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Aragón, a la cabeza del uso de fertilizantes orgánicos para sustituir los químicos

Cultivos

edCreativo Aragón

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Aragón quiere liderar el uso fertilizante de los desechos orgánicos convirtiéndolos en recursos estratégicos que impulsen una agroalimentación asequible, saludable y sostenible. La sostenibilidad económica y ambiental de la agricultura y de la ganadería aragonesa hace imprescindible y urgente la sustitución de los fertilizantes minerales por los fertilizantes orgánicos procedentes de los estiércoles y purines. Se trata de convertir un problema en una  oportunidad.

Este es el objetivo del proyecto N-Circular Aragón, que trata de mejorar la eficiencia de los fertilizantes obtenidos de los purines para así aprovechar mejor las materias primas y aportar a cada cultivo lo que se necesita. Tal y como explica Ignasi Salaet, director de I+D de Térvalis, los purines tienen un determinado contenido nutricional que puede no ser apropiado para todos los cultivos: “Se suele aplicar un purín para cubrir las necesidades de nitrógeno pero el purín también tiene fósforo o potasio y generalmente en exceso, con lo cual no es una materia prima equilibrada en la mayoría de cultivos”. 

Por lo tanto, se trata de eliminar los componentes que no aporten a los cultivos y reducir la cantidad de agua, para que el transporte de esta materia sea más sencillo y “con menos cantidad consigues la misma fertilización y mayor incremento de producción”, explica Salaet. 

Para llevar a cabo este proyecto se tienen que implicar los productores del purín, las empresas que lo transforman y los agricultores que lo utilizarán para abonar sus campos. “Si el purín lo vamos a considerar como una materia prima, cuanto más buena sea mejores condiciones obtendremos. Se va a analizar el purín y, según unos parámetros, al generador del purín le será más costoso o menos depositarlo, incluso puede ser beneficioso si es de alta calidad, con lo cual le va a convenir aplicar purines de muy alta calidad: que no se haya perdido el nitrógeno y con la mínima cantidad de metales pesados o antibióticos”, expone Salaet. 

Modificar el modelo de gestión del nitrógeno

“El problema no es la fertilización en sí misma, sino la gestión ineficaz del nitrógeno fruto del desacoplamiento entre la demanda (agricultura) y la oferta (ganadería e industria química)”. Esto dijo Joaquín Olona, el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente en el I Encuentro Internacional Renowagro. El consejero propone modificar el modelo vigente de gestión del nitrógeno, “que es muy costoso e ineficiente desde el punto de vista económico y ambiental”. Por lo que, “la discusión no debe de ser si necesitamos nitrógeno o no, sino de dónde viene y cómo lo aplicamos”. En este sentido, Olona recalca que “Aragón quiere ser la primera Comunidad en asumir el reto de sustituir los fertilizantes minerales por los orgánicos procedentes de los purines y estiércoles”.

“La escasez de fuentes nitrogenadas naturales supuso una grave amenaza para la humanidad en el tránsito del siglo XIX al XX, cuando ni siquiera existía el concepto de seguridad alimentaria. Ahora, en pleno siglo XXI, mientras que el exceso de nitrógeno se ha convertido en una amenaza ambiental, el encarecimiento de los fertilizantes nitrogenados y determinadas imposiciones de la Comisión Europea que podrían resultar erróneas, dificultan la producción agroalimentaria. Todo ello cuando la crisis provocada por la invasión rusa de Ucrania ha puesto en entredicho una seguridad agroalimentaria más vulnerable de lo que creíamos antes de la pandemia del COVID-19”, añade Olona. 

La FAO en su último informe demuestra que la prevalencia de la desnutrición en la población mundial ha aumentado desde la pandemia y ha pasado del 8% hasta un 9,8% (casi 150 millones de personas más) y, adicionalmente, más de 3.000 millones de habitantes del planeta no se pueden permitir una dieta saludable según los parámetros de la FAO, debido fundamentalmente al aumento del precio de los alimentos.

El importante crecimiento de la producción ganadera se ha traducido en la generación de importantes volúmenes de nitrógeno en forma de estiércoles y purines que se suman al nitrógeno fijado del aire a través de la síntesis industrial del amoniaco. Todo ello ha provocado una significativa alteración del ciclo natural del nitrógeno con excesos de este elemento que eutrofiza las masas de agua y contamina la atmósfera con óxidos de nitrógeno y amoniaco.

Se da la paradoja de que “existiendo un exceso de nitrógeno, el encarecimiento del gas natural -también utilizado masivamente para la síntesis industrial del amoniaco-, los fertilizantes nitrogenados minerales muestran en estos momentos unos precios prohibitivos para los agricultores al tiempo que existen barreras normativas y tecnológicas para el uso fertilizante de los purines y estiércoles”, destaca el consejero. Por ello, este proyecto propone mejorar la eficiencia de los purines utilizados como fertilizantes, tal y como explica Ignasi Salaet, “se está aplicando mucho purín en sitios que a lo mejor no necesitan y de una eficiencia reducida, si mejoramos la eficiencia podemos reducir la cantidad de nitrógeno químico importado”. 

En definitiva, la apuesta del Gobierno de Aragón para afrontar el desafío del nitrógeno pasa por impulsar la I+D para transformar los purines en fertilizantes, promover cambios normativos que permitan cubrir las necesidades de los cultivos con purines y sus derivados fertilizantes y fomentar la cooperación imprescindible entre agricultura y ganadería. “Desde los poderes públicos debemos de crear las condiciones institucionales para que la innovación tecnológica se pueda aplicar de manera rápida y eficaz, a través de una normativa más coherente que ayude a transformar lo que ahora es un problema en una solución”, concluye Olona.

Para el ministro Luis Planas, “Aragón está en la vanguardia europea” y muestra el camino en este desafío y recuerda que pasar de una economía lineal a una circular contaba con razones de sostenibilidad, a las que ahora se suma ahora el objetivo de garantizar la soberanía alimentaria en momentos de turbulencias mundiales con repercusiones en los precios de los alimentos. De hecho, España presidirá en el segundo semestre del próximo año la Unión Europeo y el ministro tiene en su hoja de ruta abordar esta cuestión.

Proyecto piloto

La comarca de las Cinco Villas será la que acoja el proyecto piloto de esta iniciativa. Tal y como explica Salaet, se ha escogido este territorio porque “estamos todos los actores presentes y hay una gran cantidad de producción de porcino en la zona”. 

Fue el Presidente Lambán el que anunció que se llevaría a cabo en esta comarca, cuyos protocolos de actuación de podrán estar configurados en un mes con el fin de llevar a cabo una fabricación distribuida, es decir, la que se desarrolla in situ, a pie de producción de estiércoles para sincronizarlos con las necesidades de los suelos y cultivos del territorio donde se consumen. Se busca, dentro de la lógica de la economía circular, evitar el mayor coste económico y ambiental del uso de los transportes y aprovechar los recursos endógenos. 

La parte técnica del proyecto ya ha comenzado, Salaet explica que lo principal es ver cómo generar la estructura en la que todos los socios implicados logran su objetivo. “Estamos viendo cuales son los posibles beneficios para que sea económicamente rentable para todo el mundo, tenemos que implementar y demostrar que todo se puede hacer, no técnicamente, puesto que eso ya está demostrado, sino que sea viable económicamente. Se pretende conseguir que el fertilizante salga más barato en cuanto a eficiencia, no el coste kilo a kilo”. 

La transición alimentaria no debe abordarse solo desde la aplicación de nuevas tecnologías en las cadenas de valor actualmente configuradas, sino que hay que fomentar la innovación desde un punto de vista social, creando nuevas relaciones público-privadas entre los diferentes agentes del sistema alimentario.Dentro de este nuevo espacio de colaboración, ha nacido el encuentro internacional Renowagro, así como un nuevo proyecto de demostración impulsado por Térvalis y el Gobierno de Aragón llamado N-Circular Aragón, que se presentará en dicho encuentro, y en el cual están representados agentes decisivos en la cadena de valor de la agro-ganadera (Vall Companys, Federación de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, Asociaciones Agropecuarias Comarcales y Fertinagro Biotech), cuyo objetivo fundamental es reducir al máximo la dependencia de fertilización mineral fósil en la producción agropecuaria de una comarca de Aragón. En este proyecto se testarán las diferentes tecnologías para que los recursos biológicos y orgánicos presentes de forma natural en los purines, permitan aumentar la salud de los suelos de esta comarca, para producir alimentos de una forma más sostenible.

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