A más frío menos ropa

Van saliendo clips y hallazgos de la UCO, unidad de la Guardia Civil que entra por ministerios, organismos y empresas con orden de un juez y los millones brotan como chorros de fuego por los telediarios. 

Entonces se palpa la globalización local en todo su esplendor, pues no hay rincón ni obra ni licitación que no haya sido untada, un funcionario leal que no haya sido desplazado o despedido por no acatar el corruptorio estándar.

Y las décadas anteriores se reabren como una demo del día del Juicio Final y salen los cadáveres a medio pudrir sus honoris causa y el dinero corre de nuevo por los bolsillos de los comisionistas, etc.

Y te acuerdas del Gran Gatsby (se cumplen cien años (100 millones) de su publicación, cuando le presenta al narrador a su padrino y le dice que es el que amañó las series de apuestas bla bla… Y el tío le muestra sus gemelos que son muelas humanas.

La supuración de figurones con las solapas manchadas de sopa y grasa y unto salpica al abochornado lector y a la abochornada lectora porque por poco quizá no salen ellos mismos al final de la ristra de registrados, tan vasta es la recua de figurones al borde del abismo que bien podría, aun sin saberlo, estar implicado o pringado todo el censo, tal es la extensión y la profundidad de lo que se va encontrando.

Que quizá el propio Estado, un ente de rango superior y desconocido por el vulgo, ha de intervenir y frenar ese afán por sajar la pururencia... antes de que se vea que lo que los expertos creían estructural y resulta que era endémico & atávico al menos desde tiempos inmemoriales.

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Iba a escribir de la lírica del desnudo en pleno frío al hilo de la foto casual de ese hombre sin camisa y descalzo que avanza garboso bajo las luces navideñas, pero siguen saliendo noticias rigurosamente locales derivadas de las operaciones anti presunta corrupción universal incesante, que también afectan presuntamente a entes localísimos y ponen fotos y cifras a lo que ya supimos sin más pruebas que las noticias normales de la década, así que lo dejo… en manos de la UCO.

La otra estampa de la semana, en la misma calle Alfonso I, es del hombre sin cabeza con el que se hacen fotos los turistas y nativos a veces. Es un clásico de esa farola. El primer día de confinamiento por la pandemia del diablo (Wuhan, ¿? no se ha sabido más, tampoco de la peste porcina…) la única persona que estaba en su puesto era el hombre sin cabeza, tengo la foto por ahí.