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Aragón vive este verano el 'boom' del ciclismo: “En 15 días vendí casi todas las bicicletas que tenía”

El Pirineo es uno de los lugares elegidos para la práctica de la bicicleta

Antonio Pardo

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Una vez afirmó Ernest Hemingway que “yendo en bicicleta es como mejor se conocen los contornos de un país”. Y este verano son muchos los que pedaleando descubren, o se reencuentran, con rincones de Aragón como el Pirineo, el Bajo Martín turolense o el camino natural del Ebro. La belleza del paisaje y la variada oferta de rutas para bicicletas de montaña, con siete centros BTT y más de 400 itinerarios, han convertido a la comunidad en uno de los espacios más elegidos para esta práctica deportiva.

En una temporada estival diferente, marcada por la crisis sanitaria del coronavirus, algunos han dejado la sombrilla y las hamacas de playa en el trastero, y le han dado una oportunidad a la bicicleta. En la Comarca de Sobrarbe, en el Prepirineo, han notado “una diferencia abismal en el número de ciclistas respecto al verano del año pasado”, asegura Susana Cubells, gerente de Zona Zero. Este espacio de BTT, que reúne a casi un centenar de empresas turísticas de la zona, ha registrado tan sólo durante este mes cerca de 350 consultas relacionadas con la bicicleta. Hasta este año, la temporada fuerte correspondía “a los meses que van de marzo a junio, y de mitad de septiembre a noviembre”. 

El tipo de público que practica este deporte también se ha ampliado. Como detallan desde Zona Zero, “ahora vemos familias enteras a las que le ha picado el gusanillo por practicar bicicleta de montaña”. Aunque este espacio BTT destaca por la práctica del Enduro (una de las modalidades que requiere una mayor técnica deportiva), también dispone de rutas adaptadas a todo tipo de condiciones físicas. “Contamos con un total de 2.500 kilómetros para practicar ciclismo, y seis rutas 'ZL', que son más 'light' y transcurren por lugares como la Bal de Chistau, el Río Ara o La Fueva”, explica Cubells.

La oferta ciclista de Zona Zero se va a completar, en los próximos días, con la apertura de un espacio 'pump-track', un circuito cerrado de pequeñas dimensiones que puede recorrerse con la sola inercia del cuerpo y la bicicleta. Con todo ello, confían en superar la cifra de 50.000 pernoctaciones alcanzada en 2019. 

Tiendas de bicicletas sin stock y talleres que duplican su actividad

A finales del mes de mayo, el comienzo de la desescalada en España permitió la posibilidad de practicar deporte al aire libre, con el consiguiente 'boom' de la bicicleta. Mientras la curva de contagiados bajaba en España, subía la de venta de este tipo de vehículos, hasta que un día cayó en picado. Las tiendas dieron salida en menos de un mes a, prácticamente, todo su stock, un hecho inimaginable en cualquier otra situación. “En 15 días vendí casi todas las bicicletas que tenía”, cuenta Ester Clavijo, responsable de Trek Bicycle Store Zaragoza. “La gente venía sobre todo a por bicicletas de montaña, con un presupuesto que oscilaba entre los 400 y los 900 euros”, detalla.

En medio del éxito por la práctica de deporte al aire libre, los comercios de venta de bicicletas sufrieron las consecuencias en la cadena de distribución del coronavirus y se quedaron vacías. “En España fuimos de los últimos en comenzar con el desconfinamiento. Entre tanto, las multinacionales de bicicletas estaban vendiendo sus productos en otros países europeos, y aquí no llegaban pese a tener pedidos realizados desde marzo”, añade Clavijo. A esta situación, se añaden los retrasos en la producción de los modelos de la próxima temporada. Las fábricas de muchos componentes, como platos o cadenas, han estado cerradas durante un tiempo.    

En la actualidad, “nos van llegando, con cuentagotas, bicicletas”, comparte la responsable de esta tienda zaragozana con 25 años de trayectoria, que ahora centra gran parte de su actividad en el taller. “En estos meses hemos notado un incremento en las reparaciones de un 20%”, apunta. 

Algo similar ocurrió en 'La Ciclería'. Por su taller en Zaragoza han pasado más de 1.000 bicicletas desde la desescalada. “Además de prestar un servicio de reparación, también alquilamos nuestros espacio para quienes deseen arreglarse la bici de manera autónoma”,cuenta Javier Cañada, socio de esta cooperativa. Este aumento en las reparaciones, más del doble que en el mismo periodo de 2019, se ha debido también a la situación de desabastecimiento de las tiendas de ciclismo. “Han sido muchos los que han tenido que sacarla del fondo del garaje y llevarla a arreglar, porque no había stock. Y conozco casos en los que han tenido que duplicar, o triplicar su presupuesto, para adquirir una nueva”, comparte.

También han notado en 'La Ciclería' un aumento en el alquiler de bicicletas, una vez recuperada la flota que pusieron a disposición gratuita del personal sanitario en Zaragoza durante los momentos más duros de la pandemia. Y, ahora, han innovado con la puesta en marcha en Zaragoza del primer Bike Escape Room, donde equipos de cinco personas en bicicleta, ayudados por un GPS, compiten por descubrir los enigmas que esconde la ciudad.   

El agosto (anticipado) de las empresas de aventura

Otro de los sectores donde también influye el aumento de la práctica de BTT, además de la hostelería y de las tiendas y talleres de bicicletas, es en las empresas de deporte al aire libre. Muchas de ellas están haciendo el agosto durante estos meses de junio y julio.

'Matarraña Aventura', instalada en dicha comarca turolense, ha incrementado un 30% su facturación respecto al año anterior. Entre sus actividades, destaca el barranquismo y el alquiler de bicicletas para realizar la ruta por la vía verde de Val de Zafan, que une la localidad de La Puebla de Hijar con la de Tortosa, en Tarragona, siguiendo la antigua línea del ferrocarril. “Desde que se permitió la movilidad entre comunidades, hemos tenido más de 900 usuarios. Muchos de ellos no realizan la ruta completa y optan por el tramo de 42 kilómetros, y regresan posteriormente en nuestra furgoneta”, apunta Javier Arias.  

Cataluña, Comunidad Valenciana y País Vasco son las comunidades de origen de la mayoría de turistas que llegan a este rincón de la provincia turolense. “También tenemos clientes de nuestra comunidad, aunque parece que a la gente de Zaragoza le cuesta más acercarse”, señala Arias.  

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