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El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon. 

Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.

¿Qué Aragón quieres tú?

El palacio de la Aljafería, sede de las Cortes de Aragón.

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No es fácil hacer un guion para describir en un puñado de palabras e imágenes la esencia de un territorio. Más si es un encargo. Pero este 23 de abril las redes se han llenado de vídeos plagados de tópicos, rimas vacías, complejos y la definición de un carácter aragonés que todavía estoy tratando de identificar con algo de lo que conozco. Todo suena a franquicia con su ración de bandera sin ahondar en su historia; su porción de jota sin saberse ni media, con alguna palabrica en aragonés, preferiblemente un ir de propio que siempre cae bien, y algo del Pirineo como punto de consenso, al menos de Zaragoza para arriba. 

En los últimos años parece una necesidad desde lo institucional recordar que Aragón es España e incluso homenajear el himno nacional en el día que se celebra el santo de otro. Quizá conviene recordar que hubo Aragón antes que España y que no habría España sin Aragón. Que al aragonés, por tanto, no le define España ni el complejo de inferioridad que algunos parecen haber desarrollado contra la vecina Cataluña, otrora parte territorio de la Corona de Aragón. Aragón es España, la Tierra es redonda, pasemos de lo obvio que no avanzamos. 

Agitar banderas siempre es útil para tapar carencias. Pero puestos a exaltar la nuestra, convendría recordar aquella imagen de 1978 -impensable hoy- cuando miles de aragoneses salieron a la calle para defender la autonomía y un Estatuto que reconociera los derechos históricos de Aragón. La cuatribarrada, proscrita por el franquismo, inundaba las calles de Zaragoza. Casi 50 años después, quienes desprecian la autonomía y añoran la dictadura han podido ocupar un sillón de honor en la más alta de nuestras instituciones. Curioso homenaje a la bandera. Hace añorar esos tiempos en los que los aragoneses parecían ser algo más exigentes con sus representantes y los reyes tenían que jurar su cargo de la siguiente forma ante el Justicia: “Nos que somos tanto como vos y juntos valemos más que vos, os hacemos rey de Aragón si juráis los fueros y si no, no.” 

Ya no somos aquel reino con dominios allende el Mediterráneo. Son otros tiempos y las verdaderas conquistas ya no son territoriales sino sociales. Pero sabe a fracaso que no sepamos conservar esa historia y ese patrimonio. Si uno viaja a algún lugar que perteneció a la Corona y no tienen ni pajolera idea de dónde estamos o qué somos y su única referencia es Cataluña, la culpa no es más que nuestra. Por eso en lugar de pleitiar con el del otro lado de la muga, quizá habría que mirar para dentro y pensar qué Aragón queremos. 

Ojalá el próximo 23 de abril reconozcamos sin complejos la existencia de una lengua que agoniza a fuerza de despreciarla; ojalá apreciemos nuestra rica diversidad paisajística y, además de admirar el Pirineo, dejemos de ver como un secarral uno de los ecosistemas esteparios mejor conservados del continente europeo; ojalá sigamos destacando como tierra de acogida y condenemos colectivamente los discursos racistas y de odio; ojalá seamos más somardas y menos serviles.

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El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon. 

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