Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Isabel Marco: “Si para poder estar en más plataformas tengo que convertirme en un producto, no lo quiero”

La cantautora Isabel Marco.

María Bosque Senero

Zaragoza —

0

Maestra de educación especial en CRA -Colegios Rurales Agrupados-, Isabel Marco confiesa que le gustaba el trabajo con niños, pero no toda la burocracia que lo rodea. Hace 3 años abandonó su puesto de funcionaria en la escuela pública para vivir en exclusiva de la música; “sin pretensiones, con el objetivo último de tener un sueldo y de poder vivir como cualquier otra persona, trabajando en lo que me apasiona”.

Su vinculación con la música viene de tiempo atrás, con el grupo Insolenzia fundado en el año 2000 y disuelto en 2017. En 2018 comienza su andadura en solitario, pero es definitivamente en 2020 cuando decide dedicarse en exclusiva a la música profesionalmente. ¿Cómo han sido estos 3 años?

En mi cabeza el calendario ha dejado de existir, me rijo por las estaciones. Hay cosas que hay que preverlas con tiempo, como la grabación de un disco o los conciertos, pero por norma general me he adaptado muy bien a un calendario que es diferente al que he tenido hasta ahora. Me he puesto unos horarios para escribir y componer, porque compagino la música con el cuidado de mi hijo, todavía muy pequeño. Los horarios de escuela son claves en ese sentido, pero fuera de ellos, tengo una red de apoyo cercana que nos ayudan a mi pareja -también involucrado en mi proyecto musical- y a mí para poder grabar o salir de gira en concierto.

Una mujer que vive el mundo rural, con un trabajo estable que decide abandonar para dedicarse íntegramente a la música, sin renunciar a vivir en el pueblo, ¿cómo ha sido esa transición para usted y vista desde fuera por el entorno?

Vivir siendo profesional de la música es algo que ya por sí solo no se entiende, a no ser que seas profesora de música en centros de estudios, porque es un trabajo que no proporciona esa estabilidad que puede haber en la docencia. Si a dedicarte a vivir en exclusiva de la música le añades ser mujer y vivir en el mundo rural, la gente lo entiende todavía menos. Por ejemplo, mis padres, ambos son maestros, y al principio no compartían mi decisión ¿por qué renunciar a un sueldo fijo y a la seguridad que me proporcionaba mi carrera docente? Ahora, sin embargo, están contentos al verme feliz con lo que estoy haciendo.

Su identidad rural la acompaña también en la forma en la que decide producir su música, no solo en este cuarto disco, también en los anteriores trabajos. Cuéntenos.

Todos mis discos se han grabado en Ovni Estudio, situado en Bonielles, una pequeña aldea asturiana. El estudio es una antigua nave de una cantera de piedra que perteneció al abuelo del productor Pablo Martínez. Es un lugar muy especial, totalmente acondicionado, y muy famoso para grabar percusión por su excelente acústica. Me gusta trabajar en lugares tranquilos, salir de grabar y poder ver la naturaleza y respirar aire puro, sin ruidos ni coches, eso es magnífico.

Con Pablo Martínez compartimos estilo de vida y forma de trabajar, lo que hace mucho más fácil encontrar conexiones. Desde un principio supo lo que yo quería conseguir con mis canciones, a veces sin hablar ambos sabemos lo que necesitan los temas. Su estudio y su filosofía encajan con mi estilo de vida y con la necesidad de potenciar el trabajo y la creación en el mundo rural. Y para mí eso es muy importante.

¿Cómo fue ese proceso de grabación de este último trabajo?

El proceso de grabación ha durado año y medio. He preferido hacer tres sesiones de grabación alejadas en el tiempo porque he priorizado conciliar mi vida laboral con estar con mi hijo. Una ausencia de un mes encerrada en el estudio de forma intensiva no estaba en mis planes. En este sentido, en Ovni Estudio me he sentido totalmente comprendida y arropada. En cuanto al proceso, a pesar de ser más costoso tanto en lo económico como en tiempo, he tenido la suerte de poder trabajar sin ninguna prisa, cuidando todos los detalles de manera casi artesanal.

En el disco me acompañan mis músicos de confianza: Guille “Mara” Rubio del Arco a las guitarras, Alex Serra al bajo y Adri López “Cheriff” a la batería. Esta vez, y precisamente por esa decisión de grabar en tres sesiones, los teclados y sintetizadores han estado más repartidos y en el disco aparecen David T. Ginzo, Alejandro Heredia, Juan Villamil y Alfredo González. Es un lujo trabajar con profesionales como ellos. Me siento muy satisfecha con el resultado.

Ha elegido como título 'Soñando Alto', haciendo referencia a un capítulo de la biografía de Bruce Springsteen

En ese capítulo Springsteen se encontraba fuera de lugar de la escena musical, pero con una fe enorme en sus canciones, me sentí identificada con esa sensación y decidí bautizar así a este nuevo trabajo, en parte, en honor al Boss. La música es mi proyecto de vida, siempre he soñado con conseguir vivir de mi música y sigo haciéndolo, a pesar de las dificultades. Creo en mi trabajo, y 'Soñando Alto' era el título perfecto por todo lo que significa para mí.

¿Qué quiere trasmitir Isabel Marco a través de su música y de sus letras?

Siempre he tenido un espíritu punk y contestatario. Me gusta escribir sobre temas sociales -algunos pendientes desde hace mucho tiempo- sobre noticias que me impactan, y relatos de vidas sufridoras. Hay canciones como `Las flores nunca llegarán´, que habla de la historia de dos ancianas que, tras recibir la notificación de desahucio y sin un lugar a dónde ir, deciden quitarse la vida. Busqué información y no encontré nada más allá de unas cuantas líneas en prensa. Este tipo de sucesos no son aislados, por eso siento que también necesito dar voz a las personas que no pueden defenderse o que no están aquí ya.

Como música y compositora profesional, ¿cómo es el panorama musical de hoy en día realmente?

Antes era más difícil acceder a una grabación o a que una radio pusiera tus temas. Ahora puedes hacer un disco tú sola, desde tu casa y, aunque parece que hay muchas más oportunidades de despegar, lo cierto es que la industria de la música es un mundo mucho más oscuro de lo que lo era. Somos millones de peces en el mar que luchan contra un pez más grande.

Al consumidor le dan la sensación de que escucha lo que quiere, pero en realidad escucha lo que la industria quiere que escuche, sobre todo en plataformas. A pesar de que tengo a profesionales que me ayudan en el posicionamiento, tengo que confiar en el al algoritmo le guste mi música para estar más presente.

¿Prima el talento?

En mis trabajos todo está cuidado y mimado de principio a fin, la música, las canciones, la fotografía, todo el proceso. Pero al final, llegar o no a la audiencia no es siempre una cuestión de talento. La realidad es que hay gente que dispone de un dinero que yo no tengo. Y si para poder estar en más plataformas tengo que convertirme en un producto, no lo quiero.

Antes comentaba que ser música, mujer y vivir en un pueblo es algo que se ve con extrañeza. ¿Qué percepción se tiene de la mujer rural? ¿Tienen espacio los lugares pequeños para mujeres profesionales?

Hay que pelear mucho todavía. A veces creo que se sigue imaginando a la mujer en el entorno rural como una figura que está en casa sin salir, que solo va a comprar y casi con el pañuelo puesto. Pero no es así. Hay muchísimas iniciativas de mujeres en los pueblos que merecen atención. La imagen de la España despoblada hizo mucho daño a las zonas rurales, y aunque en hay parte de realidad en esa visión -que muchos se han marchado- también es cierto que los que nos hemos quedado lo hacemos porque de verdad queremos estar aquí. Por eso siempre animo a la gente a que, si tiene una idea, un proyecto o un sueño en el mundo rural, que lo intente.

Etiquetas
stats