El guarda jubilado que enseñó a Felipe VI el panteón de los reyes de Aragón
El día antes de ver a los Reyes de España, José Luis Solano se quedó repasando la historia del Monasterio de San Juan de la Peña durante toda la noche. Sin embargo, en su lugar de trabajo los últimos 36 años nunca se pone nervioso. No se altera, se siente como en casa. Un 4 de julio de 1984 aprobó las oposiciones para guarda de monumentos, llamado así entonces, y hasta hoy ha podido disfrutar de la magia de este icónico lugar. Culmina media vida en el Monasterio con la visita de los jefes de Estado y haciendo de guía de Felipe VI y Doña Letizia por la tumba del X Conde de Aranda.
Amante de la pintura y de la historia del arte, a Solano le llamó la atención un anuncio de estas oposiciones publicadas en el periódico El Día. En aquellos momentos estaba en paro, solo había trabajado en una fábrica de plástico haciendo serigrafía y se animó a prepararse para los exámenes. Los aprobó y hasta hoy. Con los lienzos como hobbie, no tiene un estilo definido, lo que más le gusta son las acuarelas. Ahora que tiene más tiempo se atreve con el retrato, pero sobre todo pinta cuadros realistas. Como buen pintor y aragonés, Goya es uno de sus principales inspiradores.
Aunque asegura que no tiene uno sino muchos favoritos; como Velázquez, dos impresionistas franceses y Picasso. Nació en Zaragoza tiene vínculo con Huesca ya que su padre es de Tierrantona. Esta conexión se tornó inseparable cuando pisó San Juan de la Peña: “Es un sitio que te engancha desde el primer momento. He conocido los licenciados en arte en la Universidad de Zaragoza que les daban becas para pasar el verano aquí y muchos de ellos siguen enamorados”, asegura.
Tumbas, oro y rubí
Cuando entró a trabajar en el cenobio oscense estaba en plenas obras de restauración. Cada cierto tiempo este lugar necesita un mantenimiento. Por aquellos años hubo un descubrimiento muy importante. Se arreglaron varias partes del Monasterio y se comenzó a excavar en la parte delantera del claustro. En el año 85 fue cuando levantaron los restos de los reyes. Encontraron tres tumbas, 3 anillos de oro de 24 quilates y un dado de marfil. Posteriormente en el panteón de los nobles fue cuando descubrieron la tumba del X Conde de Aranda. “Eran dos cajas de madera. Una de ellas con letras de plata venía el Dominus Optimus Maximus Excelentísimo Conde de Aranda. Y en la otra estaban sus trajes y demás, que ahora están en el museo”, explica Solano.
El guarda ha tenido que lidiar con todo tipo de personas importantes a nivel nacional, tanto intelectual como culturalmente. Desde artistas hasta la realeza. Sin embargo, las visitas que más cariño recuerda son las realizadas a los colegios. Concretamente a los niños y niñas de primaria con quienes interactuaba intentando descifrar el significado de los dibujos de los capiteles del claustro.
Al igual que a Felipe VI y Doña Letizia, les enseñó estas joyas del gótico tardío, el panteón de los nobles y el enterramiento del X Conde de Aranda. “En San Juan de la Peña nunca me pongo nervioso. Puedo estarlo más en una entrevista que enseñando el Monasterio. Es algo curioso. Igual me puse más nervioso con la intervención en directo con la televisión aragonesa que en la visita. Es prácticamente como si fuera mi casa”, confiesa el guarda.
Ya jubilado, ahora José Luis Solano tiene una cosa muy importante a la que dedicarle tiempo: sus nietos. A nivel personal, intenta disfrutar de ellos, del Pirineo y sus montañas “que son muchas y muy bonitas”, continúa pintando sus acuarelas y sigue leyendo algún libro pendiente. A nivel laboral, le gustaría que en el Monasterio de San Juan de la Peña se pudieran hacer más excavaciones para poder encontrar todo lo que falta del templo, “que es mucho y seguro que será muy importante”.
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