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Agentes locales acuerdan un protocolo para prevenir asentamientos ilegales por la recogida de setas

Se espera una buena temporada de setas

Marta Salguero / Marta Salguero

Actuar con medidas concretas para prevenir los asentamientos ilegales en el campo aragonés. Este es el objetivo marcado por agentes del medio rural para evitar la llegada masiva de personas para recolectar grandes cantidades de setas. En los últimos años, el número de estos grupos ha aumentado, pero fue el año pasado cuando llegó a ser insostenible en la provincia de Teruel. En concreto, en la localidad de Mosqueruela, donde, en la primera semana de octubre, hubo hasta tres asentamientos formados por quinientas personas cada uno. En total, cerca de 1.500 personas que vivían en el campo de forma organizada.

“No estamos hablando de campamentos, sino de poblaciones asentadas que vivían en el monte y que habían organizado hasta distintas zonas, para dormir, para comer, para lavar…”, apunta la presidenta de la Comarca Gúdar-Javalambre, Yolanda Sevilla.

Esta población de hasta 1.500 personas, en torno a una localidad de 600 habitantes, provocó una sensación de “inseguridad” entre los vecinos de Mosqueruela, aunque no se produjo ningún altercado.

También desde la Asociación Forestal Aragonesa denuncian la existencia de estos asentamientos y la recogida masiva de un recurso natural, que creen que debería servir para potenciar el turismo y dinamizar el medio rural. El presidente de la Asociación, Mariano Cañada, afirma que son “nómadas explotados por grandes mafias” que viven en el campo en condiciones “infrahumanas” y recogen grandes cantidades de robellones, que no son sometidos a ningún control.

Aunque todavía no han comenzado a llegar, todo apunta a que este año se pueda volver a vivir una situación similar, ya que las lluvias del mes de agosto auguran una buena temporada de setas en el campo aragonés. Para evitar estos asentamientos organizados, los agentes implicados han comenzado a trabajar para adoptar medidas preventivas y acordar un protocolo de actuación en el caso de que lleguen a producirse. En una mesa de trabajo en la sede de la subdelegación del Gobierno en Teruel, en la que participaron las entidades locales afectadas, como la Comarca de Gúdar-Javalambre, Inspección de Trabajo, la Dirección General del Salud y agentes de la Guardia Civil, se acordó actuar de una manera coordinada, cada uno desde su competencia.

De momento, el Ayuntamiento de Mosqueruela ha acordado un protocolo de actuación con la Comarca de la que depende: en el momento en el que el Consistorio detecte una acampada ilegal lo notificará por escrito a la Comarca de Gúdar-Javalambre. Una vez comprobado, el inspector de Turismo de la Comarca ejecutará un acta dando fe de los hechos y se ordenará el levantamiento por medio de una denuncia a la Guardia Civil, explica Sevilla.

“El objetivo es poder levantar el campamento desde el primer momento, sin esperar a que sea muy numeroso, porque desplazar a 500 personas que no quieren moverse es imposible”, sostiene Sevilla, quien considera que no debería llegarse hasta esa situación. Para ello, reclama al Gobierno de Aragón que haga cumplir el decreto que regula la recolección de setas, aprobado en noviembre de 2014.

Por otro lado, fuentes de la Guardia Civil aseguran que actuarán ante este problema en función de sus competencias, es decir, en el caso de que exista un delito o un atentado contra la seguridad e insisten en que, por ahora, no se ha detectado ningún asentamiento.

El decreto que regula la recolección de setas, en vigor

El decreto que regula la recolección de setas, en vigorEsta temporada de setas será la primera desde que entró en vigor el decreto aprobado por el Gobierno de Aragón para regular la recolección y la recogida de este producto en terrenos forestales. Esta norma limita a 3 los kilos de setas que un aficionado puede coger libremente para su uso y disfrute en un monte público.

En cambio, si la finalidad es vender el producto, el decreto permite recoger una mayor cantidad, siempre que adquiera antes un pase comercial.  En este contexto, hay entidades locales, como el Ayuntamiento de Mosqueruela, que han decidido que los pases personales sean solo para los vecinos, para que el valor de este producto se quede en el territorio.

Según explica el presidente de la Asociación Forestal Aragonesa, la venta de la seta supone para los vecinos una segunda fuente de ingresos. No llegan a vivir de ello, pero es  un complemento extra para su renta, en un medio rural donde no hay muchas oportunidades de empleo.

De hecho, Cañada considera que habría que trabajar en esa dirección y aportar valor a un producto como medio para crear riqueza en el territorio. En este sentido, plantea que no solo sean los propios vecinos los que recolecten las setas, sino que una vez retiradas del campo, se realice también en la zona el embotellado y el etiquetado. De esta forma, se garantizaría al consumidor final un control y una trazabilidad; se informaría del origen del producto y se añadiría un valor añadido a una materia prima, sobre la que hay “muy pocos controles”.  “El 95 % de las setas que se venden son mercado negro y nadie hace nada”, concluye.

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