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La defensora universitaria alerta de comportamientos sexistas dentro de la Universidad de Zaragoza

La defensora universitaria expuso su memoria ante el claustro de la Universidad de Zaragoza.

Marta Salguero

Zaragoza —

La defensora universitaria, la profesora María José Rabanaque, alerta en su memoria anual de comportamientos “sexistas” dentro de la Universidad de Zaragoza y, aunque asegura de que se trata de situaciones “aisladas”, considera que este tipo de actitudes no son admisibles en una institución que debe ser ejemplo de respeto a la dignidad.

Las quejas que recibe la defensora universitaria son un indicador de la calidad del funcionamiento de la institución, de ahí que esta memoria sea para la Universidad un mecanismo más para detectar cuestiones que no funcionan de forma correcta.

Gran parte de las quejas tramitadas están relacionadas con asuntos académicos. La evaluación de los exámenes, la falta de profesorado, los planes de estudio o las competencias en lenguas modernas concentran buena parte de ellas. Pero, además, la memoria recoge también un apartado relacionado con la vida universitaria.

Aquí la defensora hace referencia a los comportamientos “sexistas, racistas o clasistas” hacia cualquier persona de la comunidad universitaria. Aunque son situaciones “aisladas”, la defensora advierte en la memoria que resulta necesario adoptar la “cultura de la tolerancia cero” con este tipo de comportamientos y actitudes que “afectan a la convivencia”.

“La universidad, como institución de educación superior, debe ser ejemplo de respeto a la diversidad y dignidad de las personas”, indica y propone la creación de un código ético, similar al que tienen otras universidades españolas.

Sin quejas sobre el yacimiento de Bílbilis

Sobre este asunto, Rabanaque explica que no ha tramitado ninguna queja formal relacionada con los posibles casos de acoso sexual ocurridos en el yacimiento de Bílbilis. Varias alumnas de la Universidad aseguraron a este diario haber sufrido tocamientos por parte de un profesor, mientras hacían su trabajo en la excavación.

Durante esos días, el colectivo de Estudiantes Progresistas de Aragón (CEPA) colocó carteles en la Facultad de Filosofía y Letras, donde se podía leer “Todas sabemos lo que pasa en Bílbilis”. A raíz de esto, la vicerrectora de Estudiantes y Empleo de la Universidad de Zaragoza, Ángela Alcalá, se reunió con varias representantes del sindicato para abordar este asunto.

Sin embargo, esta queja no ha llegado a la defensora universitaria, quien asegura que tuvo constancia de la noticia por los medios de comunicación. “A mi despacho no ha llegado, pero cuando he tenido casos de estos se busca una solución porque hay un protocolo de actuación, que protege la confidencialidad”, asegura.

Desde la Universidad de Zaragoza eluden avanzar detalles de la investigación sobre estos hechos, porque aseguran que es “información reservada”. Pero animan a cualquier miembro de la comunidad universitaria a acudir al Observatorio de Igualdad o a la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales ante cualquier acto que pueda ser constitutivo de abuso.

“También pueden acudir a figuras como la defensora universitaria que, aunque no puedan gestionarlo, podrán asesorarle sobre los recursos de la universidad y acompañarle”, añaden.

Falta de profesorado por los recortes

En el último curso, la defensora universitaria tramitó 215 expedientes, de los cuales 143 corresponden al sector de estudiantes, 26 al personal docente e investigador, 20 al personal de administración y servicios y 6 a otros sectores, generalmente ex alumnos.

En cuanto al tipo de solicitudes recibidas, aumentan las consultas, al pasar de un 21,5% del año anterior a un 40,9% en este curso. Las quejas han bajado de un 72,8% al actual 55,8%, mientras que la cifra de mediaciones realizadas se mantiene similar, suponiendo un 3,3% de los expedientes abiertos en la oficina.

Las quejas más frecuentes del alumnado siguen estando relacionadas con el reglamento de evaluación utilizado en las calificaciones, así como la actuación de los tribunales de revisión. La falta de profesorado aparece también entre las quejas frecuentes, aunque han descendido en el último año. Esto se debe a que la Universidad de Zaragoza, al igual que otras instituciones, ha tenido “limitaciones” a la hora de contratar a personal a tiempo completo. “En los últimos años hemos perdido profesorado con dedicación exclusiva conforme se producían las jubilaciones”, resalta. Estos recortes dentro de la Universidad han coincidido, además, con la adaptación al marco europeo, lo que ha supuesto un esfuerzo “extra” del profesorado.

Rabanaque explica que la convergencia al programa europeo conlleva una forma diferente de enseñar con la realización de trabajos y actividades que requieren más tiempo del profesorado y del alumnado, y infraestructuras adecuadas para llevarlas a cabo. Esto ha provocado una “sobrecarga importante” de trabajo en muchas personas, tanto del personal de administración como de los docentes. La defensora universitaria valora todo ese esfuerzo “en tiempos difíciles”, pero anima a “vencer la resistencia al cambio y aumentar la capacidad de innovación en los diferentes ámbitos de gestión, docencia e investigación”.

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