la que tiene verdadero peso es la que se hace para incluir una partida que ronda los 8,5 millones de euros con la que se incrementarán un 2% las retribuciones de los trabajadores municipales, tal y como han fijado los Presupuestos Generales del Estado. Esto se consigue gracias a que se modifican una catarata partidas presupuestarias que suman este importe, las cuales pasan de financiarse con recursos propios a hacerlo mediante préstamos.

Es decir, que hablamos de una cuestión puramente técnica que saldrá adelante. Y poco más, porque éstas son las únicas enmiendas presentadas, lo que obedece a dos estrategias muy diferentes: Adelante Sevilla no se ha detenido en este trámite porque lo fía todo a acuerdos políticos concretos para darle un giro a la izquierda al presupuesto, mientras que PP, Cs y Vox apuntan a enmiendas a la totalidad para intentar tumbarlo.

El impacto del impuesto de plusvalías

De hecho, Cs ya sacaba la artillería este martes para reclamar la suspensión de la comisión de Hacienda y de todo el proceso de tramitación presupuestaria. El argumento es el hachazo a los ingresos municipales que supone la anulación del impuesto de plusvalías, que llegaba hace unos días vía sentencia del Tribunal Constitucional. El Consistorio hispalense dejará de ingresar por ello alrededor de 31 millones de euros.

El portavoz de la formación naranja, Álvaro Pimentel, reclamaba de hecho un informe del interventor que cuantifique el agujero que deja la sentencia en las arcas municipales. Seguir adelante con la tramitación contando con estos ingresos supone a su juicio hacer un presupuesto “irreal y fantasma, un castillo de naipes que se va a venir abajo”.

En el gobierno local son conscientes de este descosido, lo que no impide que la tramitación vaya a seguir tal y como estaba prevista con el convencimiento de que el Gobierno central (tal y como ya anunció el Ministerio de Hacienda) compensará las cantidades que van a perder todos los ayuntamientos de España. Una vía sería con la aprobación del anteproyecto para la modificación de la Ley de Haciendas Locales, pero sea como sea se cuenta con que ese dinero llegará, y que entonces ya se harán los ajustes pertinentes. Lo contrario, se apunta, sería retrasar el momento en que pueden entrar en vigor las cuentas para 2022.

El camino de la izquierda

El gesto de Cs lo que también ha servido ha sido para volver a poner de manifiesto el mal estado de sus relaciones con el PSOE. Desde que el alcalde, Juan Espadas, adquirió la condición de secretario general de los socialistas andaluces y de candidato a la Junta, los naranja han endurecido considerablemente su labor de oposición, con un choque que ya es permanente por ejemplo en materia de movilidad. Así las cosas, es imposible resucitar el pacto que alumbró el presupuesto de 2021.

Así que todos los caminos llevan a un acuerdo entre PSOE y Adelante Sevilla para que la ciudad tenga cuentas nuevas, las últimas por cierto de Espadas como regidor. ¿Y cuál es el estado de la negociación? Pues la portavoz de Adelante y líder de Podemos en Sevilla, Susana Serrano, valora la “receptividad del equipo de gobierno” en las reuniones que se han mantenido, hasta el punto de que considera que sólo falta un “último esfuerzo” para que las próximas cuentas “tengan un claro sello progresista”.

Cuestión de “diálogo político”

Es decir, que la cuestión parece encarrilada. Pero las tensiones internas en el seno del grupo suponen que hablar de Adelante Sevilla es hacerlo por un lado de Podemos y por otro de IU, y en esta última formación el concejal y coordinador local, Daniel González Rojas, incide en que “en el momento actual se ve muy complicado dar el apoyo a las propuestas al proyecto de presupuestos tal y como está”. 

Esto lo que viene a ser es una invitación a un “diálogo político” en el que coinciden los dos partidos que lideran Adelante Sevilla, que abogan por acuerdos concretos sobre medidas específicas antes que por enmiendas para modificar partidas presupuestarias. Esto obliga al PSOE a retratarse más, consciente de que –como ya hizo para las cuentas de 2020– tendrá que ceder en determinadas cuestiones para lograr los votos de los tres concejales de Adelante (dos de IU y una de Podemos) que son precisamente los que necesita para alcanzar la necesaria mayoría absoluta. Otra vía sería la abstención de estos tres ediles y ganarse el apoyo de la concejal no adscrita, Sandra Heredia (expulsada precisamente de Adelante), para resolver el consiguiente empate con el voto de calidad del alcalde como ya hizo Espadas en 2017.

Por lo pronto, Heredia asegura que no ha ido más allá de contactos muy superficiales con el PSOE, que parece que lo fía todo al acuerdo con Adelante. Un acuerdo, por cierto, que luego tendrá que pasar por las asambleas locales de Podemos e IU para su refrendo, algo con lo que se cuenta si el grupo municipal se da por satisfecho. González Rojas denuncia que la experiencia de los últimos años demuestra que “Espadas pone el intermitente a la izquierda pero gira a la derecha”, aunque los dos partidos que forman Adelante insisten en última instancia en su “voluntad de apoyar los presupuestos”.

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